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viernes, 27 de julio de 2012

El amigo - FINAL -

Los días fueron pasando con la normalidad que encerraba aquella familia. Cada cual estaba ocupado en sus asuntos menos la madre que tenía el recuerdo de aquella noche que pasó con el amigo de su hija. Cada gesto, cada mirada, cada gota de sudor, cada suspiro...todo se le volvía amor y pensaba que era una insinuación hacia ella para yacer juntos nuevamente a la luz de la luna. Sus palabras acompañadas de una sonrisa hacían desembocar en ella un gozo interior que le hacía sentirse como una jovencita enamorada. Era una ilusión expectante de cada cosa que provocaba su elegancia y su belleza. El se mostraba con un comportamiento correcto lo que cobraba más valor en la mujer. No se separaba ningún instante de su amiga ya estuviese en la playa como si le ayudaba a fregar los platos de la comida. 
El fin de semana llegó con el consabido desorden en la casa. Este se presentaba diferente porque era el último del verano y esto hacía que al día siguiente cada cual se marchase para su lugar de trabajo o sus estudios pertinentes. Aquella noche sería especial porque todos irían a la playa a pasarlo bien en familia. Allí llevaron mesas, sillas y demás complementos para la velada que les esperaba. El mar sería un buen acompañante pues se mostraba con la suavidad que requería el momento.
El padre se lo pasaba en grande.  Veía como su hija se sentía feliz al lado de aquel joven que había sido presentado como amigo pero comprobaba que en las miradas mutuas había algo más que amistad. Sus otros hijos estaban contentos porque ya dejarían de gruñir al volver a estar al lado de sus amigos. Miraba a su mujer y le transmitía todo lo que sentía por ella. Guiños, palabras bonitas y elevarla a la mayor magnitud de halagos hacía que se notase que estaba completamente enamorado de ella como si fuese el primer día.
Las sonrisas, la alegría en el ambiente y la variedad de temas lograba que las horas fuesen avanzando en la noche. Los más jóvenes , deseosos de libertad, hablaron para irse a una fiesta que había en la ciudad que duraría hasta el amanecer motivo del fin del verano. Allí quedaron las dos parejas solas degustando el placer que daba el mar junto con la luminosa luna.
- ¡ Cariño, es hora de ir para la casa y dejar a estas criaturitas solas para que disfruten de la noche ! -
Aquellas palabras fueron como un puñal en el corazón de su esposa pues al instante miró al joven y era como si lo abandonase al amor de su hija. Esta al escuchar a su padre sonrió en forma de agradecimiento.
- Además, cariño, me parece que tu me prometiste algo y todos sabemos que las cosas que se prometen se deben pagar -
El guiño hacia los jóvenes dio a entender lo que deseaba. Ellos quedaron allí unidos por un abrazo y cuando vieron que se alejaban, se besaron con la pasión del amor.
Los padres llegaron a casa. Desde que cerraron la puerta comenzaron los besos y a tocarse todas las partes del cuerpo. Ella no podía resistirse nuevamente y se dejó llevar pensando en las caricias del joven.
En la cama el marido dispensaba todo el amor . Subía a su mujer encima de su cuerpo y la penetraba dulcemente. Con sus manos en la cintura, la guiaba en los movimientos para así dar mayor plenitud en el acto sexual. Le acariciaba los pechos, se levantaba y los besaba. El olor que desprendía la mujer le tenía embriagado en deseo. Ahora la colocaba de espaldas para lamerle la espalda. Recorrer todo su cuerpo hasta llegar a penetrarla con su miembro que estaba erguido deseoso de la humedad de la vagina de su señora. Su respiración era jadeante, el sudor cubría su piel....descargaba toda su pasión en aquel cuerpo que, aunque colaboraba, se veía desbordado por la visión de su hija fornicar con su amigo. El pensamiento la llevo a tomar el mando del ritual sexual. Ella iba marcando las pautas de los movimientos, de las cosas que le gustarían hacer con el joven, solo que era su marido el que estaba gozando de la bravura , de la lujuria que desplegaba aquella mujer. Su objetivo era hacer que su marido se corriese cuanto antes para así dejarlo satisfecho. Se dormiría pronto y ella podría ir a ver que hacían los jóvenes. 
