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jueves, 14 de junio de 2012

Viaje hacia ninguna parte - II -

Durante unos minutos los abrazos fueron sucediendo. Los labios se juntaban buscando unas lenguas que se deseaban; querían entrelazarse en una inmoralidad deseosa de gusto. Las manos de ambos se deslizaban hacia sus lugares íntimos anhelando dispensar roces que excitaran. Él movió las suyas en sentido opuesto; una se dirigía al pecho que ya aparecía medio descubierto y otra , con suave caricia que recorría todo el muslo de la chica, se dirigía hacia su entrepierna que estaba dispuesta para ser acariciada. Ella quería tocar aquel miembro que se rozaba con su cuerpo y se mostraba ya duro; mientras su otra mano agarraba el cuello haciendo que las bocas se encontrasen nuevamente en besos libertinos.
Con una soberbia destreza, bajó las braguitas de la chica. Desde abajo fue lamiendo una pierna y con su mano acariciaba la otra. Era un juego sensual que la tenía sumisa y entregada. Cada atrevida acción la transportaba a elevar sus pulsaciones y hervirle los ríos de frenesí que estaban recorriendo su cuerpo. Obedecía a cuento le iba diciendo con aquella voz de una exquisitez deliciosa.Al llegar a su sexo lo miró con lujuria. Estaba ausente de bello lo que le gustaba más porque rápidamente propicio lamidas impulsivas a aquellos labios vaginales que provocaron los primeros gemidos a la entregada viajera. Su lengua penetraba incesante; lubricando aquella vagina que de por sí ya estaba humedecida desde hacía un buen rato.
Ella, mientras era sometida al máximo placer; combinaba las caricias a sus senos y pezones enhiestos y la cabeza de aquel tipo que le estaba suministrando un orgasmo maravilloso. Sus dedos iban penetrando su vagina en movimientos oscilantes e impetuosos. Él la miraba. La veía bellísima con el pelo revuelto y notaba en los ojos de ella que la tenía entregada.
Entonces se levantó. Las miradas se cruzaron para coordinarse perfectamente. Ahora el pantalón iba descendiendo tras ser desabrochado con la mayor sensualidad. Esto le provoco alcanzar más dureza en el miembro. En la primera mamada ya se estremeció. Cada vez se hacia más intensa la masturbación a la que estaba entregado. La lengua de aquella chupadora delirante iba administrando suntuosos lametones a un pene que estaba a punto de explotar por cuantas caricias recibía. Metía cada vez más profunda aquella erección en su boca.
-¡ Espera cariño, que como sigas me vas a matar de gusto antes de tiempo !-
El la elevó de su posición. Agarrándola de la cintura, la posó en el lavabo. Con un diestro movimiento hizo que las piernas se abriesen y poner su mirada en la humedecida vagina. Cogió su pene  y comenzó una suave masturbación mientras insinuó que ella se masturbase también. Mucho no se demoraron. Tomó sus suspendidas piernas y las elevó a sus hombros. Ella abría su hendidura deseosa de sexo.En esa posición, su cabello largo colgaba en desorden, sus ojos se evadían ante las sacudidas acometidas por su acompañante.Ahora sus manos en el lavabo sostenían su cuerpo y se balanceaba con la penetración. El frenesí le estallaba en su clítoris. Pasaba el tiempo galopando en el amor. Era absorbe el placer en estado puro pintado con estremecimientos que la estaban sometiendo a un delirio extremo. Se sentía evadida de la razón, entregada a la intensidad del sexo y no deseaba que el tren llegase a su destino sino que se detuviese el tiempo para no dejar de recibir aquellos impulsos, aquellas sensaciones y aquella lujuria que tenia en el cuerpo.
Los muslos temblorosos estaban humedecidos por el sudor de la colisión de sus carnes. Rezumaba líquido de su vagina como un viscoso fluido de flores. Bajo su camisa empapada, los pechos se mostraban duros al igual que los pezones. Las hábiles manos propinaban uno embriagador caricia para hacer elevar al perpetuo gemido de placer.Su vientre no cesaba en movimiento y ahora caía contra él hasta conseguir extenuar los cuerpos ardientes en la noche.
- ¿ Cómo te llamas ?-
En los ojos de la joven había una expresión amable que le hizo desistir de más preguntas personales.
- ¿Hacía dónde vas ?-
-¡ En la próxima estación me bajaré para ir hacia ninguna parte y perderme un tiempo !-
- Yo me bajo también en la próxima estación -.
- ¡ No perdamos el tiempo entonces !-
Ella sonrió atrayendo su cabeza para besarle en los labios. El comprendió que aquella sería la primera y la última vez que viese aquella belleza que tenía enfrente.


continuara II

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