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jueves, 28 de febrero de 2013

Noche de sueños bucales.


En mi larga noche de desvelo, he recibido la visita de tu cuerpo desnudo. Mi cuerpo era rociado por las continuas caricias que me querías ofrecer. Te he sentido tan cerca que mi corazón ha sentido como si rejuveneciese. Tu cuerpo desnudo me cubría de un delirio insinuante y tu amor ha resbalado por mi desnudez. En ese preciso momento me he contenido, pues solo presentirte a mi lado, era notar una explosión del placer y quería correrme de gusto.
Venías desconsolada por malos momentos con ese tormento que tienes a tu lado...en la angustia te he dado lo que más necesitabas : amor, cariño, abrazos, besos...tranquilidad y encuentro con deseos llenos de calma y paciencia envuelta en cariño.
Mis caricias te han dado la docilidad que te hace ser bella mujer. Mis palabras, mi pasión, mi respeto, mi anhelo... la ternura es lo que te ofrezco. Quiero hacerte el amor y amarte. Con un beso, he parado tanta palabra que me ofrecías pues no deseo saber nada de él. Te quiero a ti.
Mis besos han caminado por toda tu piel. Tus pechos han sentido la cálida sensibilidad de mi lengua y en esos momentos tus pezones han percibido el estremecimiento de mi boca abierta.
¡ Me encantan tus pechos !.... Mirándote a la cara te lo he dicho.
 Con un poco de prisa he llegado a tu coñito. No quería que albergaras más pensamiento banales.  El éxtasis, que ibas cogiendo, te ha propinado esa sensación de sentirte atrapada por mi lengua. ¡ Ay, tu coño, es una fuente de placer que me gusta de manera sublime !.
Lo he lamido con la suavidad que deseas; así te gusta y así te lo ofrezco yo.
¿ Quieres que te coma tu polla ?...Sin mencionar palabra he asentido, y con el gemido en mi garganta, he notado tu boca en mi miembro. Era un momento mágico, de gusto extremo. Me conducías a estar en la Luna haciendo el amor contigo, algo insuperable. Tu boca me humedecía,  me llenaba de una excitación contundente.  Hoy, quería que jugásemos y me has dicho que querías masturbarte tu para que me corriese yo.

Mis dedos han llenado todo tu coño, para con un simple movimiento, comenzar tu estremecimiento .. mi polla se ha erguido más, fruto de tu contacto bucal y del fuego que notaba en tu interior. Mis jadeos han ido floreciendo al verte como te retorcías de gusto. ¡ Por Dios, no pares !. En un momento , has sacado tu consolador y me has dicho que le has puesto mi nombre. ¿ Mi nombre ?... ¡ Si !, me has dicho con una provocación que me hacía no parar de masturbarte con mis dedos. ¡ Le he puesto tu nombre para en tu ausencia, acordarme del hombre que más placer me da !...

Tu juguete ha sido un diluvio frenético en tu cuerpo junto con mi miembro.. Te has llenado de pasión y los alaridos de amor han llenado tu boca.... Tu coño disfrutaba de mi. Tu culo , no queriendo ser menos, ha anhelado ser penetrado por ese consolador llamado como yo. Te corrías. Tus palabras entrecortadas así lo verificaban. El gusto te llenaba todo tu cuerpo.
Sin parar de masturbarme tu, no sabía cuando explotaría mi miembro erecto  pero sería pronto porque las venas de mi aparato así lo iban induciendo.... ¡ No puedo más ! ¡No puedo !... Mi leche ha sido la lava candente que ha aparecido en tu boca...inmediatamente has vuelto a chuparla para sentir que mi lava seminal permanecía tan caliente como yo. Mis dedos te seguían penetrando ese coñito de amor, mientras que el vibrador te lo introducía por tu culo. Quería llevarte a la corrida de la noche.

