Seguidores

domingo, 23 de febrero de 2014

Amigos que encuentran amor - I -

Sentados frente a frente disfrutaban de una formidable cena. Toda la comida era de una calidad suprema y el local acentuaba una tranquila apetecible. Nadine y Jean , eran unos fenomenales compañeros de trabajo y además, magníficos amigos. Todos en la empresa donde trabajaban pensaban que estaban liados, pero ellos ni desmentían ni confirmaban. Vivían su buena relación sin dar cuentas a ninguna persona. Nadie podía decir que habían sido encontrados en situaciones impropias siendo una mujer casada y un joven soltero.
 Aquella noche sus miradas se cruzaban. Fluía la conversación.  Jean insinuó, sin venir al tema que les concernía, que estaba más linda que cualquier día. Su vestido negro ajustado con un poco de descote, su cabello suelto y la elegancia que mostraba hacía enamorar a cualquier hombre.
Nadine estaba casada. Su relación era normal con su esposo. Esa noche estaría sola y quiso que su amigo la acompañase a cenar. El marido estaba de viaje de negocios y pasaría unos días fuera....
Ella se iba sonrojando con las continuas miradas de Jean.  En sus ojos había misterio...esa clase de miradas que dejan entrever que le gustas a una persona. Eran muy diferentes de las que se profesaban normalmente.
Cada plato de comida era acompañado de una botella de vino. En ella no era usual tomar tanto vino, pero esa noche quería pasarlo bien y el vino era buen compañero para reanimar el cuerpo. Tras ingerir varias copas, el calor lo notaba. Sus mejillas se enrojecieron.
La normalidad de la conversación fue pasando a temas más personales y de índole más sexual. El se le ocurrió preguntarle como iba con su marido. De ahí pasaron ha hablar de las relaciones personales de Jean y de por qué aún no tenía pareja cuando media oficina se lo rifaba. Del vino pasaron al champan...En Nadine el alcohol iba alcanzando unas dimensiones inigualables.
Sin pensarlo, y ya que la mesa tenía un mantel que le cubría las piernas, se quitó sus zapatos y en un acto sin premeditación pasó su pie por la pierna de su amigo. Este la miró. Sus ojos lanzaban fuego seductor . Ella no se detenía mientras quería saber quién le gustaba en la oficina o si tenía enfocado su deseo en cualquier mujer. Con el roce de los pies, aquel hombre se iba estremeciendo poco a poco. Sus miradas se encontraban. Inmerso en explicarle sus sentimientos le cogió la mano. Ella la tomó con placer. Tras un corto periodo de tiempo con su pie en la pierna de su amigo, su siguiente gesto fue ponerlo entre las piernas. Aquello alborotó todas las neuronas de su cuerpo y en seguida comenzó a endurecerse su miembro con la consiguiente enrojecimiento de sus mejillas. El vino, la conversación, las miradas, los deseos.... todo era un cúmulo de circunstancias que los había llevado al deseo intimo. Estaban tan metidos en sus devaneos que obviaban a la gente que tenían alrededor.
De pronto, de la boca de Nadie salió unas palabras que no supo como tomarlas:
- ¿ Has deseado alguna vez tenerme en tu cama o te has masturbado pensando en mi ?
Sin saber qué decirle, no sabía como afrontar aquella situación. Su salvación fue la llegada del camarero para retirar todo y entregarles la cuenta.
Terminada la cena, la mujer se levantó para ir al servicio. A los pocos minutos y sin causar sospechas, Jean sucumbió a los deseos que tenía de besarla y fue tras ella. Allí estaba esperándolo en la puerta . Sin mencionar palabras, se introdujeron en el servicio de señoras y sus cuerpos candentes se llenaban de emoción. Sus bocas se juntaban con pleno ardor. Sus lenguas absorbían todo el jugo que salían del amor que se brindaban. Jean acarició los pechos. Estaban duros y sus pezones más aún. Presentía que deseaban ser lamidos y juguetear con ellos. La excitación iba en aumento.
