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lunes, 7 de diciembre de 2015

Tu presencia me desorbita.


Acallo el deseo de tus labios con un retorno al pasado,
la tentación es un vicio que no controlo
y quiero ser galopante beso que se aferra a tu boca.
La serenidad incurre en ceguera cuando pienso en ti,
tu cuerpo desnudo es un escalofrío que hierve mi sangre.
No te tengo...me faltas, pero me consuelo con el pensamiento.
Al recordar esos encuentros sexuales vivo, me altero
e incurro en un apetito que no tiene límites.
Tus pechos, como laberinto en el cual perderse,
es una prisión de la que no quiero liberarme, 
me siento preso y no quiero escapar de la suavidad de tus pezones.
Al chupar tus senos entro en una sensación plácida que me desborda,
es un deambular por el frenesí más osado y de ti no quiero separarme.
Mi lengua no se detiene, mi boca incurre en la persistencia
y mis manos buscan alterar tus sentidos con un tenue manoseo. 
Me afano con vehemencia a ti y el descontrol
me lleva a incurrir en la obsesión por tu entrepierna. 
El desequilibrio es una bocanada lujuriosa que pulveriza
todo lo concerniente con la cautela...¡ quiero ser fuego 
que haga humedecer esa vagina de fantasía !
La paciencia se disipa con la sola presencia de tu desnudez,
opulentes lametones van a tu clítoris y entras en un vivaz estado
que te llena de un ansia ardiente.
Tu fogosidad es un candelero que sucumbe en mi,
se plasma con dulces caricias en mi pene...es un gusto inmenso
que me seduce y me hace ser ímpetu impúdico .
Estoy sujeto a la voluntad de tu masturbación
y siento que me encandilas con esos movimientos,
tanto suaves como rápidos, que me llevan a gozar 
de manera desorbitada.

¡ Ven y posa tu cuerpo desnudo en mi !
¡ Hagamos el amor !
Quiero ser explosión sin control con el coito más mortal
que logramos con las posiciones más estimulantes.
¡ Ven y logremos el camino del orgasmo !
Quiero quedar exhausto en tu piel después de correrme.

viernes, 20 de noviembre de 2015

Cualquier tiempo pasado fue mejor.

Cierro los ojos y percibo una realidad que no deseo. El pensamiento nubla mi mente. Las conjeturas no me llevan a ningún lado y mas alteran mi estabilidad emocional...te tengo cerca y no puedo tocarte como yo quisiera. Tu disposición es una negativa continua y me desespero.
Te miro, ¿ qué ha pasado para que esa frialdad que hay en ti te haga ser pasividad sexual?
Mis caricias buscan una alteración de los estímulos que te invaden, mis besos quieren tu despertar pasional y que hagamos el amor...Quiero que esos besos nocturnos sean más que unos simples besos de gratitud para apaciguar la virilidad que hay en mi.
Mis manos te buscan cada noche y solo encuentran un rechazo que turba mi persona. Quiero el calor de ese fuego que habita en tu cuerpo, sin embargo, mis caricias no abren la llama de tu deseo y entro en el pesimismo más acervado. Tus besos no saben al placer que se añora y las sábanas se enfrían de pasión.
Durante la noche, el sexo no entra en nuestro itinerario de vida y sigo haciéndome la misma pregunta ¿ por qué antes si , ahora, es todo negación y repudio ? ¿Por qué el pasado provocó más ímpetu, más vehemencia ? ¿ Por qué en el día me busca y en la noche me desplazas ?
Vago por la incomprensión, el desánimo me hace perder las ganas de acariciar tu cuerpo...aunque sigo fiel a mi insistencia y vuelvo a solicitar lo ansiado.
Al tocar tu pecho se que un estremecimiento te altera... excitar tu pezón te provoca sensaciones gratas y me digo que esta vez el intento amoroso conducirá  a la pasión y el frenético acto sexual. Se me engrandece mi pene...lo rozo contra tu piel; es una acción premeditada para decirte que mis ganas están a flor de piel y que estoy deseando hacer el amor. La búsqueda de la mayor intimidad corporal conlleva una alteración insatisfactoria con el consiguiente rechazo...todo está perdido y es momento de no hurgar en la decisión. Tocar su vagina es un gozo sin valor. Notar que se humedece tu clítoris es entrar en un gusto superior...pero nada se puede hacer cuando la seriedad en tu rostro manifiesta el negativo deseo de follar en ese momento.
Los besos estimulantes no conducirán a ninguna alteración y, menos, a un cambio en tu actitud. Las caricias conciliadoras no darán paso a ninguna masturbación, la boca se dedicará a otros menesteres...y yo, a tu lado, sin poder tocarte... ¡ necesito una mamada que me saque toda la negatividad que poseo y me haga entrar en una explosión placentera que recorra todo mi cuerpo !.
Quisiera besarte tus pechos y trasmitirte la fogosidad que me cubre. Quisiera besar tu boca y llenarme de tu saliva. Quisiera lamer tus pezones y erizar tu piel. Quisiera excitarte al chupar tu clítoris y penetrar tu vagina con mi lengua. Quisiera...quisiera follar contigo y correrme en tu interior, en tu boca...en tu cuerpo, pero, correrme y que el placer nos una como en un tiempo pasado.
Te miro, cierro los ojos y sé que otra noche más estaremos sin cubrirnos de placer...¿hasta cuándo estarás en ese letargo sexual ?

sábado, 17 de octubre de 2015

Cuerpo de sueño


Me desvelo en esta lluviosa madrugada
eres el sueño que paciencia da a mi angustia.
Cierro los ojos... 
Tus besos son mi calma
Te miro y mis ojos te llaman,
¿ dónde te encuentras ?
Tu presencia sería el calor a mi cuerpo
y en tu sensualidad nadar
para derrotar a los malos pensamientos.
Ven a mi lado...
Ven con tu contoneo de mujer celestial.
Dame esos besos que de tu boca salen,
otorga a mis labios ese amor que tu corazón emite.
Abro mis ojos y ahí estás...eres la iluminación
que deseo en esta mañana de otoño.
Quisiera que tus manos fuesen las mías
Quisiera tocar tus pechos suavemente
y notar tu estremecimiento al tocarte los pezones.
Sin verlos percibo su belleza...con mi lengua
te llegaría la erección más plena.
En mi boca los saboreo sin querer detenerme.
Mientras chupo un pecho, pellizco el otro pezón
quiero que te llenes de placer como el que sufro al verte.
¡ Ven que quiero hacer el amor contigo !
Quiero llenarme de tu pasión
y llegar a la eyaculación
cuando alcancemos el orgasmo más requerido.

Te deseo a mi lado como la mujer de mis sueños
Tu a mi lado y yo en tu cuerpo.
En tu desnudez notar las curvas que te hacen
ser ninfa del amor.
Te beso 
Mis manos acarician tu piel.
Cierro los ojos y de ti me lleno.
En tu cintura detengo mi tacto y hacia mi
atraigo tu cuerpo sensual.
Un abrazo nos hace fusionar tanto tu calor como el mío.
El fuego pasional se unifica...
Mi mano inocente busca tu sexo
La humedad te llena y más gusto entra en mí.
Ya no puedo contener más mis impulsos
y quiero penetrarte... Quiero hacer el amor contigo.
Eres fuente inagotable de placer.
Cada suspiro es gota que eriza los poros de mi piel.
Cada gemido es deseo para introducir mi pene
en tu vagina y no cesar en los movimientos más apetecibles.
Con el agotamiento llegaría esos besos alentadores
que son como regalo a un placer divino.
Besos que llenarían tus ojos,
besos en tu boca, besos de amor...
Quisiera tu realidad a mi lado
y dormir sin descanso.
Despertar en la mañana al escuchar las gotas de lluvia
y decirte a la cara
lo fácil que es saborear sueños con encanto.

jueves, 8 de octubre de 2015

Un sueño con final frío.

