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lunes, 7 de diciembre de 2015

Tu presencia me desorbita.


Acallo el deseo de tus labios con un retorno al pasado,
la tentación es un vicio que no controlo
y quiero ser galopante beso que se aferra a tu boca.
La serenidad incurre en ceguera cuando pienso en ti,
tu cuerpo desnudo es un escalofrío que hierve mi sangre.
No te tengo...me faltas, pero me consuelo con el pensamiento.
Al recordar esos encuentros sexuales vivo, me altero
e incurro en un apetito que no tiene límites.
Tus pechos, como laberinto en el cual perderse,
es una prisión de la que no quiero liberarme, 
me siento preso y no quiero escapar de la suavidad de tus pezones.
Al chupar tus senos entro en una sensación plácida que me desborda,
es un deambular por el frenesí más osado y de ti no quiero separarme.
Mi lengua no se detiene, mi boca incurre en la persistencia
y mis manos buscan alterar tus sentidos con un tenue manoseo. 
Me afano con vehemencia a ti y el descontrol
me lleva a incurrir en la obsesión por tu entrepierna. 
El desequilibrio es una bocanada lujuriosa que pulveriza
todo lo concerniente con la cautela...¡ quiero ser fuego 
que haga humedecer esa vagina de fantasía !
La paciencia se disipa con la sola presencia de tu desnudez,
opulentes lametones van a tu clítoris y entras en un vivaz estado
que te llena de un ansia ardiente.
Tu fogosidad es un candelero que sucumbe en mi,
se plasma con dulces caricias en mi pene...es un gusto inmenso
que me seduce y me hace ser ímpetu impúdico .
Estoy sujeto a la voluntad de tu masturbación
y siento que me encandilas con esos movimientos,
tanto suaves como rápidos, que me llevan a gozar 
de manera desorbitada.

¡ Ven y posa tu cuerpo desnudo en mi !
¡ Hagamos el amor !
Quiero ser explosión sin control con el coito más mortal
que logramos con las posiciones más estimulantes.
¡ Ven y logremos el camino del orgasmo !
Quiero quedar exhausto en tu piel después de correrme.