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viernes, 26 de julio de 2013

Un amor muy primordial - y IV -

   Arregladas para una gran velada, sus vestidos eran todo una joya. Cualquiera dirían que estaban hechos para aquellos dos cuerpos perfectos. Uno en blanco y otro en negro.
Hacia media noche, la casa era un murmullo por todos lados. La música en directo sonaba desde el jardín hasta la última de las habitaciones. Los invitados bailaban, reían y se divertían...pero la joven, a pesar de que continuamente la mujer se acercaba a ella para estar juntas e incluso darle un beso, se sentía fuera de aquel ambiente. Lo notaba, allí no conocía a casi nadie salvo a su amada y otras pocas personas que había visto en la fiesta en la cual conoció a su nuevo amor. Se sentía por momentos abandonada y le sobrecogía la pasividad hasta tal punto que pensaba retirarse a su cama.
   A pesar de no tomar alcohol, su decisión fue que alguna vez tendría que ser la primera y el instante así se lo hacía ver. Tras algunas copas, comenzó a sentirse con esa alegría que le hacía bailar sin detenerse. Se sentía a gusto y quería disfrutar esa noche aunque no tuviese a aquella mujer que le había dado tanto durante el día. A pesar de su indiferencia momentánea, quiso saber dónde se encontraba. Fue a preguntar al mayordomo pero no encontró la respuesta que deseaba. Notó que su sinceridad no era la correcta pero omitió comentar nada más. La búsqueda fue en vano y ya hacía largo tiempo que no la veía. Esa sensación le provocaba angustia porque quería estar con ella. Después de buscarla y no dar con ella, entró nuevamente al salón. Comprobó que el mayordomo aún seguía recto en la subida de la escalera sin dar paso a nadie. Aquello le causó ciertas dudas que sumadas a no ver a la dueña de la casa más incertidumbre le acogió. Sabía por dónde subir a las habitaciones superiores sin pasar por la escalera y se encaminó a ver qué ocurría. Mientras iba por el jardín, multitud de cosas le pasaron por la cabeza. Aquella parte no estaba habilitada para la fiesta pero ella pasó como si se encontrase en su propia casa. Ya se situaba en otras escaleras y le sobrecogía la desconfianza. No sabía el por qué pero en ella había algo de resquemor.
   Sigilosamente subió las escaleras. Con pasos lentos se dirigió a las habitaciones donde se encontraba la fiesta y allí se encontró lo que no deseaba.
A pesar del ruido de la música, unas palabras fogosas resonaron como un eco en un valle. Lentamente se dirigió donde provenían unos gemidos que cada vez se hacían más intensos. Se paró en lo que era la habitación de su amada. La puerta no estaba completamente cerrada. Poco a poco fue abriéndola y ver lo que no deseaba.
Allí estaba ella con un hombre en la cama. Su primera impresión la descentró pues creía que era lesbiana pero ante sus ojos comprobó que también disfrutaba con los hombres.
 