Notaba el calor de su cuerpo, ese fuego que trasmite pasión y amor.
Mi desnudez absorbía lo que engendra su mirada y no podía contenerme. 
Estar cerca suponía penetrar su vagina
y hacerle cuantas cosas le gustaban para llegar al orgasmo más apetecible.
Cada latido era impulsos en mi interior. 
Quería follar con aquella sensualidad 
que me desequilibraba al mirarme.
Allí estaba, era una musa sexual desnuda... Sus ojos me lo decían,
hablaban con una fuerza extraordinaria.
Deseaba dejarme rendido tras hacer el amor.
Sus pechos grandes con aquellos pezones erectos me llamaban...
quería chuparlos hasta que se corriese de placer.


El acercamiento era seducción...un beso llevaba a otro.
Nuestros labios se unían y el sabor de nuestras bocas
abrían más el deseo sexual.
Con la continuidad de besos mortificadores
la erección de mi pene no se ha hecho esperar...deseaba penetrarla
y hacerle llegar todo el amor, pasión y sexo que poseía mi cuerpo.
Las caricias acontecieron...sus manos eran pura suavidad 
que se desplazaba por mi pecho. ¡ Qué gusto era recibir
aquellas manos en mi pene !.
Muy despacio comenzó a masturbarme sin dejar de tener su mirada
sobre mis ojos.
Mis suspiros la arropaban...¡ Qué maravillosa sensación
me daba cuando su mano descubría la cabeza de mi pene
y su lengua lamía sin detenimiento la virilidad de mi persona !
La intensidad en la masturbación logró unos gemidos que llenaron la habitación.
¡ Me gustaba que me hiciera eso mucho !
Con sus labios en mi boca me hablo : - Te gusta que te la chupe -
Sin palabra alguna confirmé lo expresado por aquel volcán del sexo.


Giré su cuerpo...la simple vista que tenía ante mi era motivo para eyacular.
Ver sus pechos desnudos y su vagina ... no había razón para contemplar
y si actuar ante aquella mujer que esperaba alcanzar el máximo de los placeres.
Mis labios fueron a un pezón mientras mi mano tocaba su pecho.
La saliva llenaba mi boca proporcionándome un gusto exquisito.
Con mi empeño logré que ella se retorciese y emitiera gemidos.
- ¡ Sigue, sigue chupando, !-
- ¡ Me encanta que me hagas eso en mis tetas ! -
Sus palabras fueron un aliento, mi dedicación era plena...sin embargo,
quería llegar a su sexo ardiente.
La primera caricia llenó mi mano de humedad.
-¡ Su vagina estaba dispuesta a recibir la plenitud de mi pene !-
Mi suposición era una realidad y así lo hice sin demora.
Al posicionarme encima de ella noté como cogía mi miembro erecto
y se lo colocaba en la vagina.
En ese instante empujé y noté el fuego que contenía su sexo.
Cada movimiento era un alarido de placer, cada empuje conllevaba un suspiro.
Sus manos me abrazaban mi cuerpo como una cadena para no separarme de ella.
Era un abrazo salvaje ... ¡ Qué gusto me daba !


La noche se volvió fría. Un repelo hizo despertarme y así desaparecer lo que estaba aconteciendo en mi mente. Con repulsa hacia mi, maldije cuanto se me pasaba por la cabeza. ¿ Por qué me había despertado de aquel sueño tan apetecible ? ¿ Cuándo volvería a disfrutar del sexo sin trabas si mi amada estaba tan lejos y no era hombre para serle infiel ?.
Mi sueño me llevó a lo vivido tantas veces, pero, al echarla de menos, mi pensamiento fue a rescatarla de la soledad y someterla al más delicioso de los placeres. Aquel frío de otoño había hecho desaparecer un sueño de añoranza...¡ maldita noche fresca con el calor que poseía !.
En ese preciso instante no me apetecía masturbarme para lograr el estado en el que estaba, así que una manta alivio el frescor indiscreto y mi objetivo era dormir para que llegase pronto la mañana y poder ver a mi amada.

sábado, 26 de septiembre de 2015

Cada caricia era un rechazo sin sentido.

He encontrado el frío en esta madrugada silenciosa. Cada estremecimiento me recordaba los sinsabores de lo vivido en la tarde anterior cuando desavenencias nos ha puesto enfrente al paredón de la distancia. Necesitaba tu cariño, tu aliento, tu cuerpo y los besos tan conciliadores...necesitaba ese amor que nos ha unido largo tiempo. Un amor convertido en sexo que nos llevase al cielo del placer. Mientras tocaba tu piel mi erección ha ido en aumento. En mi pensamiento estaba que con la unirnos hacia un camino cargado de fantasías sexuales lograríamos llegar a la comprensión de lo sucedido y volveríamos a ser un caudal que no encuentra obstáculos.
Resultado de imagen de sexo con cariciasTu cuerpo estaba encendido en un fuego que mi mano incansable notaba. Cada roce de tu piel era una alteración en mi pene. Tenía ganas de saciar este largo tiempo sin fusionarnos en un coito apetitoso. En las caricias a tus pechos quería hallar esas sensaciones apetitosas que nos hizo encontrarnos la primera vez. Esos pezones erectos me excitan de manera incontrolable. Son tan grandes que me pasaría chupándolos a cada momento de las horas que marcan el día. Percibo que si yo logro una excitación amplia, tu logras alteración extrema...sé por tus palabras que cuando mi lengua roza esos pezones sufres un descontrol rotundo lo que te lleva a un estado embriagador del cual no quieres salir. Mi mano no cesaba en su empeño...deseaba tanto esos pechos que no entendía tu rechazo. Notaba el fuego en tu cuerpo y quería adentrarme contigo en el amor; así lograría calmar mi sed de pasión y derrotar al frío que iba posicionándose en mi piel.
Cada rechazo de tus manos me consternaba. Era volver a la negación de tantos momentos, era como volver a la soledad de una fría cama sin nadie a mi lado. No comprendía la repulsa y en mi mente salía a relucir aquellas palabras que tanto había escuchado : - mi madre siempre ha sido muy fogosa y le ha gustado follar -. Cada palabra era una puñalada en mi autoestima y, por más que intentaba comprender la situación, nada me hacía entender el comportamiento de aquel fuego que estaba a mi lado.
Resultado de imagen de cunilingusSin cesar en mi dedicación, mi mano ha recorrido su cuerpo con dirección hacia su entrepierna. Mis dedos han rozado su braguita...lentamente las caricias eran un estimulo en mi interior con el logro de la excitación con la caricia de sus pechos. En su vagina he logrado el placer tanto con mi pene como con mi lengua. Verla en una excitación plena era una satisfacción inigualable. Cada gemido hacia alterar mi sangre, cada explosión de placer con sus consecuentes gestos me llevaban a poner más impetud en lo que le suministraba. Con sus manos sobre mi cabeza rechazaba cualquier movimiento de ésta para mirarla y contemplar su cara llena de gestos morbosos. Mi empeño la llevaba al cielo de los placeres...estaba alcanzando esas estrellas que tanto me gustaba decirle y ella comprendía a qué me refería inmediatamente. Cuando ya no podía contener más tanto mi lengua incansable en su clítoris y unos dedos que no dejaban de penetrarla, su excitación ha alcanzado el orgasmo deseado. Esa sensación tan maravillosa en su rostro me satisfacía plenamente. Si ella había alcanzado la esencia del sexo, yo estaba encantado con los estremecimientos que había logrado mi amada al hacer el amor. Aquel líquido que salía por su clítoris llenaba toda su vagina...era un gozo restregarle lo producido en su adentro y que era la culminación de tanta agitación en su cuerpo.
Las caricias en su entrepierna llevaban ese entusiasmo en esta noche fría. Al igual que quería propinarle el máximo frenesí a su cuerpo, quería yo calmar la necesidad del mío. Tanto tiempo sin sexo atormentaba a mi mente y no lograba entender su posición cuando en el día nos comíamos a besos y las caricias manifiestas nos llevaban a un extremo muy conciliador...presentía que al llegar la noche el sexo nos fusionaría a ambos, tanto ella como yo alcanzaríamos el placer en la masturbación, en los besos, en las caricias y en la penetración con la eyaculación que nos conmovía a los dos.
Sin embargo, el rechazo fue el mismo que tantas noches. Su profundo sueño era una evasión de lo propuesto por mis manos, mis deseos.
Aquella noche sería como las anteriores y la masturbación no me consolaba. El amor, el placer y la excitación es cosa de dos y a mi lado encontraba una fogosidad que se había apagado con la tranquilidad en su cuerpo y mente.
No concebía lo que ocurría, no lograba entender y no sabía hasta cuando duraría sus reacciones a las caricias de mis manos.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Recuerdos con tu ausencia.