Antes de que le desabrochase la camisa lo detuvo. Lo miró y le dijo: - No has contestado a mi pregunta -
El ya no se contuvo y le dijo afirmativamente que si.
Botón a botón fue abriendo su camisa para ver aquellos pechos que siempre había deseado tenerlos en la boca. Le subió el sujetador y con determinación chupó los pezones. Ella estaba desbordada por la impetuosidad de su amigo. Su cuerpo se llenaba de maravillosas sensaciones que le recorrían de arriba a bajo. Con destreza, le quito el tanga rojo que llevaba y se lo introdujo en su chaqueta. " Este será mi, un recuerdo para siempre de este feliz momento"- le dijo a Nadine.
Ella con sarcasmo le dijo: ¿ Y me dejarás mi coño al aire toda la noche , o es que piensas llevarme a tu piso y darme calor hasta el amanecer ?.
 Mientras la escuchaba hablar , Jean no se detenía. Con determinación lamía los labios vaginales y produciéndole gran alboroto sensorial. Sus alaridos y jadeos iban surgiendo en el silencio con el riesgo de ser pillados.
- ¡ Dame tu polla. Quiero tenerla dentro de mi boca ! Cada mamada era un gusto extremo en él. Con muchas ganas recibía aquella masturbación bucal. Era lo soñado en algunos momentos. Sin pararse a más preámbulos, Jean la levantó y la cogió por la cintura. La subió hasta situar el coño frente a su polla. No tardó en introducirle aquel pene erecto. Sus movimientos intensos producían jadeos en ambas bocas, sus caricias encarnaban la lujuria de una noche de sexo intenso.
El deseaba aquel cuerpo con frenesí. Su pasión era desorbitada. Sus manos acariciaban los pechos de su amiga. Los pellizcaban con vehemencia. Los mordisqueaba...todo un juego mientras su pene iba penetrando sin detención en aquella vagina que lo recibía con placer.
Intensificando las sacudidas, iban encontrando el gusto estremecedor que tanto se habían profesado con las miradas . Sin sacar el pene de la vagina de la mujer, se sentó y ahora, era ella la que se movía intensamente. Esa posición le era más propicia para darle todo el amor a su amigo. A cada instante  se abría más las piernas para sentir más adentro aquella polla. Su corazón latía fruto del momento y del misterio de ser pillados in fragantes....
Jean no paraba de lamer aquellos pezones que estaban a cada instante más duros . Con su mano derecha  le iba introduciendo el dedo corazón en el culo para que sintiese el éxtasis supremo. Ella ya no contenía sus gemidos. El joven, con su mano izquierda tapaba la boca. Los quejidos resonaban en aquel solitario servicio. El fruto del placer les llevo a sentir como se atraían mutuamente.
El joven no pudo resistir más los movimientos sexuales que su amante le daba y se corrió intensamente . Con un beso en la boca, le dijo ella: ¡ Esto no ha hecho nada más que comenzar !.
Igual que entraron al servicio salieron casi sin crear sospecha. Ahora fueron a la barra a tomar una copa.Tras permanecer un poco calmados, pago Jean y se marcharon. En la calle, los besos no se hicieron esperar.
¿ Dónde vamos ?. Su pregunta causó alarma en Jean. ¿ Quieres ir a bailar o a mi piso ?
¡ Quiero divertirme esta noche contigo en todos los aspectos. Deseo bailar un rato y pasarlo bien después en tu piso !...Aquellas palabras fueron ordenes que Jean acató. Se metieron en el coche. Se besaron y pusieron rumbo a una discoteca para allí tomar unas copas y bailar.