Encima del hombre, sus movimientos se complementaban en busca de estar unidos para alcanzar el deleite supremo del placer. Sin inhibición follaban. El desenfreno les hacía ser dos fieras del sexo buscando obtener el mayor número de sensaciones lujuriosas. Lo mismo la besaba con un ímpetu como si fuese a comerse su boca que pasaba a sus pechos propinándole bocados en los pezones y apretando sus senos de manera intensiva. Ella también descargaba sobre él su deseo. Le chupaba su pene de forma extenuante y cuando lo sacaba de su boca, le propinaba una masturbación que hacía temblar al hombre. La vehemencia los tenía tan sumergidos en el furor que no se dieron cuenta de la presencia de la joven. Ella los contemplaba mientras de sus ojos las lágrimas eran ríos de dolor.
Los suspiros de la mujer llenaba la habitación cuando la tenía a cuatro patas y la penetraba por detrás. La virilidad de aquel joven se hundía en su coño humedecido. Aquella situación se propinaba un delirio prolongado. Estaba sumisa a su joven conquista. Su cuerpo caliente al filo de lo irracional la tenía perpleja por cuando recibía. Su respiración jadeante hacía ver que disfrutaba cuando el chico entraba su miembro en la vagina y en el ano. La ansiedad le hacía pedirle más. Quería recibir más placer a lo que él contestó introduciendo un consolador en su ano. Ahora los gemidos eran más intensos. El cuerpo de ella se irguió. El sacó el consolador de su culo y lo metió en su boca. Ella lo agarró con ferocidad y lo chupaba . El tocaba sus pechos y estiraba sus pezones. La fogosidad les salía por los cuerpos sudorosos. Inclinada nuevamente, la volvió a penetrar tanto por la vagina como por su ano con el consolador. Esta vez la ebullición placentera la iba llevando a un orgasmo delicioso.
Extasiada se retorcía por las embestidas de poderoso miembro del joven. Los movimientos los hacía más perseverantes ante la llegada de su frenesí también. Notaba como le iba llegando el gusto y se preparaba para correrse en las tetas de ella como le decía. Así acontecieron los minutos hasta que ambos ya no pudieron aguantar más. La mujer se tendió en la cama y el joven se posicionó encima de ella abierto de piernas. La masturbación de ella hizo que su semen saliese como una bala de su miembro llenando sus tetas. Aquella sensación le gustaba. Frotaba el liquido seminal y a la vez chupaba sus dedos....
   En ese momento, la joven ya no aguantó más y se marchó dando un portazo. Bajó por las escaleras donde estaba el mayordomo para sorpresa de éste. Corriendo se dirigió a la calle. Quería marcharse. Se sentía engañada por una mujer sin escrúpulos y no la quería volver a ver. El amor que la iba acogiendo , en esos momentos había desaparecido para convertirse en odio.
   Al ver que un coche se ponía en funcionamiento, fue hasta él. Preguntando hacia donde se dirigía, se subió. El joven que conducía quería saber que le ocurría aunque ella sólo hacía llorar. El dolor le impedía hablar. Llegando ya a la ciudad le habló para decirle si podía llevarla a un lugar que no fuese su casa. Así lo hizo el joven. En un bonito parque se quedaron frente a frente sentados en un banco. Tras unos minutos, el llanto se detuvo. El agradecimiento salió por la boca de la joven que veía en aquellos ojos de su acompañante a un chico de su misma edad.
   El día daba sus primeros pasos. Ante las cosas que le contaba el chico, la joven fue sintiéndose mejor y hasta la sonrisa le regresó. En ese instante sonó el teléfono. Era ella pidiéndole explicaciones por su actitud. Ella no se alargó en palabras expresándole todo lo que había visto y que ella no era quería ser su juguete. Con agradecimiento por lo vivido se despidió de ella diciéndole que no la buscase más.
   Colgó el teléfono, volvió a sonreír y a fijarse en aquellos ojos tan bonitos de aquel joven que la había auxiliado. Cada gesto y cada expresión le sabía a gloria. Se sentía cómoda y así se lo hizo ver... Ya el sol estaba en plenitud. Era hora de regresar para dormir.
- ¡ Te volveré a ver algún día ! - dijo el con esa timidez deseoso de que contestase que si.
-¡ Si, me has salvado y mereces una recompensa !- dijo ella.
   De su bolso sacó papel y lápiz para anotarle su teléfono. Llámame mañana y tomaremos un café.
Con una sonrisa en los labios y deseosa de besarlo, se despidió de él. Al llegar a su cama y pensar en todo lo acontecido notó que del odio al amor se pasa en un suspiro. Se decía que podría conquistarlo  y ver si aquel joven era verdaderamente su amor primordial.