Tu ausencia desborda mi pensamiento. No quiero hallar caminos que me lleven a paliar la necesidad de tu cuerpo...echo de menos tu persona y quiero caer rendido en tus brazos cuando la noche es sinónimo de paz. Con nuestro amor ahuyentaremos al silencio encaminados en la mejor de las culminaciones placenteras. Ese orgasmo nos aliviará las ganas de placer, nos llevará a la rendición de los deseos sexuales y nos someterá a un esfuerzo agotador con el paso de los momentos más íntimos.
En tus pechos encuentro ese gusto que colma mi boca. Son tus pezones fuente que mana sensaciones tan apremiantes que no me separaría de tus pecho en ningún momento...
Que decir de ese volcán que tienes en tu entrepierna...es un fuego que desequilibra mi pensamiento, mi corazón y me impide reaccionar acorde cuando pongo mi manto y noto tanto el calor que desprende como esa húmeda que me dice que ya estás dispuesta para hacer el amor toda la noche.
En las noches solitarias la masturbación no sacia mis necesidades. Tu eres mi pasión, mi deseo, mi placer...tu aglutinas todos los sueños carnales por los que yo disfruto en tu presencia. Al besarme me excitas cobrando fuerza mi pene, en tu lengua, al recorrer mi cuerpo, noto el cosquilleo que descoloca mis sentidos. Tu como placer sin final me llevas a la cúspide de la libido cuando tu boca absorbe el tamaño de mi miembro. Cada chupada me eriza el bello de mi cuerpo. Mi piel cae flácida ante tanta excitación de esa boca que pone mi ser a la máxima potencia sexual.
Lentamente caigo por tus pechos hasta tu clítoris. En ese momento sabes que estás atrapada a mis deseos, que tu liberación es el orgasmo...nada te librará de recibir los movimientos de esa lengua que tanto te gusta que haga reaccionar tanto tu clítoris como tu vagina. Tus lentos gemidos son ríos que tienen continuación en mi cuerpo. Son depósitos que perturban las neuronas de mi interior. Te lamo el clítoris y se desorbita tu conocimiento, penetro tu vagina con mis dedos y un chillido sale de tu boca como provocación de ese gusto al que te he asumido. Sin cesar en las envestidas, mi pasión es hacer que te corras. Notar en mi cara ese líquido que me dice que has alcanzado el regalo más maravilloso. En tu cara lo percibo cuando recobro mi postura y me pongo frente a ti sin dejar de besarte tanto labios como ojos...quieres un poco de descanso pero la plenitud de mi sexo impide pausas.
El desequilibrio llega cuando coges mi pene y lo introduces en tu vagina. Noto la humedad de unos labios que se abren a la penetración...el gusto me lleva a meter todo mi pene. Cada movimiento es un delirio inmenso. Si el ritmo es lento, tus gemidos me incitan a la suavidad y ver tu cara llena de un placer embriagador. Si el ritmo cobra intensidad, los suspiros son intensos ... ahora tu cara es de esfuerzo y los continuos besos en mis labios me animan a penetrarte más y más.
Con la eyaculación viene ese camino gustativo es no es comparable con ningún placer. Con mi voz cansada diciéndote que me corro, tu absorbes toda mi energía y culminas con una descarga placentera extenuante. Hemos logrado embaucarnos en el placer más delirante. El follar nos une, nos mima, nos hace ser un solo ser...
¡ Qué larga se hace la noche cuando no estás y mi pensamiento recobra momentos pasados !
Ya tengo ganas de tenerte en mis brazos, besarte, amarte...ser tuyo toda la noche. Mientras, la separación es dura y solamente deseo que pasen los días rápidamente.

sábado, 27 de junio de 2015

Mi deseo: hacer el amor contigo.

Me llaman las ganas de hacer el amor contigo, sin embargo, tu disposición está cubierta por una negación que no entiendo tus constantes rechazos. Estás presente sin estarlo. El fuego de tu cuerpo se ha apagado sin esperanzas de tener a esa mujer ardiente que me conducía a los mayores ámbitos del placer...y me siento defraudado.
Intento caricias que lleguen a tus pechos, tocarte la entrepierna con suavidad haciendo de las caricias un estímulo para que cobre fuerza la pasión en tu desnudez... y el desplante me agobia. Me insta a no cruzar palabras porque me pides que te deje en paz.
No pongo mis sentidos en tus palabras y quiero tocarte. Tus piernas me producen una sensación tan fervorosa que me incita a acariciarte. De tus muslos paso a tu culo...recuerdo cuando te follaba por detrás y me corría dentro de ti. Verte rendida en la cama era una satisfacción. Nuestras sonrisas se cruzaban para quedar frente a frente hablando del gusto que nos poseía en ese momento.
Ahora, cada roce nocturno implica un mal gesto de tu cara. Yo deseo tocarte, desnudarte y follar hasta que sucumbamos al orgasmo más apreciado. Verte risueña tras hacerlo me agrada...todo tan igual como cuando me masturbas y me corro en tu boca o tu cuerpo. Sin embargo, el placer está ausente con el consecuente pensamiento en otro foco de pasión sin control.
Al no complacerme, pienso en esa persona. Me veo haciéndolo con ella y disfrutando de esos pechos que me dislocan. Imagino como sería lamer ese coño entregado al vicio del amor clandestino...todo el pensamiento me lleva a masturbarme y notar en mi cuerpo su cuerpo encima. Cada movimiento de su cintura es un suspiro de locura. Su contoneo encima sería dirigido por mis manos que la desean. A la mente se me viene sus pezones. Mi boca se hace placer al pensar en su dureza y lo erguidos que se le pondrán cuando recibiese mis besos, mis lametones, mis succiones...mis bocados apaciguados. Su gesticulación sería reflejo de lo que sufre su interior porque la llevaría a los cielos de un diluvio frenético de gozo. Si todo lo pensado me hace tener erecto mi pene, ahora que pienso en lo que albergaría al ponerla a cuatro patas, ya sería alcanzar el frenesí más ponderado...aunque lamer su vagina, chupar su clítoris y penetrarla con los dedos...si es que pensar en ella es masturbarme sin más demora.
Al correrme, mi leche es para su piel, su boca...sería un momento cargado de satisfacción.
No quiero pensar, pues eres la mujer que más deseo y con la que quiero alcanzar el éxtasis pleno...pero, hoy, me apetecía follar contigo.