Con un 69 digno de los cuentos del kamasutra , hemos padecido el gusto divino. ¡ Me corro !, ¡me corro, ya no puedo más !. En mi boca he notado todo el placer que salía por tu vagina. ¡ Sigue sin parar de lamerme !. Al final , un liquido calentito ha salido para confirmar que tu corrida había sido digna de alabanza.
¡ Te quiero , mi amor !... y en un sueño pasional hemos descansado nuestros sentimientos durante las horas que predecían a un amanecer que era la alegría de los sueños....

jueves, 21 de febrero de 2013

¡ Ven, hagamos el amor !



La respiración se me hace profunda, sufro de interminables deseos
son premoniciones que se acaloran al verte y me manipulan mi sexo.
Desnudo estoy frente a ti notando como la excitación me encamina
a la desnudez de tu cuerpo.
Contengo el aliento y sufro de un rubor inmaculado.
El fuego embrujado que me proporcionas
hace que mi piel hierva al verte
me alivio, quedo derrumbado y me desmorono
ante la pasión que me entregas.
Esa sensación me lleva a saborear tus acciones cuando deslizas
tus manos por mi cuerpo deseoso de tus caricias.
Se acelera el ritmo de mi corazón . Es un activo
foco de placer que requiere el encuentro con tu sexo.
Tu mano masturba mi miembro y siento los espasmos del gusto.
La erección te satisface a lo que aplicas más intensidad
para así lograr que la dureza haga estragos en tu vagina.
Tus pechos  los saboreo. 
Sacio mis ganas de lamerlos
cuando mi boca se posa en los pezones que son una incitación.
¡ Hagamos el amor !
Lléname de movimientos sugerentes donde perciba estimulos
que sean frescura en el acto sexual.
Ante tu mirada me siento provocado, con impetuosos deseos
de fornicar contigo.
Me provocas, me enloqueces....me cubres de un estremecedor momento.
Siento convulsiones cuando estoy penetrando tu cueva de placer.
Son explosiones de gozo lo que me aborda por la dedicación de tu ternura
y quiero alcanzar los orgasmos más delirantes
para sufrir el placentero agotamiento de tu cuerpo.
¡ Ven, hagamos el amor !

martes, 19 de febrero de 2013

Hoy, te quiero más que ayer...

Ser el refugio de tu cuerpo es lo que requiere mi sentimiento. Adentrarme en cada estimulo que produce tu intimidad y recorrer esos labios humedecidos para que me hagan adentrarme en el regocijo que me ofreces..
Quiero desplegar mi ímpetu en tu deseo. Experimentar con tu éxtasis los más emotivos encuentros con el sexo y purificarme en ti cuando hagamos el amor y lleguemos a agitarnos de gusto.
Me conmueve esos pechos en plenitud . Estoy poseído por el sabor que desprenden.  Me hacen degustar lo exótico de tu belleza.
Es mi condena quererte y remontar el tiempo para tenerte en mis brazos, para hacerte el amor junto a la luna y así alcanzar esos estados de complacencia.
Recorrer las curvas de tu cuerpo es mi anhelo. Sentirme desplomado en tu piel con olor a azahar...cada flujo que emanas es un derrame de candente amor en mi.
Eres la atracción que produce un estremecimiento lujurioso en mi cuerpo. 

Eres como el rocío de la madrugada al amanecer y yo el pétalo donde depositas tus besos.
Quisiera que mi lengua recorriese la silueta de tu torso y hacerte alcanzar los gemidos del placer. Cuando en tu intimidad mi miembro descargue su poder, quisiera que hallases el goce de tu sexual embriaguez.
Si, mi amor, quisiera disfrutar de ese coito furtivo que nos riega en el encuentro nocturno y olvidar el tiempo junto a ti. 

Hoy, mi amor quiero mojarte con mi saliva hasta que toda tu vagina se lubrique y alcancemos la diversidad de fantasías sexuales requeridas por ambos.
Quisiera desfallecer por el magnetismo que me atrae de tus suspiros y ese encanto que me proporciona tus besos. Vivaces son nuestras obsesiones porque deseamos lograr ese orgasmo que nos haga desfallecer en la cama.
¡ Ven, acércate a mi !
¡ Hagamos el amor alumbrados por la luna !
Quiero gozar de tu cueva de placer, de esos pechos duros, de esos labios jugosos y de esa fogosidad que da tu corazón.
¡ Ven, cariño, Ven !
¡ Quiero hacerte el amor !.

lunes, 18 de febrero de 2013

Sin deseos de ver pasar el tiempo.