Mientras en la playa, los chicos seguían degustando el amor. En un instante desearon tomar una copa para apaciguar el fuego que desprendían sus cuerpos pero se les había acabado el hielo. El, con la excusa del hielo, se ofreció a ir a la casa. Su pensamiento estaba también en la madre. Si tardaba, a su regreso inventaría una excusa para convencer a su amiga de la tardanza. Al llegar a la casa, lo primero que escuchó fue el silencio y todas las luces apagadas. Subió hacia las habitaciones . Allí , en los últimos peldaños de la escalera, si escucho suspiros y gemidos que les cubrió de intriga. De la habitación de los padres provenían toda aquella cantidad de ruidos. La puerta no estaba completamente cerrada lo que le llevó a satisfacer su intriga por ver lo que hacían . Sigilosamente abrió la puerta un poco lo suficiente para ver que ella estaba tendida en la cama y su marido encima. Los dos permanecían completamente desnudos. Ella deliraba con cada impulso , con cada beso en su cuerpo y le acariciaba la espalda atrayendolo más para que la penetración fuese intensa . Todo entusiasmo hizo que no se percatase de las miradas del joven. Este solo veía a una pareja disfrutando del amor. Como dos cuerpos fervorosos y apasionados gemían de placer en un acto ferviente donde andaban buscando la ebullición indefinida de la lujuria. 
Al abrir los ojos ella, noto la presencia del joven notando en su cara decepción. Con sus manos elevadas quería explicarle pero ya era demasiado tarde porque aquel joven se había marchado.
Cuando llegó ante su amiga, no paró de besarla, acariciarla y pedirle hacer el amor. 
- ¿ Dónde has estado ?-
-¡ Nada cielo, en el baño. He tenido que esperar porque estaba tu padre. No te imaginas, jajajajajja, estaba buscando preservativos ! -
En un abrazo se fundieron. Resultaba raro la explicación pero podía ser, ella no controlaba la cantidad de sexo que tenían sus padres.
Ellos también se embaucaron en la fornicación al amparo de la luna y como testigo el mar con el sonido que los llevaba hacia los actos más puros del querer. 
Así transcurrió el tiempo hasta que se fueron a dormir. Al llegar a la casa, sus padres ya habían cerrado la puerta y disfrutaban del sueño. Todo quedó en silencio. El beso de buenas noches llevó a separar aquel nuevo amor que había nacido en verano.
Es despertar de toda la familia fue entrado el mediodía. Como siempre la madre fue la primera en levantarse. Después siguió su hija para ayudarle y así fue apareciendo cada individuo de la casa. El joven apareció como cada mañana con su sonrisa en la boca. En los buenos días fue a saludar a su amiga con un beso en la mejilla. Sin embargo no hizo ningún gesto como los días anteriores a la madre. El que se levantó con una alegría esplendorosa fue el padre que llegó como si le hubiese tocado una lotería. 
El día transcurrió con toda normalidad. La tarde si se hizo más triste porque la joven y su amigo debían de partir. El saludo del chico hacia el padre de ella fue efusivo lo contrario que hacia la madre. Ella comprobó que el joven si había sentido engañado por tantas palabras que le había dicho aquella noche sobre dejar a su marido por él. 
Antes de montarse en el coche, el joven se giró . Un beso fue acompañado con el gesto de saludo y la sonrisa de cada mañana salió de su boca. Ella percibió que iba para su corazón y comprobó que todo se lo había perdonado.
Con un abrazo, los padres de la chica emprendieron camino hacia dentro del hogar.
- ¿ Iremos pronto a la boda de los chicos ?, ¡ se les ve muy unidos !- dijo el padre mirando hacia la madre.
La madre sin mirarlo contestó: - ¡ ya veremos, por un verano juntos no se van a casar mañana mismo !.


