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lunes, 11 de junio de 2012

Viaje hacia ninguna parte - I -

El tren partía de aquella calurosa estación . Se sentía incómoda y no sabía porqué razones pero estaba con ganas de abandonar ese tenebroso y desolado lugar. Exhaló un suspiro de alivio cuando notó el traqueteo de los vagones. Respiró y el nerviosismo fue despejándose de su cuerpo tenso por historias que le habían sucedido en aquel pueblo del cual quería marcharse para así olvidar.
El compartimiento estaba al fondo del pasillo. Se dirigió hacia sus dependencias con la satisfacción de ver como se alejaba los campos por los que había recorrido su amor y su odio. Al llegar, abrió la puerta. Debía compartirlo con un hombre, algo que no le hacía mucha gracia pero era donde estaba ubicada hasta llegar a su destino. Después del previo saludo, cayó en un profundo sueño fruto del silencio. 
Al despertar en varias ocasiones, notaba como aquel hombre tenía la mirada en sus piernas y también en su camisa ajustada donde sus pezones aparecían sugerentes. El movimiento del tren provocaba un estímulo en su flácido cuerpo o ¿sería tal excitación por el sueño en el que estaba inmersa ? . La atención que dispensaba aquel hombre, las miradas insinuantes y la vibración del viejo tren se combinaron para que notase un cosquilleo que la excitaba. El tipo no decía nada, solamente evadía las miradas cuando notaba que la chica despertaba de su letargo y se fijaba en lo que estaba haciendo.
Hacía el atardecer despertó después de estar un buen rato en un profundo sueño. En su subconsciente volaba la tranquilidad de verse fuera de aquel pueblo. Dejaba a un hombre que la había hecho daño en el corazón pero iba pasando por su mente las veces que en aquellos campos había fornicado con su amante.
Se levantó con ganas de ir al baño. En el pasillo no había nadie y cada compartimento permanecía cerrado. El fresco de la noche compensaba aquella fatigosa calor que había sufrido en la estación. A su regreso, el hombre estaba en el pasillo junto a una abierta ventana . Estaba fumando y recibía el fresco apetitoso de la noche de luna llena. 
Con voz agradable la saludó nuevamente. Comenzó a hablarle del fatigoso viaje y lo aburridos que eran los trenes.
Ella percibía la continuada mirada de aquel hombre , sólo que esta vez se dirigía a su cara. Ahora lo veía más guapo que la primera vez. Con un gesto sencillo le mostró su acuerdo en lo referente a los trenes.
- ¿ Fuma ?-
Cogió un cigarrillo y antes de posarlo en sus labios , ya tenia la llama ante ella. La galantería la utilizaba su acompañante a la máxima saciedad. 
Aspiró una bocanada fuerte con deseo de tranquilizarse ante las acometidas miradas. Él se echó a reír cuando la tos de la chica apareció.
- ¡ Perdone por no advertirle que es fuerte este tabaco !-
Para salir del paso, sugirió que llevaba un tiempo sin fumar pero que lo había hecho para así conversar un poco. 
- ¡ El trayecto sin hablar se hace muy largo !- dijo cuando se fue calmando de la tos.
En este momento, el tren ,que había cobrado velocidad, hizo que el hombre perdiese el equilibrio y fuese a caer encima de la mujer.  El desequilibrio le llevó a poner su mano en el pecho y la otra en la cintura de la sorprendida chica que lo miraba sin resquemor. Empezó a disculparse, pero se fue interrumpiendo al ver que la cara que ponía la hermosura que tenía frente a él. Sus labios se mostraban húmedos, expectantes y ligeramente separados. Su mirada audazmente sensual lo llamaba a voces .
Sin decir una palabra, él miró al pasillo por si había alguna persona. Con un insinuante gesto, la hizo entrar en el lavabo. 
No sabía lo que estaba haciendo pero nuevamente estaba siendo llevada por la pasión, el deseo, el misterio y la humedad que iba alcanzando su entrepierna. Desde un principio se sintió atraída por aquellas miradas que ofrecía aquel misterioso señor con el que compartía departamento.
¿ Hacía donde se dejaría llevar ?- ¿ Sería solo un calentón y nada más ? - ¿ Tendría sexo del bueno con aquel hombre mayor que ella ?.....


continuará.

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