sábado, 15 de febrero de 2014

Te miro y me seduces.

Un acaloramiento me recorre cuando me miras con esa seducción tan arrogante. Penetras en mi con sigilo y el escalofrío corre por mi piel tambaleando mis sentidos. Segrego los impulsos sexuales que traes como aura...Me miras con ojos salvajes . Tu cuerpo se contonea y me aborda unas sensaciones que me impulsan hacia ti.
 Mi sudor fluye, me enrojezco...vienes a mí y mordisqueas mis labios. Absorbo la sustancia de tu interior en el beso. Con un juego abrazador, tu lengua recorre mis labios, mi cara; mientras, tu dedo penetra en mi boca. La acción es inmoral pero a ti te vuelve lujuria viva y la calentura en mi cuerpo asciende de manera desorbitada....siento que estoy sumiso a tu disposición. El salvaje ardor se posa en mi cuerpo haciendo palpitar mi corazón con latidos frenéticos.
Abres las piernas. Con disposición te posas encima de mí, momento que me hace entrar en un acaloramiento desmesurado. Tus besos logran estremecer cada poro de mi piel. Mi entrega es total dejándome hacer cuanto desees, pues, me doblego a cuanto eres y a tu cuerpo maravilloso. Con suavidad muerdes, de nuevo, mis labios haciendo que me retuerza de gusto. A continuación, llegan a mi cuello provocando el delirio tras morderme intensamente. Me hablas pero estoy en un desequilibrio que no siento lo que dices. Tus dientes se clavan y el placer me lleva a gritar.
 En mis pezones juegas con pellizco persuasores. Me excito...me provocas un gusto interior que me recorre todo el cuerpo, a la vez, que mi miembro cobra vigor. La intensidad roza tu cuerpo y en tu mirada noto la excitación que logras cuando comienzas a moverte encima de mí. Desenfreno, voracidad, extenuación, cachondo... fluye en mi un apetito sexual que te haría el amor en este instante.
Mientras la seducción me altera todos los sentidos y el advenimiento sexual me provoca una pasión instigadora, tu calmas mi persona. Besas mi vientre y con caricias delirantes en mis pezones haces que más deseo me entre. Mi pensamiento sólo está en ti, en cuanto me haces y en lo que se aviene. Sin poder contenerme, te digo : - ¡ Deseo que me la chupes ! -
Por más que te ruego fornicar, me detienes en la precipitación. Bajas mis pantalones dejando desnudo todo mi cuerpo. La erección es palpable. Tu boca no se detiene ante nada y con determinación comienzas a chupar mi pene enrojecido. Ese olor varonil que engulles de mi piel te vuelve más gata salvaje, lo que te lleva a masturbarme intensamente.
Absorbes toda mi fuerza. Con tu voz melódica me imploras que aún no me corra y tu ejecución me provoca un éxtasis estremecedor. Al lograr mi erección suprema, te arrojas encima de mí. Tu vagina está ardiente. Los labios vaginales humedecidos. Todo es fruto de la actividad que has practicado en mi cuerpo. A la vez que me avivabas, te encendías tu también. Con ansia coges mi pene y lo haces llegar a tu clítoris. Lentamente haces que te llegue el gusto extremo con solo su roce. Gozas y me haces gozar. La respiración se acelera sufriendo contracciones. Lo mismo que siento yo, veo en tu mirada. Tu cara es pura insinuación y te beso. En ese preciso momento me hablas: -¡ Ahora si, follame ! -
Recibes mi pene con deseo máximo. La penetración da paso a sacudidas delirantes. Tus movimientos me desequilibran, me llevan a un doblegamiento que me desorbita. Empujas con deleite y al alcanzar cada vez más profundidad, tu cuerpo vibra de placer. Como hembra en celo sacias tu hambre de sexo con una empate atroz. Con tus manos en mi cuello pones intensidad para lograr ese frenesí que nos haga llegar al apoteosis final.
Enaltecido por tu pasión, te hago cambiar de postura. De espaldas, el proceso se hace similar. Coges mi pene y lo introduces en tu vagina. Tus movimientos ahora son más impetuosos al lograr una comodidad más agradecida. El ritmo lo intensificas y me dejo caer sobre el respaldar del sofá sufriendo unas contracciones contundentes. No cesas en tu movimiento ...jadeas con brío, te agarras a mis muslos y me hablas con acaloramiento. La respiración se agita. A un lado, a otro...tu cuerpo se mueve sin cesar hasta que un gemido sale de mi boca. Notas como tu vagina se llena de semen. Sin sacarlo de tu interior, te contoneas plácidamente.  Convulsionado por lo que me has entregado, alzo mi cuerpo.
Mis manos van a tus pecho. Pellizco tus pezones a la vez que un dedo de una mano va a tu boca. Chupas con deseo. Ese dedo va a tu clítoris que lo aclama con locura. Después de excitarlo, vas notando como me muevo . Mi pene dentro de ti no se viene abajo y entra en vigor.
Ahora soy yo quien más cómodo se siente. La postura es más agraciada. Tu a cuatro patas recibes mi pene impetuoso. Sin mesura te entrego mi virilidad y mi fuerza sexual. Gimes, mueves la cabeza, gritas de placer...tu cuerpo sufre mi voracidad y los movimientos insistentes. La convulsión nos puede. El regocijo nos cubre nuestros cuerpos desnudos ...emito mi primer grito consolador diciendo que me viene nuevamente, a la misma vez , tu boca menciona lo mismo. La fogosidad hace que no me detenga hasta desfallecer en ti. Los calambres me corren piernas arriba y no puedo detener la eyaculación. Tus jadeos son intensos . En la última explosión de placer el orgasmo te llena y satisfecha respiras intensamente.
Cuando las últimas gotas de semen  salen, desfallezco . Caemos rendidos cuerpo a cuerpo en el sofá con ese aliento entrecortado en nuestras bocas. El beso es el premio a lo vivido. Sentados nos abrazamos. Las miradas intercambiadas son satisfacción...El placer nos conduce a una feliz calma y en el abrazo quedamos en silencio.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Tu cuerpo es ardiente como el placer.