FIN.

sábado, 21 de julio de 2012

El Amigo ( III ).

La mañana se presentó con el saludo de un sol radiante puesto en el horizonte. El mar estaba en calma y hacia que el día fuese propicio para estar en la playa saboreando toda la ternura que acompañaba el ambiente. 
La madre madrugó con la vitalidad que en ella era cotidiano. Quería tener todo dispuesto para cuando despertasen las almas durmientes de su casa. Su marido iría a trabajar, ella haría las compras y sus hijos a la playa. Aunque estaba en su tarea, no paraba de pensar en lo que había visto la noche pasada. En su vagina aún estaban las vibraciones estimulantes y el fuego que alcanzó viendo como lo hacían su hija y el amigo. Al llegar a la cama, su marido comenzó a acariciarle el cuerpo, los pechos... pero cuando iba a llegar a su entrepierna lo detuvo alegando que no tenía ganas en ese momento por un intenso dolor en la cabeza quizás fruto de haberse quedado dormida en el sillón en mala posición. El caso que no le apetecía y sólo quería dormir para estar activa al día siguiente. Con un beso calmó las ganas de aquel hombre que la esperaba como agua de mayo. Sus palabras no sabía si serían creídas  pero le dijo que el fin de semana no estarían sus hijos entonces tendrían media noche para disfrutar ellos del ímpetu y el goce amoroso.
Su pensamiento matinal sólo estaba encaminado en aquel cuerpo, en su miembro, en sus ojos, en sus labios...no sabía que le ocurría pero era una atracción física lo que sentía al ver a aquel joven.
Pensando en todo lo acontecido, apareció con su parte superior desnuda. Un pantalón corto era su prenda . Ya sintió el escalofrío recorrer su cuerpo y apenas pudo articular palabra alguna.
- ¡ Buenos días, señora !. - ¡ Madruga usted mucho !-
- ¡ Buenos días , joven !. -¡ Tu no sabes eso que dicen: Al que madruga , Dios le ayuda !-
Sus ojos no paraban de mirar el torso desnudo. Quería traerlo hacía su pecho y hacer el amor allí mismo con el morbo de que podía venir alguien. Quería sentir dentro todo el miembro que se mostraba desde la mañana con plenitud.
- ¡ Hijo ya se ve que Dios te ayuda porque te da un cuerpo de envidia !.
El joven se ruborizó. Cogió algo de fruta y con una sonrisa le anunció que iría a correr un rato por la playa hasta que se levantase su hija. Ella no dejaba de mirarlo. Ahora su pensamiento le hacía estar húmeda por dentro. ¿ Cómo era posible que se emocionase tan pronto viendo a aquel jovencito ?. Había sido una mujer activa en el sexo y degustando muchas experiencias pero el efecto que causaba la mirada, el cuerpo, la sonrisa y la sencillez del amigo de su hija no lo había encontrado hacía mucho tiempo. Estaba como una jovencita babeando tras un chico guapo....
El día transcurría con la normalidad diaria. Su marido estaba en el trabajo y hasta la noche no regresaba. Su hija con aquel chico estuvieron todo el día en la playa. El resto de familia iban a ver ciertos actos en el centro de la ciudad y no regresarían hasta la noche también... así que allí estaba sola pero con la tranquilidad de sentirse cómoda por el rato que tendría para ella disfrutar de la calma.
Al llegar la tarde, los primeros moradores de aquella casa fueron llegando para hacer olvidar la calma con la que había vivido el día . Tanto la hija como el amigo subieron a sus respectivas habitaciones para cambiarse de ropa tras un baño, su marido regresó antes por cuestiones de papeleo, el resto regresó antes por haberse aburrido en un acto. De estar sola en la casa, en una hora aquello había vuelto a ser una marabunda pero amaba a su familia.
En la cena comenzaron las mismas discrepancias de siempre. Uno que no le apetecía la cena, otro que hablaba de su día con el poco interés que despertaba en los demás, y entre sonrisas, la cena se volvía una velada halagüeña. Ella muda , por escuchar a su familia tratar diversidad de temas de actualidad, solo tenía ojos en el chico. Cada mordisco a la carne era como si se lo diese en su cuello, cada sorbo de vino lo notaba en su vagina...todo lo que hacía lo trasladaba a las ganas de sexo con él.