viernes, 26 de junio de 2015

Encuentro corporal

Siento tus manos en mi pecho
caricia suave que me hace cerrar los ojos
el gusto me acoge.
En mi pensamiento
de ti no quisiera separarme.
Tus besos en mis pezones me desbordan,
tus bocados son complacencia
y el dolor es un placer rotundo
que implica la erección de mi pene.
Me tocas y me pellizcas
mi boca te llena de besos.
La lengua entra con decisión
el estremecimiento es ímpetu
y, a cada momento unidos,
el gusto me abraza todo mi cuerpo.
El bello corporal se eriza
siento escalofríos
no deseo dejar de besarte
porque siento pasión por ti.
Cada toque en mis genitales es estímulo
mi erección te enarbola...te excita.
La agitación te vuelve loca
y más frenesí pones en los besos.
El acaloramiento nos lleva a sucumbir al sexo.
Te toco tu intimidad
y el gozo se refleja en tu cara.
La masturbación de tus partes encima de la ropa
te hace alcanzar un estado exquisito
y yo que te veo
más fervor pongo en darte placer.
El contacto de nuestras manos en nuestros cuerpos
nos hace sucumbir a la profundidad del delirio.
Nos contenemos
deseamos que llegue la noche
y cuando estemos solos
hagamos el amor
hasta acabar cubiertos de un gusto maravilloso.

sábado, 6 de junio de 2015

Una relación sin final - y final -

El día se presentó con sus mejores colores. Las amantes ocultas fueron las primeras en despertar como sincronizadas para bajar a la misma hora y encontrarse en una pasión que no había acabado tras lo vivido en la noche. Se besaron, acariciaron sus cuerpos...fue un encuentro inesperado, sin embargo, las miradas fueron las que hablaron. Se fundieron en unos besos sin tregua. Cada cual posicionaba sus manos en el cuerpo de la otra. Los pechos, la cintura, las nalgas...la entrepierna. La poca ropa con la que se cubrían facilitaron la fusión más intima. El miedo a ser descubiertas no se les pasaba por la mente. Las lenguas se buscaban en bocas sedientas de amor. El fuego corporal se había avivado. Cada beso les unía más...
Fue la joven la que tomó la iniciativa al ir descubriendo la parte más intima de la mujer. El simple roce de la palma de la mano en su vagina la excitó de manera descomunal. Su respuesta fue atraerla hacia su cuerpo y besarla de forma efusiva. El calor iba recorriendo su cuerpo. La fogosidad la había envuelto en un estado pasional...quería sexo, sexo y más sexo al notar como los dedos de la joven iban acariciando el clítoris. Una locura amorosa la hacía evadirse de la realidad, la sangre corría con intensa velocidad por sus venas y no reparaba en lo que pasaría si algún inquilino de la casa las pillase en aquel estado.
Si con los dedos adentrándose en su vagina había alcanzado una agitación descomunal, ahora, con la lengua lamiendo su clítoris estaba retorciéndose de gusto. Sus pezones erectos recibían los pellizcos de aquellas manos suaves...cerró los ojos y puso sus manos sobre la mesa de la cocina. Con fuerza se sujetaba para soportar los estímulos que recibía. Sudaba...el calor la tenía abrazada. Cada vez que la lengua de la joven rozaba sus labios vaginales se estremecía gozando del momento. Ella susurraba que deseaba más. Los suspiros eran intensos y, de cada vez, su gemidos se elevaban.
Sin darle un minuto de tregua, la joven, mientras lamía su vagina introducía su dedo en su culito. Fue ya el colmo de la excitación, y más, cuando fue ejerciendo un movimiento suave. El ardor la cubría toda la piel y gotas de sudor bajaban por su espalda. Una calentura frenética era su cuerpo...sus gemidos ya podían ser escuchados. El movimientos de su dedos la descontroló y con más fuerza se agarraba. Esa marejada de gozo la llevó al orgasmo más plácido. Sus brazos se aferraron al cuello de la joven que permanecía unos instantes lamiendo el clítoris para llevarla a la agitación total...
Cuando la joven se puso en pie, un abrazo entre ambas dio fe del gusto que habían obtenido. Había sido un encuentro tan pasional en la mañana que estarían disfrutando todo el día.
Las miradas se fijaron..algo estaba surgiendo y ninguna deseaba poner freno.
El momento tan maravilloso fue perturbado cuando fueron escuchando los primeros pasos de los demás miembros. Cada cual fue ocupando su lugar tras prepararse su desayuno. Las sonrisas y las bromas afloraron dando un ambiente familiar muy próspero. Todos reían aunque la madre no podía de fijar sus ojos en aquella chica que había venido a despertar un amor incontrolable en ella.
Dicen que tras la tormenta viene la calma...en esta ocasión no ocurrió. La hija de la mujer fue la última en bajar y su cara hablaba por si misma. Su exposición albergada el descontento ya que tenía que marcharse urgentemente por una beca que le había sido concedida. La cara de su amiga fue todo un drama y en su mirada se veía un mal humor.
Las miradas de la madre y de la chica se cruzaron...hablaban por si mismo. El día tan espléndido se torno en una tristeza palpable. La madre se tuvo que ir llorando. Esas lágrimas no eran por la marcha de su hija aunque luego tuvo que mentir y decir que era por la marcha inesperada de la hija. La amiga si sabía de esas lágrimas dolorosas...en ella también había un dolor extraño y, por primera vez, el corazón lo sentía herido.
El drama apareció al hacer las maletas. Las palabras eran justas y las lágrimas si hablaban. El padre daba palabras de optimismo por lo concedido a su hija. El almuerzo no fue tan ilusionante...y la tarde se presentó antes de lo previsto.
El adiós fue una tragedia para la madre, pues sabía que ya no volvería a ver a esa chica. Ella sabía que tenía intensión de irse a estudiar lejos, eso significaba la separación de la hija. Al separarse de ella ya no podría regresar a la casa. Su pena interior se reflejaba en el rostro.
Ya subidas en el taxi, la chica habló a su amiga. Le dijo lo que ya sabía la madre...su separación sería inminente ya que había decidido cambiar de residencia para estudiar e irse al extranjero. Ahora, la pena y la rabia era de la amiga que veía como la separación la sumiría en un dolor intenso. El camino fue en silencio. Pocas palabras se dijeron y al llegar a la estación cada cual tomo un camino por separado. La joven iría a ver a su madre para decirle su decisión. La amiga fue a averiguar el asunto de su beca y disponerse a trabajar en lo concedido.
La despedida fue con frialdad. Las miradas sabían que no habría un acercamiento y allí quedaba aquella pasión que las había unido. Al final todo quedaba en una nueva experiencia. Un beso en la mejilla fue la única muestra de afecto y cariño. Cada cual fue en dirección contraria y la chica se decía que aquella relación no podía seguir adelante ya que sentía más pasión por la madre que por la hija y la relación había llegado al final...porque todo en la vida llega a su final.