viernes, 19 de julio de 2013

Un amor muy primordial - III -

  Desvanecida en aquella gran cama y a todo lujo, se sentía una dama de renombre. Se sentía como le gustaba vivir. La opulencia le absorbía el pensamiento y aquella mujer le estaba entregando todo pero de un modo muy alocado.
   Escuchaba el ruido del agua tras una gran puerta. ¿ Cómo había llegado a aquella cama tan amplia ?. Estaba estupefacta pues sabía que había hecho el amor en el jacuzzi pero que no se había metido en cama alguna. Las dudas le sobrecogían. Se levantó con dirección al baño. Le ardía el cuerpo y saber que la mujer estaba en la ducha le daba morbo. Al abrir la puerta , allí estaba con toda la belleza que atesoraba. Su cuerpo humedecido le provocaron ganas de follar allí de nuevo. Sin reprimirse , los ojos no dejaban de estar encima de ella. Su sumisión era total en tan poco tiempo.
- ¡ Hola , mi pequeña dormilona !- La sonrisa apareció en su cara. - ¡ Cariño, te quedaste dormida en el agua y mi mayordomo te tuvo que llevar a la cama !. ¿ Quieres una rica ducha verás como se te va todo el sueño que te ha tenido ocupada unas horas ?
   Todo acontecía muy rápido. El almuerzo fue ligero pues tenían que ir de compras. De nuevo salieron corriendo con el coche descapotable camino de la ciudad. Ella era la anfitriona de una gran fiesta que estaba organizando y debía lucir un gran vestido. La incertidumbre corría por su cuerpo pero un beso tranquilizador hizo que todo se calmase dentro de la chica. -¡ Quiero comprarte el vestido más lindo para ti !-
   Llegadas a la tienda todo era glamour. Pronto fue eligiendo vestidos. Se probaba uno y después otro...¡ todos era lindos !. En uno negro de brillantes se fijó, al probárselo la mujer entró con ella en el probador. Con el puesto,  la mujer comenzó a tocarla con ostentosas caricias por todo su cuerpo desnudo. La joven la miraba fijamente a los ojos. Se sentía seducida y entregada a cuanto desease su mecenas. Los besos dieron paso a mordiscos en el cuello mientras con las manos levantaba el vestido para tocar su coño e ir metiendo los dedos en su vagina. Aquel tacto la sobrecogía y no pudo contener un suspiro intenso. Por sus caderas subían las manos hasta la cremallera. El vestido calló sin importancia. De su cuerpo emanaba  un gratificante deseo, quería hacer el amor allí. Sus pechos comenzaron a notar el manoseo. Los pezones se irguieron notando su cuerpo llenarse de un clímax clamoroso. Entre tantas caricias y besos, se sentía como evadida de la realidad, aunque, al notar como algo duro se introducía en su coño, abrió los ojos. El beso fue como de agradecimiento por aquello conmovedor que la estaba penetrando plácidamente. Su ansiedad le llevaba a querer desnudar a su amada, pero la mujer la contuvo. Se agachó y besó su coño. Era como decirle que ella era la que debía disfrutar en ese momento.
   Los suspiros se sucedían en su boca. Le vibraba todo el cuerpo pues mientra el consolador la penetraba por su culo, su vagina recibía aquella lengua que le colmaba de placer. Con su mano apretaba la cabeza como pidiendo más, mucho más ....estaba fervorosa, caliente y le temblaba todo el cuerpo. El morbo de ser la primera vez que hacía una cosa de esas en un lugar así le estaba llenando de sensaciones muy apetecibles.
Ante las continuas embestidas y el chupeteo de su coño, hizo que no pudiese contenerse más. Extasiada por las sucesivas penetraciones no pudo contenerse y se corrió. El grito fue acompañado de agarrar a la mujer por su cabeza y aprisionarla en su vagina.
- ¡ Señora , ocurre algo !...No, cielo , tranquila. Le he dado con una uña de ahí su grito.
La dependienta como acostumbrada a sus extravagancias hizo caso omiso y se marchó. La mujer cogió los vestidos. - ¡ Te espero fuera !. La joven mientras se limpiaba los labios vaginales que estaba muy humedecidos, se vestía y se arreglaba un poco el pelo y el maquillaje.
   Ya montadas en el coche, el beso de gratitud fue intenso. En el iba el agradecimiento por los vestidos que le había regalado y cuántas cosas le hacía vivir en el sexo con otra mujer, algo que nunca se le había ocurrido hacer. Las convulsiones aún le corrían el cuerpo y al simple toque de su pierna, la humedad en su coño fue aflorando. Tras continuas tiendas, donde ya se contuvieron, la vuelta a la mansión no se hizo esperar. El viaje transcurrió envuelta en la paralización de los sentidos pues fue montarse en el coche de nuevo y comenzar a provocarle caricias, tocamiento de senos, meter el dedo en la boca y sucesivos movimientos en su vagina que la volvieron a la fogosidad impetuosa de lo vivido en el probador de aquella tienda. El placer la dejaba perpleja. La intensidad se hacía perseverante y su cuerpo era sometido a un ferviente gusto del cual no quería que sucumbiese. Se retorcía en el sillón. - ¡ Cariño, masturbate tu ahora !-.
Sus palabras fueron obedecidas. Se despojó del tanga, se abrió más la camisa y abrió las piernas hasta sentirse cómoda. Mientras se metía dos dedos, miraba a aquella mujer con unos ojos morbosos, deseosos de que ella la follase allí mismo. Su piel suave comenzaba a humedecerse con un sudor intenso. Estaba poseída por el sexo y se daba con vehemencia. Su respiración se hacía jadeante con una descarga pasional que estimulaba a la mujer que comenzó a masturbarse ella también pero lentamente. El gusto les iba apareciendo y complacidas llegaron al orgasmo deseado. Se besaron. El delirio sufrido por dos veces, hizo que la joven se quedase relajada con el consiguiente sueño.
   Al llegar a la casa, se despertó. Medio camino había transcurrido y no se había enterado.
Ya dentro fueron supervisando las cosas para el acontecimiento que les esperaba. Deseaba que todo saliese bien pues muchos amigos esperaban esa fiesta como un día especial en el verano. La joven fue a la habitación para probarse el vestido cuando vio varios. Las dudas comenzaron en ella...¿ Cuál le gustaría a su benefactora ? Ante una llamada, la contestación es que no podía en ese momento atenderla. Ella fue a darse un baño y despojarse de toda la excitación sufrida.
   Ya en el agua, rememoraba todo lo que había supuesto esos dos días intensos. El pensamiento iba dando cavilaciones. Dulcemente se acariciaba la piel percibiendo el buen aroma de los productos de baño. Se extendió y comenzó a masturbarse de nuevo pero con más calma. Se acariciaba las ingles, deslizaba sus manos por su coño y se elevaban hacia sus pechos para tocar los pezones. Su lengua humedecía sus labios...todo era un conjunto de sensaciones que la llevaban a una excitación irresistible. Su estado era tan pacificador que no notó que la mujer había entrado. Ella se sentó en un sillón a contemplarla...
   La joven, con sus ojos cerrados, ponía todo su dedicación en la suculenta masturbación. Empujada por los primeros síntomas vertiginosos del sexo , comenzó a contonearse. El agua era otra fuente de caricias. Estaba abstraída y solo deseaba llegar a la culminación de la felicidad que la albergaba. El éxtasis la abrazó con los pertinaces jadeos... Al abrir los ojos se percató de la presencia de su amada.
-¡ Eres una fuente sexual inagotable y quiero beber de ti todos los días !. Aquellas palabras sonaron a que no se separaría de ella nunca.
- ¡ Jovencita, fuera del baño ya que va siendo hora de arreglarse que los primeros invitados pronto llegarán !
Con besos sucesivos salieron del baño. Los vestidos estaban sobre la cama bien arreglados y con todo preparado para elegir... Estaba en un sueño y no quería despertar. Aquella mujer era maravillosa, primordial y todo un amor. Aunque no se había percatado nunca del amor entre mujeres, ahora que estaba inmersa en ello, se sentía enamorada plenamente por toda la sensibilidad que encontraba en su amante. Notaba su complacencia en todos los aspectos y con ella quería estar.