Terminada la cena, cada cual fue alojándose en su habitación. Era bien tarde y el día había sido agotador para la mayoría de la familia. De nuevo la madre quedó sola en la tranquilidad de la noche. Salió a disfrutar de la brisa marina y contemplar las estrellas mientras se fumaba un cigarro. Cuando se estaba quedando dormida, unos pasos la alentaron. Sorprendida, vio que se trataba del joven que estaba como en la mañana. Allí parado en la puerta de la cocina era como un ángel que llegaba a satisfacer sus ganas de sexo.
Sin contemplaciones se dirigió hacia él abrazándolo como si no quisiese que se lo robasen. Lo besaba, le acariciaba su pecho, le mordía sus labios. Ella no esperaba aquella reacción pero el ángel bendito la llevó a la mesa de la cocina. La subió y comenzó a besarla. Sus besos sabían a gloria. Su saliva se adentraba en su boca con esa lengua que le recorría todo el grosor de sus labios. Lo miraba . Sentía la seducción de sus ojos. Las manos del joven recorrían sus pechos con ternura. Pellizcaba los pezones llevándola a una perturbación delirante. Al mismo tiempo que ella tocaba el pene , él introducía su mano en aquel volcán de fuego femenino. La penetraba con los dedos. Las sensaciones la llevaban a evadirse , a alcanzar un estado lujurioso que la hacía olvidar . Solo quería estar con aquel suspiro de amor con ternura extrema. Sin más preámbulos, el miembro fue recorriendo los labios de aquella vagina que solo quería ser penetrada. Ella no paraba de acariciar el cuerpo de su acompañante. Su piel era como una carta de amor que se la recitase el poeta romántico junto a la claridad de la luna. El miembro era grande lo que provocó que el gemido fuese intenso en la primera sacudida. La vagina la notaba dilatada. Era una excitación continua a cada envestida. Sus pechos eran rociados de un estimulo majestuoso con las caricias de aquella lengua que la llevaba a la extenuación.
Buscaron en el cambio de posición un mayor gozo. Ahora ella estaba con su cuerpo inclinad en la mesa. Con saliva en la mano, palpo todo el esplendor de aquella vulva que se mostraba deseosa de sexo. La penetración llevó a la mujer al un nuevo gemido.  Estaba fascinada, se sentía atrapada en el frenesí y los flujos internos se estaban acalorando para querer salir. Cada penetración era un suspiro. Se detuvo pero sin parar de penetrarla. Él se poso sobre ella . 
- ¡  Te gusta, verdad !- ¡ Es lo que estabas deseando desde que me viste !... 
¿ Quién te folla mejor ?...
La contestación de la mujer conllevaba los alaridos del placer, la efusividad del orgasmo, la culminación de lo añorado pero con el furor de la juventud...estaba sin control y en manos de lo que quisiera aquel amigo de su hija.
- ¡ Tu eres quién mejor me folla ! -
Al dejar de hablar notó como en su ano la dureza penetraba. 
-¡ Si, si, si... me gusta por ahí !-
Su respiración se intensificaba. Era cogida por la furia del sexo con la pócima de vigor que le suministraba su amante nocturno. Ya era sobrecogida por la excitación suprema, sentía llegar su orgasmo al tener su clítoris supermojado al igual que toda su vagina. Se deshizo de aquella posición y agarro el pene. Lo chupaba con imparables lametones. Lo masturbaba y sentía placer al escuchar al joven lamentarse en gemidos, mientras, ella se masturbaba...estaban con un vigoroso y ferviente amor. La fatiga les iba pudiendo hasta que la explosión volcánica de los mutuos jugos hizo acto de presencia. Ambos se corriendo a la vez. Sentía felicidad. Se mordisqueaban los labios y se besaban con un desenfreno emotivo. El júbilo los tenía abrazados al amparo de la luz de la luna. Mutuamente se transmitían lo que habían experimentado en aquel agradable momento.
Con un beso se despidieron sin mencionar palabra. Allí quedó ella repleta de placer y con la sensación de estar confusa por lo que se entonaba en su corazón.
¿ Qué era lo que le hacía pensar ahora  si tenía ganas de follar con el joven y lo había conseguido ?.
¿ Qué hacía latir a su corazón con aquel impaciente descontrol ?.
La madrugada se apoderaba de las horas y en el cielo, un manto de estrellas hacia una belleza sin igual. Allí quedó ella pensativa por todo lo acontecido....