viernes, 8 de mayo de 2015

Una relación sin final - 4 -

La noche se presentaba calurosa, por más baños que se diesen no quedaba la piel con esa frescura deliciosa que apacigua la sequedad del ambiente veraniego. Ese sofoco traía a la madre con malestar y con un poco de mal humor. Estando en esa situación desestimó el ofrecimiento de su marido y cuñados para ir a la fiesta del pueblo y así pasar la noche más entretenidos. La negación no hizo cambiar de idea al resto de inquilinos de la casa...Las que no sabían que hacer eran las dos chicas. En un mar de dudas estaba la amiga, sin embargo, la chica, tras la negación observada, no quería ir a ningún lado. Aunque no podía quedarse en casa. Si rechazaba cualquier propuesta podría despertar las dudas de su amiga y prefería verla sumida en su mundo que no controlando todos los pasos que pudiese hacer ella. Tras su elocuente pensamiento accedió a dar un paseo con los demás. En su mente estaba que la madre se había quedado sola y era una oportunidad inmejorable para hacer el amor con ella.
Una vez arreglados todos, pusieron rumbo al pueblo. El ambiente era genial, sin embargo, no podía dejar de pensar en aquella seductora mujer que se había quedado sola en la casa. No participaba del baile ni correspondía con alegría a las acciones que hacia su amiga. Por su mente pasaba multitud de escusas para abandonar aquel lugar e ir a follar que era su pensamiento y deseo.
Al ver aproximarse a su amiga, su reacción fue fingir arcadas como si tuviese ganas de vomitar. Las preguntas se sucedían por si había comido algo en mal estado. Ella solo dijo que tenía ganas de estar en la cama y que se quería marchar. No hacía falta que la acompañase ya que se llevaría el coche. No deseaba fastidiar la felicidad que estaba mostrando con su familia. Era ella la que no se divertía y no podía estar en aquellas circunstancias en la fiesta. Sin ver más allá de lo presente, la amiga accedió. Se lo estaba pasando bien y no fue más allá de la acción a la que se enfrentaba con la chica.
Cuando se alejó de la fiesta, fue como liberarse de unas cadenas que la tenían atrapada. Ahora veía con más claridad las ganas de follar que tenía con la madre después de lo acontecido en el baño. Si ella ponía algo de trabas la seduciría para yacer con ella hasta que llegasen los restantes miembros familiares.
Al ver llegar el coche, el gesto de la cara fue otro. Intuía que era la chica, aunque, no lo sabía con certeza. Nada más verla la sonrisa fue a sus labios. Frente a frente se saludaron. No paraban de mirarse. Era como si no fuese pasado el tiempo y se encontrasen en la misma situación del baño.
De pronto, la chica se fue hacia ella y la besó. No le cogió de improviso aceptando con fuerza todo el amor entregado. Los besos se sucedían por su boca, por su cuello, por su cara. Sin más premisas, le quitó la camiseta dejándola con el sujetador. Su lengua iba de un lado para otro en aquel cuerpo ardiente. Sus manos se enredaban en el pelo de la chica...estaba disfrutando de aquel instante. Sus pechos se elevaron con el simple hecho de las caricias que le propinaba.
La puso de espaldas y le mordía la nuca, algo que excitaba a la madre que estaba ya en las garras sexuales de aquella joven. El sujetador fue quitado con suavidad, al igual que sus pechos cayeron. Al estar al descubierto fueron manoseados con ternura. Aquellos masajes la estaban desorbitando. Los masajes la cubrían de un placer maravilloso. Estaba a merced de las cosas que quisiera hacerle aquel ángel de amor. Ahora las manos calientes iban buscando la falda y sus braguitas. Sin darte cuenta estaba desnuda...aquel aroma a mujer le fascinaba a la chica. El olor era una seducción mortificante y no dejaba de besar y lamer aquel cuerpo de mujer madura.
Con un gesto la incitó a sentarse en el sofá. Se echó encima y ambas se besaban sin contemplaciones. De la dulzura y suavidad inicial pasaron al desenfreno total. La madre notaba su cuerpo vibrar...había follado con hombres pero aquel placer que le subía de los pies para arriba era muy diferente.
Mientras tenía el pensamiento en mente, notó como los dedos entraban en su vagina. Poco a poco se iba retorciendo de gusto. Las piernas las abría para recibir más placer. Los músculos vaginales se dilataban deseando sufrir un delirio estremecedor de aquella joven. Las convulsiones iban y venían por todo su cuerpo. Los movimientos en su clítoris la llevó a un extremo inigualable. Ella se masturbaba, pero notaba más gozo en lo que le estaba haciendo aquella mano que no se detenía. Percibía la satisfacción sexual por todos lados. El pezón se iba estirando a la vez que la mano jugueteaba con él y si no, era la boca la que chupaba aquella teta que se mostraba ya con gran dimensión fruto del éxtasis alcanzado.
Los gemidos se sucedían con una frecuencia magistral. Su cuerpo era fuego que ardía desde dentro a fuera. Su piel sudaba...el ritmo no menguaba y su respiración se entrecortaba como señal de la excitación que tenía. Ya su coño estaba en una humedad superior. Se detuvo en la penetración la joven y la miraba con intensidad. No hacía falta palabras, la comunicación estaba presente.
Fue en aquel momento cuando ella tomó a la joven. Comenzó a masturbarla al cambiar de posición.
La ansiedad le podía y fuertemente apretaba su mano contra aquella vagina que deseaba todo aquel empuje. Los gritos aparecieron en la chica acompañados de una respiración delirante.
Alzo su pierna, se la posicionó en el hombro y puso su vagina contra la vagina de la otra. Fue un acto reflejo pero buscando el frotamiento de los dos sexos y así lograr la explosión de la pasión sexual.
Ambas se movían con arrebato. Los chorros de placer corrían aquellos dos cuerpos que deseaban lograr el mayor de los orgasmos. Cada una iba recibiendo olas de satisfacción que les hacía evadirse de la realidad y del lugar que estaban.
Disfrutar del sexo era lo que deseaban y lo estaban logrando. Apretaban los clítoris con énfasis para en el rozamiento alcanzar el desvanecimiento total.
Mojados los labios vaginales los estímulos les recorrían aquellos cuerpos desnudos con frecuencias mínimos...querían soportar todo el placer que fuese posible y que la satisfacción en aquella noche no la pudiesen olvidar en mucho tiempo.
Así lograron alcanzar el mayor de los éxtasis con la fricción de las vaginas. La madre empujaba más. A ella le estaba llegando el orgasmos preliminar y no tardaría mucho en correrse.
La joven cambió de posición. Era la misma pero ella envestía a su compañera de cama. Con los movimientos apropiados, los calambres finales aparecían. Todo estaba listo para llegar al orgasmo final. Las caricias llegaron a los senos de la madre y fue la gota que colmaba aquel fuego interno...el grito la hizo vaciar el flujo de su adentro. Le pidió que continuase en sus movimientos para así colmarse del placer más profundo. La joven gritó también y era evidente que se había corrido encima de la mujer.
Los dos cuerpos desnudos se posaron en el suelo. Estaban exhaustos y requerían un momento de calma para recuperar unas fuerzas debilitadas por la intensidad del sexo practicado.
Las dos se incorporaron a la vez para besarse con intensidad...eran besos de trofeo por la conquista lograda. En sus bocas quedaron una media sonrisa que las llevó a abrazarse. Así permanecieron un rato...ninguna palabra.
Habían perdido la noción del tiempo, sin embargo, estaban con una felicidad enorme. La madre fue la que interrumpió el silencio diciendo que nunca había hecho eso, aunque, había recibido sensaciones más maravillosas que el placer que se alcanza cuando follas con un hombre.
En una conversación entraron cuando a lo lejos escucharon el regreso de la familia. Sigilosamente cada una se marchó a su habitación.
Al llegar la joven a la habitación vio a la chica en la cama y con un sueño profundo. Se acostó en la otra cama y se dijo que en la mañana ya vería como se encontraba su amiga.
La madre reposaba en la cama. El marido llegó con ganas de follar...se encontró la negativa pues estaba aún con las emociones de la joven y no quería desecharlas así tan fácil.
Ante la negación el hombre se fue a dormir y así quedó la casa en silencio hasta el próximo día.

