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sábado, 9 de junio de 2012

Eres un vendaval de amor.

Como el ocaso del sol que seduce
y la ternura de un día que engendra amor,
como la noche que se embriaga con la luna
y la luna conduce al poeta a suscitar pasiones.
Así eres ..
como el aire a la vida,
como la esencia del vivir,
un aire de libertad en la desnudez
que habla para agradar a mi corazón...


El amor residía en el entusiasmo. Las miradas los contenían frente a frente. En sus cuerpos desnudos, residían la sencillez y la majestuosidad de un alivio encontrado tras hacer el amor. Los componentes que los habían unido, ahora les mostraba como era la vida misma cuando unas miradas se cruzan. Estaban sumisos al refugio de la excitación liberadora de deseos. El crepúsculo brillaba en sus cuerpos flácidos después del esfuerzo que los llevó a un orgasmo intenso ...Se sentían dos jóvenes que descubren el amar cuando exploran cada rincón del frenesí que los embauca en un clímax sin represión. Su gozo había sido un gratificante momento. 
En su miembro se mostraba aún los vestigios del delirio hallado pues ,en su glande, se veía el líquido viscoso que tanto agradaba a su acompañante. Esta acariciaba el contorno desnudo de su presa amorosa. Su arte explorador hacía que produjese un enorme placer en aquel hombre tendido en la cama con la mirada puesta en los pechos erguidos de su docente compañera de amor.
Los cuerpos desnudos se fusionaban en un solo ser. Cada caricia, cada enrojecimiento  se convertía en besos en los labios.
Ardientes mordiscos, sexuales gesticulaciones y una provocación sin pautas, labraban una masturbación osada en aquel amante que se veía inmerso en unas manos que lo enloquecían de gusto.


¡ Descubreme mi pecho con la sensibilidad de tu ser.
Hazme saborear cada rincón de tu cuerpo
y que tu lengua recorra cada centímetro de mi piel.
Todo el placer que hay en mi 
constatará que doy fe que eres mía !.
¡ Tu sabor peculiar de efusiva mujer
me absorberá cuando unamos nuestros labios. 
En un beso eterno mostrarás tu egoísmo
para que perezca ante ti.
Plasmas ,sin inhibición, cada juego de excitación,
cada fantasía erótica de los manjares indios 
y caigo a la veneración de tu clítoris que me llama !.


Ahora era él quien recorría la espalda de seda de su amante. Su lengua humedecía escribiendo poesía en su cuerpo a lo que la joven enamorada enloquecía en un trance prolongado. Se tonificaban las caricias con el palpitar de los corazones. Emanaba una fascinación que iba mojando la vagina de aquella mujer que estaba sensibilizada por el roce de aquella lengua mortificante. Tendida en aquel lecho, estaba prisionera a cuanto quisiera darle su pareja. Era concubina de la pasión de aquellas manos que recorrían su vagina. Los besos en su entrepierna la llevaban a momentos culminantes donde perdía la razón del conocimiento. Sentía como aquella lengua penetraba junto a unos dedos audaces y ansiosos de perpetuar un galopar en la masturbación. Aquellas yemas de los dedos abrumaban haciendo temblar su cuerpo extasiado....Todo era una sonrisa sin inquietud, fértiles sensaciones hacia un sueño deseado.


Los suspiros entrecortados son estimulantes
en el balbucear de la intimidad de los bordados amorosos.
El calor es fuego supremo del deleite
que despliega suavidad en los cuerpos candentes.
Todo es dureza en los cuerpos entregados
a los gemidos de la noche.
Se oyen los susurros elevados al vacío,
se escucha las palabras de bocas apasionadas
donde el lamento emitido al viento
son sonidos placenteros.
Cada beso en la desnudez es una quimera
cada caricia, una fantasía de fidelidad...


Allí estaban de nuevo, sumidos en un letargo tras haber renovado su amor. Ella miraba a él y sus ojos castaños se cruzaban. Estaban condenados por la embriaguez complacida de puro sexo donde reinaba el impetuoso cariño. No era lujuria sino un querer al servicio de la pasión. El canto del orgasmo los había llevado a sentir satisfacción de aquel encuentro inesperado. Se sentían colmados por la delicadeza de los movimientos, de los lances y vaivenes administrados a aquellos cuerpos desnudos en la madrugada.


Soy parte de ti
extenuación mordaz de tus labios.
Soy el sueño anhelado
que satisface el vendaval de tu sexo.
En la intimidad hemos desflorecido
cada rincón de nuestros deseos
y te amo como el joven sueño 
que no desea concluir.
Eres como el aire a la vida,
como la esencia de mi vivir,
un aire de libertad en mi desnudez
que me habla para agradar mi corazón...

o   

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