Mi interminable deseo busca tus estímulos.
Esas sensaciones estremecedoras atesoran que tu sexualidad
emerja para engrandecer mi pene.
Desvanecido por la excitación me cubro de un placer
que nombre no tiene.
Cuando tus zonas erógenas producen ese delirio en mi interior,
vulnerable me siento...quiero adentrarme en ti
para copular sin descanso hasta que la fatiga nos envuelva
y desfallezcamos en la cama ardorosa.
Te miro. Tu pelo me desequilibra.
Te miro y quiero sentir en mi piel los besos de tu boca
y las caricias de tus suaves manos.
Cada gesto de tu escultural cuerpo fogoso me tiene
y con ese ritual apasionado que tienes para llegar al amor
haces que mis espasmos sensuales se desboquen.
En tus pechos mis labios desean jugar.
Tus pezones son fuente ardiente que gusto da
y con mis manos en ellos
el disfrute me hace engrandecer mi miembro
que espera tu masturbación más complacida.
Mi mano en tu vagina te excita.
Los bocados en tu cuello te desorientan.
Acaricio tus pechos y entras en un estado desorientador.
La capacidad de disfrute nos atenaza, nos alivia...
el flujo sale al recibir mis dedos en tu clítoris.
Te beso para nuevamente adentrarme en tu cuerpo.
La penetración nos hace retorcernos de gusto
y, frente a frente, nos miramos
deseosos de alcanzar el orgasmo que exhaustos nos deje.
Con ritmo arrebatador el estremecimiento nos secunda.
Tu cuerpo encendido en placer.
Mi cuerpo abrazado al tuyo siente la contracciones de tu vagina
que desea mi pene erecto.
Te abro más las piernas y así penetrarte más intensamente.
Con vehemencia entro en ti. Los movimientos nos hacen vibrar.
Mutuamente el delirio nos cubre... la explosión placentera
se atenúa con la profundidad de la fornicación.
Tus ojos me miran mientras yo te beso.
Al llegar orgasmo final, abrazados quedamos
sin abrir nuestras bocas.
Te miro y sonrío.
Me miras y me besas.
El amor ha fluido en nosotros
como siempre hemos deseado.

miércoles, 5 de febrero de 2014

¿ Dime que sientes ?

¿ Dime que sientes cuando la dureza de mi pene 
está en tu mano ?
Lléname de gusto. Masturbarme...
 haz que salga de mi boca ese jadeo que colma mis sentidos,
que la conmoción aborde a mi ser.
La respiración se entrecorta...con un ritmo incesante
el estremecimiento es superior y en las secuencias cortas
me absorbe una ternura que me desborda.
Te hablo y tu me hablas...
Tus palabras son mi satisfacción y al pronunciarlas tu boca,
el placer me eriza mi piel...aunque, ¿ dime que sientes
cuando mi miembro está en tus pechos ?
Tus pechos me desorbitan. Me engullo en un arrebato
donde el riego interior se estremece y sólo tengo ganas
de esparcir mi semen por tal belleza.
Esos pezones me sobrecogen, me excitan, 
me dan ganas de mordisquearlos y estar acariciándolos
hasta que se pongan duros como mi pene.
Tu cuerpo es...¿ Que decir de tu cuerpo 
cuando estando en contacto con tu piel se me dislocan 
hasta las neuronas ?.
¿ Dime que sientes cuando te abrazo y nos fundimos en el querer ?
 Tienes la anatomía de las musas del amor,
de las diosas pasionales y las vestales del sexo.
Prisionero me siento de ti ...te contemplo. Tu vientre,
caudal de sensualidad, es perfección
en la cual quiero constantemente depositar mis besos.
Me convulsiono al llegar a tu entrepierna. Un arrebatador deseo
hace que mi mamo llegue a tus labios vaginales... ¡ Qué gusto !
El presionar mis dedos hacia dentro de tu vagina
la excitación me acoge, una explosión de deseo se apodera de mi.
¿ Dime que sientes al tocarte ?
Quiero ser inquilino en tu sexo y llevarte a los placeres mas sobrecogedores.
Llenarte de suavidad, ternura y delirio sexual.
Ser el fuego que te alivia y el ritmo frenético que te hace vibrar.
¿ Dime que sientes cuando me corro en ti ?
Mi leche es lava que se esparce por tu cuerpo
produciendo un deleite indefinido.
Te cubres de sensaciones que dejan tu mente volar, te regocijas de placer 
y notas como tu piel entra en una convulsión maravillosa.
El orgasmo te llega...disfrutas, 
mientras, busco tus labios, te beso. 
Las miradas hacia tus ojos nos acercan,
la comunicación nos une
y sonrío para decirte... ¿ Dime qué sientes ?.