sábado, 2 de mayo de 2015

Una relación sin final - 3 -

Con los primeros rayos de claridad sus ojos se abrieron. Allí estaba la joven toda desnuda con una belleza descomunal. Mientras la contemplaba, pensaba en lo sucedido en la noche. Su pensamiento no iba dirigido en haber pillado a la madre de su amiga follando con su cuñado, ni lo sucedido en la cama con su amiga después de presenciar aquel acto de sexo. No le quitaba el sueño la infidelidad que había presenciado. Lo que le hacía recapacitar en ese momento de la mañana era la atracción que le producía el fantástico cuerpo desnudo de la madre. Aquellos pezones la tenían en un desequilibrio perturbador, al igual que su intimidad despoblada. Su cuerpo se estremecía al pensar en ella, aunque sabía que era entrar en un campo de batalla muy peligroso.
Sus dedos iban acariciando la piel de la joven sin obtener estremecimiento alguno. Cada caricia la extendía en el cuerpo pero con su mente puesta en aquel cuerpo maduro.  El pensamiento hacia la señora de la casa la estaba evadiendo de la realidad y en su semblante había un gesto de felicidad muy elocuente. Era atracción lo que engendraba esa fuente de placer.
Sin notar nada, la joven se despertó con el consiguiente giro de su cuerpo desnudo. Al ver a su amiga con aquella cara de aislada, su reacción fue acercarse a ella y besarla. Se quedó en el intento porque no llegó a hacerlo ya que la chica lo impidió. El gesto de darle un beso fue como bajarla de aquel sueño tan bonito que tenía. De pronto su gesticulación cambió. No poseía la cara que había contemplado al abrir los ojos...¿ en qué estaría pensando o qué circulaba por su mente para poseer aquella cara tan agraciada?
Por separado se vistieron para llegar al desayuno. En casa ya estaban todos levantados y cada cual decía el plan que iba ha desarrollar en aquel esplendido día de verano. La joven emitió su veredicto pensando que su amiga la acompañaría. Tenía unos asuntos pendientes en la ciudad y esperaba que la acompañase...pero no, sus rumbos iban en otra dirección. Cada persona dedicaría su tiempo a estar fuera de la casa en ese día por diversos motivos. El último turno quedaba para la señora de la casa. Ella haría las faenas y después marcharía a hacer las compras para después ir a la playa. La chica, inmediatamente, le insinuó que si podía acompañarla y así se conocerían mejor. No ofreció objeción alguna pues una mano compañera le vendría muy bien y, de este modo, antes acabaría la limpieza de aquel hogar tan concurrido. Esto supuso el enojo de la joven. La miraba sin comprenderla y no entendía por qué declinaba ir con ella a la ciudad y así estar juntas.
Cuando se fueron marchando, la calma afloró en la casa. Ahora se estaba bien. La temperatura era propicia para la relajación y estar disfrutando la soledad. Todo lo pensado se esfumó en segundos al llegar la madre y decirle el plan de trabajo. Ella aceptó cuanto le decía...su idea estaba puesta en marcha y todo iba saliendo estupendamente. No se separaban ni un momento. Si ella ponía cara alegre, la madre se contagiaba y su cara estaba repleta de felicidad. Ambas se conjuntaron muy bien. En un primer momento los temas de conversación llevaron el rumbo de los estudios, después pasaron a temas más personales para pasar a temas más íntimos. Buscaba saber si su hija tenía alguna relación o algo parecido porque la había notado muy contenta en las últimas llamadas antes de verse en la casa de la playa. La notaba como enamorada...muy espontánea y risueña.
Ya en la cocina se dispusieron a preparar la comida y ahí salieron temas más picantones. Ella no ocultó su tendencia lesbica. Siempre había sido un poco bisexual, aunque, le interesaban más las mujeres que los hombres. Estos no se habían portado muy bien con ella y había decidido no tener más relaciones con hombres.
Aquella confesión no alteró a la mujer, aunque si la descentró un poco. Pensaba que la chica tenía pareja. El tema trajo una conversación fluida entre las dos mujeres con la consiguiente mención de la madre diciendo que ella no lo había hecho nunca con una mujer. Si tenía referencias por amigas y curiosidad en internet del placer que se recibía porque hacerlo con una mujer conllevaba más ternura, más sensualidad, más excitación...era muy diferente a practicarlo con el hombre y llegabas a un orgasmo más pleno, más penetrante y más estimulador. Mientras hablaba, a la chica le vibraba todo el cuerpo, hasta los pezones se le habían puesto más erguidos y duros mostrándose en la camiseta con todo descaro. Por la entrepierna le subía un calor muy exquisito que la sumía en unas ganas locas de abalanzarse y poseer a su acompañante. En ella veía a una persona por descubrir tanto en lo sexual como en lo femenino. Sus impulsos la tenían en una dualidad mortificante. Si se lanzaba hacia ella podía hacerle el amor alli y quedar ambas complacidas o ganarse una reprimenda y quedar mal ante los ojos de aquel ser tan maravilloso.
Ya el colmo de la desesperación fue cuando le insinuó que iba a darse un baño. La faena iba adelantada y tenía calor.  Ahora si que recibía las palabras como una acción directa. El solo pensar en bañarse juntas le seducía. Desnudas disfrutarían del sexo y le haría encontrar una satisfacción más deseosa. El placer sería diferente al realizado con un hombre y la pondría a dudar cual sexo le gustaba más. Bajo su ropa notaba la humedad de su clítoris...sus ganas de ser acariciada le absorbía todos los sentidos. Estaba cubierta por una obsesión que la hacía perder la realidad.
Cuando la mujer se dirigió al baño, ella tomó el mismo rumbo. Con voz melosa dijo que iba a poner un poco de orden en su habitación para cuando llegase su hija. Esperaba que la replica fuese: Ven conmigo a la ducha y hagamos el amor.
La puerta no quedó completamente cerrada. Como persona curiosa, regreso con pasos silenciosos y se puso a mirar por la pequeña abertura. Su visión le hizo ver una silueta deslumbrante...en su cuerpo notaba las manos de ella untando la espuma. Sus labios querían besarla y morder ese cuello de piel suave. Al dejar de caer el agua, sus sentidos reaccionaron. Debía de marcharse porque sería descubierta y podría reaccionar de la manera que antes le mortificaba la cabeza. Un grito la alertó. La voz requería su presencia para que le llevase una toalla grande que había en su dormitorio. No se detuvo ningún instante y fue al dormitorio para coger lo requerido. Sobre la cama estaba toda su ropa: sujetador, braguita, camisa, falda...y la toalla. Contemplar la ropa intima fue la seducción total, pero, nuevamente, la voz la hacia volver a la realidad. En ese momento que ella entraba en el baño, la mujer salía de la ducha. Su cuerpo desnudo cubierto de gotitas de agua la excitaron más. Era el instante deseado, la situación perfecta para follar con ella y declararle su pasión desde que la vio.
La madre miró a la chica. Sus ojos estaban brillantes, encendidos en amor, pasionales...eran pura lujuria...parecía estrellas relucientes en un cielo oscuro.
- Mujer no me mires así. Me estás ruborizando - ¿ Te gusta mi cuerpo ?
- Aunque no es de una joven, me gusta conservarme bien y mi trabajo me cuesta...aquí están los resultados -
- ¿ Has visto mujeres con mi edad cuyo cuerpo este de esta manera ?
La joven no sabía que decir y, ahora, las convulsiones la hacían ruborizarse. Estaba fascinada con lo que tenía delante, y, solamente, las dudas formaban una barrera inquietante. Mirarla suponía hechizo, no querer separarse ...estar follando en ese lugar y disfrutar de aquella madura que la estaba poniendo muy cachonda.
De nuevo una voz despertó el silencio creado en el baño. Las miradas seductoras despertaron...Aquella voz de mujer preguntaba dónde estaban...
No desearía ver escuchado a su amiga, pero contestó con un grito que despertó al silencio. Se dijo que la pesada le había quitado la oportunidad de acercarse más hacia su presa sexual.  El encuentro de las tres mujeres fue frío y distante...tanto la madre como la chica actuaron de forma natural...como si no hubiese pasado nada, aunque, ambas sabían que algo había acontecido. Las miradas silenciosas hablaban por si solas. La chica comenzó a decirle a su amiga lo que había hecho pero teniendo en mente qué hacían las dos en el baño.
Con el resto de la familia en casa todo se fue diluyendo, sin embargo, la chica seguía viendo la silueta de la mujer madura y más ganas tenía de hacerle el amor.