continuará

sábado, 14 de julio de 2012

El amigo ( II ).

Después de lo acontecido en la cocina, su conciencia cavilaba en pensamientos que se hacían eco de sus temores. ¿ Qué fuese pensado su amiga si llega a pillarlos ?.
La cena terminó con la normalidad de una noche distendida en sonrisas y alegrías. Todas las miradas se fueron tranquilizando para convertirse en cordialidad por la situación en la que se encontraban. Ya tomaban la copa correspondiente para sofocar el calor que hacía y se adentraban en tratar diferentes temas de actualidad , al igual que preguntaban sobre las aspiraciones de aquel amigo de su hija.
Tras un periodo de dialéctica conjunta, cada cual se fue despidiendo por las altas horas que sucedían en la madrugada . La brisa fresca había hecho aparición. En el porche trasero de la casa y con miradas al mar, la agradable sensación hacía pasar allí memorables momentos. Al final sólo quedaron los dos . Juntos, frente a frente, hablaban, se miraban con ojos que alentaban más que amistad. Se buscaban con las manos mientras que la intensidad de las palabras fueron menguando lo que provocaba que se acercasen cada vez más en aquel amplio sofá.
Con su mano, el joven acariciaba la mejilla de aquella flor bonita que se dejaba tocar mostrando esa sonrisa que significa amor. Las palabras emitidas halagaban tanto que la joven estaba sumisa a la dulzura de aquella boca que no dejaba de mirar. Cada adulación provocaba una corriente de estremecimiento en ella de la cual no sabía como contenerse ante su amigo que la tenía seducida.
Sin más preámbulo, y ya exaltada por tantos elogios, se abalanzó sobre él y sus labios se encontraron para que las palabras dejasen paso al beso que tanto deseaban los dos. El profundo abrazo los llevó a la pasión que salía de las miradas pero que ninguno se atrevía a dar el paso firme que confirmase lo que sentían mutuamente. Fruto del  beso apasionado, las manos del joven fueron recorriendo el cuerpo de la joven. Ahora tocaba sus pechos, acariciaba su mejilla, recogía el pelo entre su mano ....un juego que los estaba envolviendo en un momento feliz. Así continuaron un buen ratos hasta que decidido, su mano fue a buscar el calor que suponía entre las piernas de su amiga. Conducida con delicadeza, fue recorriendo el vientre hasta llegar al lugar que deseaba. Las primeras caricias fueron encima de su braguita. Cada caricia, cada beso, cada juego bucal tenía a la chica en un estado del cual no quería escapar. Ya su vagina se mostraba excitada e iba alcanzando una humedad profunda.
Ella correspondió tanto frenesí tocando, primeramente, su bulto que estaba deseando estallar,  y, seguidamente, masturbando aquel pene que era una fuerza esplendorosa. Estaban sometidos a tal encuentro de sensaciones que no vislumbraban la temeridad de la situación pues en cualquier momento alguien podía verlos en su acto de amor.
La masturbación mutua los convulsionaba. Los suspiros delirantes hablaban por si solos, los gemidos cantaban al viento...se sentían inmersos en las respiraciones jadeantes que le provocaban una descarga pasional muy apetecible.
-¡ Esto te va a gustar !-
Sin más palabras, con su lengua fue recorriendo todo el pecho de su amigo. Los besos tiernos eran un estruendo emocionante en el cuerpo sometido a la voluntad de aquellos labios que descargaban intensa seducción en el chico. Al notar como su pene se adentraba en la boca ya no pudo contenerse. El gemido emergió llenando toda la playa de un placer delirante. Agarró la cabeza y acompañaba los movimientos . Lo mismo cerraba los ojos que contemplaba la destreza de la masturbación bucal a la que era sometido. Lo mismo suspiraba con la mirada al horizonte que recogía el pelo para contemplar los ojos llenos de lujuria de aquella chica que estaba gozando con su pene.
- ¡ Ven, vamos a compartir. Así saboreamos los dos lo que yo siento !. -
La chica se poso encima del haciendo de sus cuerpos un 69 bien acoplado a pesar de las vestimentas . Si ella seguía con intensas mamadas , él lamía aquella vagina que se mostraba depilada y con una belleza inmaculada. Si la masturbación femenina infligía una explosión de placer en aquella verga empalmada, lo que provocaba él en el clítoris de la chica no producía menos estímulos. Mordiscos, besos, lamidas sucesivas la hacían alcanzar  un estado ardiente inigualable aunque más sensación noto al sentir como los dedos se iban introduciendo en su vagina. Gritaba con unos quejidos que la llevaban a una ansiedad enloquecedora. 
- ¡ Sigue cariño, sigue !-
Despreocupados , estaban poseídos por la lujuria sexual. Por fin estaban liberados de tensiones y hacían lo que tanto deseaban en silencio. Ninguno había dado el paso decisivo al encuentro de sexo por hablar siempre de una amistad duradera. 
Ahora estaban allí disfrutando de la pasión que llevaban dentro.
- ¡ No puedo más , cielo. Me corro !
Ella intensifico su masturbación . 
- ¡ yo también no puedo contenerme más !-
El lamia la vagina a la vez que penetraba el ano con su dedo.
En su boca recibió el liquido calentito de aquel amigo que había descargado todo su jubilo al igual que él notó unas gotitas en su boca llegadas de aquella vagina repleta de gusto. 
Una vez conseguida la posición correcta en el sofá y con sus prendas bien ataviadas a los cuerpos, permanecieron abrazados sin mencionar palabra alguna mientras miraban el horizonte como si el mar les fuese a decir que sucedería de ahora en adelante.
Con tanto frenético amor y pasión habían vivido el encuentro en la madrugada que con la llegada de los primeros gemidos no se habían dado cuenta que la madre de ella los había estado espiando. Había presenciado como su hija había estado gozando con su amigo en la intimidad y oscuridad de la noche. A la vez que ella presenciaba a los jóvenes llenarse de placer, ella había aplicado a su vagina una masturbación que la había hecho llegar a la excitación al mismo tiempo que la pareja expuesta a la belleza de la madrugada. Cuando hubo concluido el espectáculo visual y su placer particular se encaminó hacía su cama con el pensamiento puesto que le gustaría haber estado en el puesto de su hija....