Concentrada en la desnudez de aquel sujeto que estaba frente a ella, se sentía intrigada por cuánto fuese a hacer y cómo se lo haría...la incertidumbre le corría por su cuerpo, era poseída por el desconocimiento y eso la cubría de sensaciones misteriosas desde los pies a la cabeza. Cada sensación delineaba por su contorno y se sentía acogida por placeres indescriptibles.
Su pecho ancho, musculoso, con un abdomen que se diría perfecto...su piel suave, digna de un profesional del sexo pues estaba curtida en la sensibilidad. Su tacto tibio como la seda...tenía a todo un sex-symbol delante y no podía perder la ocasión de disfrutar de aquel regalo de la vida. Aquel hombre del cual no sabía nada era una alegoría sexual. Intentaría disfrutarlo al máximo. Ese era su objetivo y su deseo.
Cerró los ojos tras unas preliminares caricias. En su cuerpo notó unas manos fuertes. Tomó un sorbo de aire e inhaló profundamente el aroma que desprendía aquel torso desnudo digno de los pintores más afamados del renacimiento. Sus manos se deslizaban por su cintura. Descendía dócilmente llevándola a una agitación de todo su interior. Tocaba sus caderas...se sentía seducida completamente y en posesión de esa emoción plena.
Quería liberar la timidez que la había sobrecogido por la magnitud de la belleza que tenía delante. Aquel miembro erecto la estaba llevando a pensamientos inmorales, lujuriosos y no se jactaba de pensar en lo que sería cuando la sintiese dentro de su vagina.
Noto como por el escote de su vestido unos dedos atrevidos recorrían ese valle de placer entre sus pechos. Estaba hipnotizada por aquella mirada que la iba conduciendo a una respiración irregular fruto de las alteraciones que la iban abordando. Sus ojos parpadeando eran como una llamada, le ardía las mejillas y percibía los primeros síntomas de la excitación en su entrepierna.
Lentamente fue desabrochando el vestido hasta hacerlo desaparecer de su cuerpo. Sólo le quedó el tanga que ocultaba la mayor de sus intimidades. Una intimidad que explosionaba de gusto. El temblor la sobrecogía y así lo expresaba su piel al erizarse todo el bello de su cuerpo. Su reacción fue cubrirse los pechos.  Aquel diestro amante le paró su acción. Bajo las manos con ternura y sus ojos contemplaron aquellos senos que se le brindaban en todo su esplendor. A ella le acogió el pudor, lo que provocó que sus pezones se irguiesen más. Estaban duros, listos para ser chupados y conducir a su dueña a los placeres más agradaciados en lo referente al sexo.
En la perdida de la noción del tiempo, y con las miradas a los ojos del hombre que tenía enfrente, no se percató de que ese seductor hombre se inclinó para deslizar su boca hacia sus pechos y comenzar a lo requerido en el pensamiento de ella. Estaba comenzando a chupar sus pezones. Succionaba los pechos, los lamía y provocaba un delirio alarmante. Perdía contacto con la realidad a cada chupetón pero estaba en un momento que nada era comparable. Sufría de placer. Le recorría la más grata de las emociones y en su vagina notaba los primeros espasmos con la humedad que iba alcanzando.
A cada mordisco de los pezones, el estremecimiento iba aflorando. Tras jugar un rato con la dureza de sus pezones y el sucesivo manoseo en los pechos, se alzó hasta ponerse frente a frente con ella. Su aliento la sumergía en un delirante estado. El roce de sus labios la llevó a entregarse plenamente a un beso interminable. Era todo tan especial que no deseaba que pasase el tiempo.

sábado, 9 de febrero de 2013

Junto a aquel desconocido....