jueves, 9 de abril de 2015

Una relación sin final - 2 -

   El mayor problema no radicaba en la dependencia que estaba mostrando, sino que, por su propia cuenta, había contado a su familia su situación sentimental y para más complicación, había mencionado que pasarían el verano juntas en la playa.
   A cada palabra que mencionaba entre sollozos era un puñal que se clavaba en la otra chica. Siempre habían acordado no involucrarse en una relación. Aquella situación era agradable, pero era solo sexo...nada de enamorarse y, menos, adentrarse en una relación de pareja. Ella había salido de un estado conflictivo con otra chica y no deseaba volver a pasar por ese dolor que marca el amor hiriente.
   Cuando las lágrimas fueron menguando en los ojos de la chica más joven, sus palabras llevaban el camino del perdón. Su exposición era comprensible después del tiempo que llevaban unidas y compartiendo piso. Sin embargo, también entendía los problemas por los que había pasado su compañera. Los nervios se fueron apaciguando y las razones floreciendo. La chica mayor concluyó diciendo que pasarían el verano juntas ya que así lo había hablado con su familia y no quería dejarla en mal lugar. Después, todo terminaría y cada una viviría su vida. Una vez mostrado el amor, la convivencia no sería del mismo modo. Por nada del mundo quería otra relación...y así, de nuevo, se lo hizo ver.
   Un abrazo sello el pacto acordado...no obstante, era una situación límite porque debería pasar por un estado que no era real. Por más que ocultasen el no formar pareja, en cualquier momento, se descubriría y las discrepancias podrían ser la gota que colmase la paciencia.
   Mientras llegó el verano, la relación fue distanciándose. Tenían sus juegos de placer y buscaban la calma sexual. Se encontraban con las miradas y disfrutaban de la lujuria en ese momento...siempre sabiendo en el acuerdo que había alcanzado.
   El verano las condujo a la playa. El lugar era maravilloso. La chica mayor quedo encantada de aquel fantástico lugar. Allí fue presentada a sus padres, su hermano y sus tíos que pasaban unos días. Al principio la situación fue más tensa, aunque todos la acogieron con respeto y amistad.
   Transcurridos unos días tuvo el primer momento de tensión. El calor la agobiaba aquella noche y el insomnio la hizo deambular por la casa en busca de ese agua fresca en la nevera. Unos primeros gemidos la desconcertó. La sangre le hervía...quería saber que pasaba en aquella habitación. Su curiosidad le llevó a lo más inesperado: La madre de su amiga se lo estaba montando con su cuñado.
La habitación estaba lejos de los dormitorios lo que suponía no ser escuchado siempre que no hicieran ruido. En una primera ojeada presenció como la mujer estaba encima del hombre disfrutando de manera fascinante. Se le veía desbordada por el placer que le infringía aquel pene del cual parecía estar exultante. Aquella situación no era la primera vez se decía y notaba un afín obsesivo. Su pensamiento se puso a cavilar. Enseguida puso su visión a lo que sucedía allí adentro. Aquel día la luna estaba llena lo que hacía que presenciase todo con claridad.
Tras las galopadas acometidas, llegó la hora de la mamada. Su boca se llenó de aquel miembro. Las chupadas provocaban un gusto enorme al hombre para sin más detención decirle que deseaba hacer un 69 y así los dos obtendrían el placer más deseado. Los lametones producían una sonoridad dentro del silencio de la noche. En esos momentos, ella fue notando como su clítoris se estimulaba. Notaba como aquella pareja la estaba excitando. Sin titubeos comenzó a tocarse. Un potente gozo la acogió. Se sentía humedecida y las acometidas eran más profundas. Mientras ella se masturbaba, la pareja cambio de postura. El hombre estaba en lo alto y la penetraba con fiereza. Ella así lo quería porque le empujaba sus glúteos para que entrase su miembro hasta lo más profundo del clítoris y así llevarla a una fascinante corrida. Entre los suspiros de ella y los quejidos y gemidos de la pareja, la noción del tiempo y la situación que estaba le hizo olvidarse del conflicto que sería ser hallada allí. Al calmarse un poco notó como la pareja se detuvo. Ella no fue previsora y pensaba que cambiarían de posición, sin embargo, no acontecieron las cosas como ella desease. Sin darse cuenta la puerta se abrió. En un leve empujón la madre de su amiga la apartó de la visión de su cuñado. Sin mencionar palabra, le insinuó por gesto que se fuese a dormir y que mañana hablarían. La situación no fue nada propicia y con paso firme se fue a la cama. Ahora si que no conciliaría el sueño pasado lo que había pasado. Esperaba una gran repulsa al día siguiente por parte de la mujer, e , incluso, del hombre. El primer problema que surgía y no sabía cómo podía acabar, aunque, también se decía, que podía decirle a la madre de su amiga que nada de reprimendas porque iba a su marido y entonces si que se podría liar un caos sentimental.
 La noche avanzaba. Sus dilemas acontecían. Pensaba en la represión, en los cuernos, en cómo se sentiría su amiga si le dijese algo. En lo que más se detenía era en el espectacular cuerpo que tenía la mujer. En aquellos pechos y en los pezones tan erguidos. No entendía como se había excitado al ver la pareja copular. Su deliberación le llevó a pensar que se veía ella como el hombre. Al pensar en la madre, notaba como se le estremecía su piel y le abordaba una excitación frenética. Tanto era el placer que le rondaba que comenzó a masturbarse. Los gemidos despertaron a su amiga. Sin darle explicaciones la desnudó e hicieron el amor. Al concluir, la joven notó cambiada a la chica. ¿ Qué le había pasado para tratarla tan suavemente y hacerla llegar al orgasmo más excitantes en mucho tiempo ?
Ambas quedaron rendidas en la cama. El sueño y el placer las hizo claudicar hacia un estado maravilloso. Deberían aprovechar porque pronto llegaría el día y tenían previsto nuevas actividades.