sábado, 1 de febrero de 2014

Llegas a mi y me excitas...

Siento que una desbordante marea de placer riega mi cuerpo
con sólo mirarte caminar hacia mi, 
mi pasión se desborda, las neuronas se desequilibran
y todo mi riego sanguíneo se acelera.
En cada movimiento me otorgas unas vibraciones 
de exquisitez atenuada. 
Vienes hacia mi con tu contoneo sensual,
tu figura marcada me hace arder por dentro y tener deseos 
de hacer el amor contigo.

Me lleno de ti. Tus ojos son mi deseo.
Tu mirada se esparce por mi desnudez
y mi cuerpo se siente azotado por un placer inmenso 
al estar más cerca.
Mi piel es calada por tu deslumbramiento.
Llegas hasta mi corazón abanderando unas sensaciones sexuales
que hacen crecer de una forma ponderosa mi miembro.
Presiento como si tu mano me tocase lentamente,
como si un advenimiento gustativo se posase entre mis piernas.
Mientras te miro como te acercas, una sensación maravillosa 
corre desde los pies hasta mi cintura.
Mi miembro va cobrando vigor y noto 
como si tu mano me masturbase muy suavemente.
Muy despacio haciendo el movimiento de abajo arriba y el gusto
me cubre todo mi ser.

Los muslos se tensan, la excitación aparece.
Vertiginosas bocanadas de placer me llevan a estar complacido.
Agarro tu cabeza y quiero que tu boca reciba mi pene erecto.
¡ No te detengas ! ¡ Sigue ! ¡ Chupa hasta correrme !


Ya estás a mi lado y un beso nos llena nuestros labios.
Te susurro cual ha sido mi pensamiento mientras te acercabas
y una sonrisa picarona ha salido de tu boca.
La llama sexual se ha manifestado sin demora.
Tus dedos han entrado en mi boca con un movimiento estremecedor.
¿ Te gusta ? ¿Te pongo cachondo ?
La excitación me ha contraído todos mis músculos
aunque mi respuesta no ha tardado en llegarte:
¿Quieres hacer el amor conmigo ?

Sin sugerir palabra alguna, tus besos han sido la mejor respuesta.
El acoplamiento no ha tardado y hemos copulado con pasión.
Nuestros sexos, inmediatamente, han entrado en delirio.
Mi mano en tu entrepierna y la tuya en mi pene...
el juego de la masturbación nos ha conducido a regocijarnos
en las caricias más calurosas.
Tu vagina encendida, mi pene erecto...
un 69 nos ha unido en el roce de nuestra desnudez
y nos ha llevado a alcanzar delirios inigualables.
Las contracciones se multiplican. El fuego acontece.
Fusionados en el amor nos hallaremos
hasta que nuestros cuerpos desfallezcan en el placer
que ambos buscamos.

La convulsión nos cubre tras un tiempo unidos.
Las caricias son secundadas por posturas más intrépidas
donde la penetración sea más certera para complacernos 
en un delirio que ambos deseamos.
Frente a frente el movimiento nos lleva a unas miradas deliciosas.
El ritmo se intensifica....estimulantes caricias lo acompañan.
Sin contemplaciones buscamos el éxtasis más embaucador
para hacer que toda zona sensible se cubra 
de una sensación atenuantes.

La llamada del orgasmo acontece con gesticulaciones.
Los jadeos acompañan a las palabras .
La consecución del amor se logran con determinación
y fundidos quedamos cuando nos llenamos de placer.
El líquido seminal queda en tu boca como premio 
a lo brindado por el encuentro.
Te miro y en tus ojos tienes la brillantez de la luna.
Si antes eras fuente de deseo, 
ahora eres flor rociada por el amor.
Nuestras miradas se cruzan. Mudos quedamos...
sólo una sonrisa habla
para ver que contentos estamos.