continuará..

lunes, 9 de julio de 2012

El amigo.( I )

Allí estaba con una gente que apenas conocía. Se sentía como era el objeto de las miradas de reojo. Algo que le incomodaba pero no estaba en su casa y tenía que mostrar su mejor cara ante su amiga y la familia de ella. La que más fijaba sus ojos era la madre que parecía había sido deslumbrada por un ángel llegado del cielo. No paraba ni un instante de ofrecerle cosas y hacerle preguntas. No se sentía presionado porque la mujer se mostraba cariñosa pero esas miradas discernían mucho de ser gratas y normales pues las notaba cada vez más insinuantes.
El no quería mucho observarla por el cruce de miradas que podría  haber y hacer sospechar a su amiga de que algo no iba correctamente. Llevaba en aquella casa dos día pero apenas había comido con la familia que lo había invitado ya que salían a conocer la ciudad que era uno de los objetivos de su llegada.
Aquella noche hacía calor. A pesar del aire acondicionado, los cuerpos mostraban sus pieles brillantes por estar horas tomando el sol en la playa. Todos estaban morenitos lo que evidenciaba que aquella familia gozaba con el mar.
- ¡ Voy a por agua !-
El se levantó dirigiéndose hacia la cocina. La madre de la joven también se levantó con la excusa de que no tenía muchas ganas de cenar. Allí estaba sólo ante aquella mirada que lo excitaba. Era víctima de una provocación que lo llevaba a  un conjunto de estímulos continuados en su bragueta.
- ¡ Hace calor !- Dijo la madre con los ojos puestos en él.
-¡ Sabes que tienes unos ojos muy bonitos !-
Los colores fueron saliendo sin mucha presión. El sumido en la intranquilidad por no saber como actuar, iba de un lado a otro de la cocina. En la puerta se situaba la mujer con su pierna puesta encima de una silla que estaba en la pared. Ambas piernas aparecían de una belleza magistral. Su cuerpo lo había visto con el bikini puesto y su pensamiento había sido que era una mujer de belleza encantadora a pesar de rondar los cincuenta...pero al verla en aquella posición provocadora y su bata de casa medio abierta por abajo casi llegando a ver sus braguitas negras, lo estaba poniendo que no sabía que hacer.
- ¡ Estás sudando, toma algo fresquito y me pones a mi igual pues tengo un calor sofocante en todo el cuerpo !-
Ahora es cuando ya no coordinaba nada . Esto hizo que la mujer lo notase. Deliberadamente, se desabrochó el botón de arriba . Sus pechos aparecían querer salirse del sujetador también negro. Así llegó hasta él para hacerle tranquilizar...algo que no quería ella. Cuando la vio junto a él, su respiración se fue acelerando. No sabía que hacer en aquellas circunstancias.
- ¡ Señora , debo ir a llevarle a su hija el agua fresca que me ha pedido !-
- ¡ Espera y me sirves a mi un vaso primero estoy sedienta, no ves como transpira mi piel . Esta ardiente como un volcán ! -
Sus ojos se depositaron en los sugerentes pechos.
- ¡ Te gustan. Ya he visto que me mirabas en la playa ! -
Respiró. Su pensamiento no controlaba a aquellas manos que enseguida tocaron la totalidad de los pechos de la mujer. Con una mano hizo bajar el sujetador de un pecho. Su boca se llenaba de aquella teta que ahora si se mostraba en su desnudez total. Lamía el pezón y la acariciaba con suavidad extrema.  Ya se había olvidado que tenía que llevarle a su amiga agua fresca.
La mujer, sabía en los artes de seducción, le acariciaba, le palpaba su bulto en la entrepierna...pronto entró en erección superlativa. Esto hizo que bajase su pantalón deportivo y metiese la mano para tocar aquel falo que quería salir a disfrutar del momento. Ella no se paró a muchas caricias. Se bajó para obtener una perfecta visión de aquel miembro que aparecía desgarrador e inmediatamente atraparlo con su boca. Lo chupaba y chupaba . Le tocaba sus huevos para darle el mayor posible. Mientras él agarraba la cabeza de su acompañante y le hacía mover como le gustaba. Ahora ella dejaba de tenerla en su boca pero lo masturbaba intensamente. 
El joven no sabía si gritar, si gemir, si irse, si quedarse....estaba en una situación comprometida aunque más gozo estaba recibiendo su cuerpo.
De pronto, se escuchó la voz de su hija: - ¿ mamá , qué hace esta silla en medio ?. 
La amiga llegó en un instante. ¡ Seguro que ya le estás dando un sermón sobre el cuidado de hacer y no hacer !.... y tú, ¿ que venías a por agua o es que te ha gustado la conversación de mi madre ?.
Sin saber que decir, agarro la jarra de agua fría que habían en el frigorífico y se marcharon hacia donde estaban todos.
En el subconsciente de la mujer solo estaba el deseo de tirarse al amigo de su hija. El se giró mientras caminaba detrás de la joven para ver a la mujer. Comprendió que ella había puesto aquella silla allí en medio como prevención por si iba alguien hacia donde estaba. Su pensar divagaba. ¡ Ella puso la silla. Lo que quería decir que iba con cuentas de tener sexo conmigo en la cocina !...
Al regresar la mujer a la mesa venía con todos los botones abrochado y tal como si no hubiese pasado nada...
Ahora la conversación se hacía más distendida como si aquel impulso fuese liberado la tensión de antes de la cena.....