viernes, 20 de marzo de 2015

Una relación sin final.- 1 -

"Siento cómo me tambaleo al tenerte cerca. Tu presencia aniquila mi consistencia y mi organismo comienza a entrar en un estado de efervescencia que hace descontrolar todos mis sentidos. Los orgasmos se suceden. Sin límites ni pudor quisiera obtener los flujos que hay en tu adentro.
Anhelo, a cada instante, darte todo el placer para que ambas consigamos introducirnos en el mundo frenético del éxtasis corporal.
Ya no me sonrojo cuando te desnudas, ni la vergüenza se apodera de mi al mirarme con esa forma lujuriosa. Me excita todo lo que hay en ti y te deseo. En esos momentos solamente quiero poseerte y tener sexo, amor y pasión contigo. Al ver tus pechos la atracción me desborda. Cuando descubres tu intimidad más oculta, mi sangre cobra una velocidad desquiciante y sin aliento me dejas.
 Esa mirada fija me embriaga. Tus ojos seductores manipulan cada nervio de mi cuerpo... quiero agarrarte de la cintura y atraerte contra mi pecho. No deseo que te marches de mi lado, soy felicidad sin límites al estar fusionadas en la pasión más enérgica.
Ante tal momento de unión, el sexo es un vinculo que nos aúna a no separarnos. El querer es llamada en nuestro interior y el delirio corre por nuestra piel. Eres tu la que calma mis deseos y equilibras mi pasiones.
Cuando me besas con esa perseverancia magistral, las pulsaciones se desorbitan...penetra en mi cuerpo un abrazador ímpetu que explosiono de placer y no deseo dejar de besarte. El gusto recibido a nada es comparable. Las sensaciones que obtengo de tu boca me lleva al desenfreno más apasionante.
La respiración se vuelve jadeante. Suspiro y los gemidos me atrapan. Tus besos en mis pezones me convulsionan todas las células nerviosas y sufro del más grato estimulo. Al deslizarte de esa forma estimulante por mi cuerpo sufro descargas emocionales que aviva la fogosidad de mi interior. Ardo con tu empeño en lamer mi vagina y alterar mi clítoris.
Ante tanto encantamiento, soy sumisa de ti. Me atrapas con tus actos y al sentirme mojada, las vibraciones en mi vulva  crea alarmas pasionales en cara poro de mi piel. Me expones a arrebatos sexuales y creo desfallecer de gusto. Mis partes vitales palpitan. Cierro los ojos y quiero abrazarte y no separarme de ti.
Deseo tener sexo a cada momento y sentir ardes los puntos sexuales de mi cuerpo. Con tus mordiscos en mi cuello quedo complacida...exhalo suspiros y creo que el orgasmo se abre paso en mi interior para salir fuera y dar fe del placer que tengo dentro.
No te marches. Quédate un rato más y cubramos nuestra piel de las ceremonias sexuales más intensas. Lleguemos a los estados más morbosos y logremos exponernos a los rituales más profundos del amor.
No te marches todavía. Quiero amarte para siempre y morir a tu lado mientras nuestros labios se dan el último beso."

Aquella declaración tan penetrante dejó inmóvil a la chica. Su exposición era todo un testimonio de amor intenso...cada palabra la estaba descentrando y no comprendía cómo habían llegado a ese punto cuando todo había quedado claro con antelación en otros encuentros sexuales. Para ella, era eso, encuentros de sexo sin amor. Se atraían mutuamente pero no quería adentrarse en el mundo de las relaciones duraderas. Eran, como se dice, " amigas con derecho a sexo ". Ella así lo había expuesto y así lo entendía, aunque, por parte de la otra chica, las sensaciones iban en un camino muy diferente.
En sus ojos se veía esa lágrima sincera que habla por si sola.
Un abrazo las llevó al mutismo más atronador. Una pensaba que había causado efecto su sinceridad, sin embargo, el efecto causado aún era más contradictorio y esperaría a que se calmase para aclarar todas las confusiones.



domingo, 8 de marzo de 2015

Baño de placer.

Un imperioso fuego arde en las miradas
fuego embriagador que seduce.
Sin palabras se habla
los ojos son insinuaciones...
Cae el agua llamando a cuerpos calientes
en el contacto hierve la piel.
La excitación lleva a la unión.
Cuerpos que se funde en una explosión de amor.
Impetuosas caricias, abrazos arrebatadores,
besos escalofriantes...pasión.

Al cerrar los ojos el placer se desborda.
Enlazados como un sólo cuerpo el gusto es delirio.
La consecución del sexo es plenitud.
El estremecimiento recorre las espaldas,
mientras, no cesa el agua que sosiega la piel ardiente.
En la penetración, el dolor es satisfacción.
Los movimientos encandilan a seres que se buscan.
Se convulsionan los sentidos.
El sexo se encamina hacia el orgasmo.

Con los espasmos preliminares se detiene el ritmo.
Ella se desliza a la búsqueda de la erección del pene.
La masturbación es lamentos para el hombre.
Cada acción bucal derrumba la firmeza masculina.
El agua de la ducha no se detiene
y apacigua el calor de cada chupada en el pene.
La debilidad se hace presente.
Acomodada, ella desplaza sus manos a la vagina
y se masturba para llegar a la excitación máxima.
Irresistible se hace la situación.
Cada cual recibe las acometidas del gusto
y enjabonados en placer
se desmoronan a la llegada del orgasmo.
El semen es alegría en la boca femenina.
Ahora las miradas se buscan
llegan a estar frente a frente
y un beso 
da calma a seres que se quieren.