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viernes, 20 de noviembre de 2015

Cualquier tiempo pasado fue mejor.

Cierro los ojos y percibo una realidad que no deseo. El pensamiento nubla mi mente. Las conjeturas no me llevan a ningún lado y mas alteran mi estabilidad emocional...te tengo cerca y no puedo tocarte como yo quisiera. Tu disposición es una negativa continua y me desespero.
Te miro, ¿ qué ha pasado para que esa frialdad que hay en ti te haga ser pasividad sexual?
Mis caricias buscan una alteración de los estímulos que te invaden, mis besos quieren tu despertar pasional y que hagamos el amor...Quiero que esos besos nocturnos sean más que unos simples besos de gratitud para apaciguar la virilidad que hay en mi.
Mis manos te buscan cada noche y solo encuentran un rechazo que turba mi persona. Quiero el calor de ese fuego que habita en tu cuerpo, sin embargo, mis caricias no abren la llama de tu deseo y entro en el pesimismo más acervado. Tus besos no saben al placer que se añora y las sábanas se enfrían de pasión.
Durante la noche, el sexo no entra en nuestro itinerario de vida y sigo haciéndome la misma pregunta ¿ por qué antes si , ahora, es todo negación y repudio ? ¿Por qué el pasado provocó más ímpetu, más vehemencia ? ¿ Por qué en el día me busca y en la noche me desplazas ?
Vago por la incomprensión, el desánimo me hace perder las ganas de acariciar tu cuerpo...aunque sigo fiel a mi insistencia y vuelvo a solicitar lo ansiado.
Al tocar tu pecho se que un estremecimiento te altera... excitar tu pezón te provoca sensaciones gratas y me digo que esta vez el intento amoroso conducirá  a la pasión y el frenético acto sexual. Se me engrandece mi pene...lo rozo contra tu piel; es una acción premeditada para decirte que mis ganas están a flor de piel y que estoy deseando hacer el amor. La búsqueda de la mayor intimidad corporal conlleva una alteración insatisfactoria con el consiguiente rechazo...todo está perdido y es momento de no hurgar en la decisión. Tocar su vagina es un gozo sin valor. Notar que se humedece tu clítoris es entrar en un gusto superior...pero nada se puede hacer cuando la seriedad en tu rostro manifiesta el negativo deseo de follar en ese momento.
Los besos estimulantes no conducirán a ninguna alteración y, menos, a un cambio en tu actitud. Las caricias conciliadoras no darán paso a ninguna masturbación, la boca se dedicará a otros menesteres...y yo, a tu lado, sin poder tocarte... ¡ necesito una mamada que me saque toda la negatividad que poseo y me haga entrar en una explosión placentera que recorra todo mi cuerpo !.
Quisiera besarte tus pechos y trasmitirte la fogosidad que me cubre. Quisiera besar tu boca y llenarme de tu saliva. Quisiera lamer tus pezones y erizar tu piel. Quisiera excitarte al chupar tu clítoris y penetrar tu vagina con mi lengua. Quisiera...quisiera follar contigo y correrme en tu interior, en tu boca...en tu cuerpo, pero, correrme y que el placer nos una como en un tiempo pasado.
Te miro, cierro los ojos y sé que otra noche más estaremos sin cubrirnos de placer...¿hasta cuándo estarás en ese letargo sexual ?