Estaba nerviosa en aquella habitación. Era el típico burdel de antes sólo que disfrazado de hotel con un toque muy adecuado para el amor. Se diría que la regente tenía hasta estilo.
De su cabeza no se iba lo que estaba haciendo. Había conocido a un hombre. Un café y una buena charla no significaba que tuviese que acabar en la cama, aunque le atraía aquella morbosa situación. Una parte de su cuerpo quería probar la sensación de infidelidad y otra restringía la acción cuando en su casa tenía al hombre que la cuidaba y le daba sexo. Últimamente  lo encontraba desganado, sin ganas de hacerlo y cuando se encontraban en el acto sexual era una sensación vana o su miembro se afligía para así abstraerse del momento en el que estaban.
Tras cerrar la puerta, un estremecimiento recorrió su cuerpo. El hombre se le acercaba. Ella sentada en la cama se envolvía en dudas si seguir adelante o retroceder ya que aún no había pasado nada. Solamente unos besos en el coche y un tocamiento por su cuerpo había sido lo único que se había dado tras la charla en la cafetería.
Las miradas se encontraron. Ella asintió sin entender que hacia allí.
El se le acerco. Los primeros besos se convirtieron en un mar de deseo. El bochorno le subía desde su entrepierna hasta su corazón. Aquellos besos profundos le hacían perderse en el encanto y la pasión la iba llevando a discernir de las dudas...quería hacer el amor con aquel hombre.
Mientras el impetuoso hombre se acostaba en la cama, ella quedó paralizada de pie. Aquella mano que la conducía a la cama le hacía rememorar las dudas.
Se movió lentamente para situarse frente a su desconocido. De nuevo los besos la tranquilizaron y la llevaron a confirmar su deseo. Ahora era ella la que lo besaba con intensidad. Su lenguas lenguas jugaban. Se evaporaban las dudas y quería hacer el amor . Lo necesitaba. Deseaba encontrar lo que había perdido junto a su marido. Nadie se enteraría.
Sus ojos puestos en la desnudes masculina la llevaron a arderle todo el cuerpo. Sentía pudor y se ruborizaba. A parte de su esposo, no había visto a otro hombre desnudo en plenitud. Su miembro estaba erecto fruto de la continua masturbación que se aplicaba. Se excitaba solo de verlo. Quería tenerlo dentro y que le administrase el mayor de los placeres.
Los labios del hombre se le acercaban. Su boca los deseaba.
Sin más preámbulos, su ropa fue quitada y su cuerpo ya aparecía desnudo. Su madurez no había provocado cambios en sus pechos, ni en su vientre .... se diría que su cuerpo era perfecto y que cualquier hombre desearía fornicar con ella.
Se sentía atrapada por aquellas calientes manos que se posaban en su desnudez y que comenzaban a deslizarse hacia su bajo vientre. Con un valor lujurioso, puso una mano suya sobre la de su amante y la llevó hacia su intimidad. Al notar la caricia un estremecimiento la armó de gusto. Esa sensación era la que deseaba y se dejaría hacer cuanto desease aquel hombre que la miraba con frenesí.
Sus gestos inusuales la absorbían, la conducían a sobresaltos emocionales, a ese estado que había abandonado con su cónyuge.
Estaba a merced de aquel galán que mostraba su personalidad más cortes. Era enérgico, pasional y su belleza le hacía perderse.
Se tomo su tiempo. Los besos se apoderaban de la relajación que acogía a su piel y en su vagina notaba las caricias. Notaba como los dedos se introducían en su vagina.
Unas sensaciones afectuosas fluían por todo su cuerpo. Estaba atrapada por el deseo y no quería desatarse de aquella locura llamada sexo.
¿ Qué pasaría ? ¿ Cómo le haría el amor ? ¿ Le gustaría ?
Se mostraba ansiosa, quería saber qué pasos daría aquel hombre que no dejaba de lamer todo su cuerpo.
Su expectación se iba exaltando fruto de los primeros síntomas del gusto que le estaba administrando.
El sonreía con dulzura. Ella asistía con complacencia en su rostro.
Todo estaba en camino de pasar una tarde maravillosa junto a aquel desconocido...