Continuará..

jueves, 5 de julio de 2012

Quiero tu refugio...


Desvanezco ante la mirada de tus ojos insinuantes.
Me siento sumiso al refugio de la humedad de tu entrepierna
e imploro en suplicas para ,en el lecho de placer,
saciar el frenesí que ambos degustamos.
Arde mi pene como un fuego que desea cohabitar en las paredes
de tu candente vagina y así hacer palpitar nuestros lamentos
por el gusto entregado al fornicar nuestros cuerpos sedientos de amor.

¡ Galopa sobre mi, amada mía !.
¡ Siente el efusivo calor de mi lengua y como mis labios te besan !.

Con la intensidad de los movimientos, chorrea en la espalda 
el amor que predicamos. Tu piel de canela se vuelve un bordado
de amor que me condena a la seducción más perversa.
En la intimidad , me devoras con mordiscos en el cuello
que produce inmensos placeres en mi cuerpo. Sufro de elevaciones
lujuriosas cuando se gira tu cuerpo y deja ver esos glúteos
que me colman de fascinación.

¡ Quiero refugiarme en las paredes de tu vagina !
¡ Agarrarte por la cintura y no dejar de penetrarte ningún momento !
¡ Quiero sentir como tus labios vaginales atrapan a mi miembro
y lo engullen para saborear la dureza que atesora !.

Cuando los flujos sexuales afloran , me siento hipnotizado por tu mirada
la cual me mira con tal belleza que no quisiera dejarte marchar.
Volvería a meter mis dedos en tu raja humedecida y apretarlos
hasta que tus gemidos me cubran mi piel.
Con los besos profundos te beso al concluir el orgasmo que da verificación
a todos los deseos cuando nos vemos. El clímax que nos incita al sexo
puede con nuestro ser y solo deseamos estar uno dentro del otro.

¡ No vistas tu cuerpo desnudo. Quiero contemplar la belleza
de tu persona . Sentir como tu melena se posa en tu hombro
cuando mueves la cabeza con esa sensualidad que me puede !.
¡ No te cubras aún. Es gratificante mirarte y quedar con el recuerdo
de todo tu cuerpo hasta que llegue la próxima vez !.