sábado, 13 de julio de 2013

Un amor muy primordial - II -

   La joven, al entrar en el salón, divisó a sus amigos. Hacia ellos fue rápidamente como si algo anormal fuese acontecido. Una de sus amigas lo advirtió y le hizo preguntas. Contestó con esa tranquilidad de no haber sucedido nada fuera de lo normal. Había estado hablando con alguien por ahí. El miedo a que se declarase que había estado con una mujer en la cama le llevaba a meditar cada palabra .
   No se sentía dolorida por lo sucedido. Esos momentos con esa mujer fueron maravillosos. Estar en su cuerpo desnudo, besar sus pechos , sus ingles...su vagina humedecida. Meter los dedos y notar que le estaba dando un gran placer fue algo que no había vivido. Mientras se disponían a marcharse, estaba como perdida y con una sonrisa llena de misterio aceptable. Quería localizarla y en su mirada decirle hasta pronto o hasta mañana.
   En el trayecto de vuelta a casa, sus palabras no se dejaron oír. Permanecía muda y con aquella sonrisa llena de recuerdos. Su amiga más personal, que estaba en el asiento delantero, la miraba por el espejo y sabía que algo le había pasado pues no era tan normal que estuviese callada. Al llegar a su casa, bajó del coche y se despidió de sus amigos. Le dijo a su amiga que ya la llamaría....
  En toda la noche no pudo dormir. Se la pasó con el pensamiento puesto en las acciones de aquella mujer que la había llevado a sustentar un placer nada igualado por un hombre. El recuerdo la llevaba a masturbarse delicadamente. Acariciaba sus labios vaginales con una mano mientras la otra jugueteaba con sus pezones. Poco a poco le iba abordando lo vivido en la fiesta lo que la llevaba a masturbarse con más intensidad. Se tocaba su cuerpo desnudo, lascivo y deseoso de pasión y sexo...estaba embrujada por aquel ser cuyas manos eran ternura pura. El placer le corría por las venas, sus pechos estaban duros y su vagina estaba muy humedecida. Estaba llena de lujuria . Su masturbación le hizo llegar a correrse y adentrarse en un descontrolado frenesí...Era la segunda vez que se sentía en aquel estado en cuestión de horas y no quería que se fuese esa sensacion que le recorría en su adentro.
Exhausta cayó en la cama sin preocuparse de ponerse algo para cubrir su desnudez.
   La letanía en su casa, el concurrir de los coches y el ruido del día la despertaron. El móvil comenzó con esa melodía que anunciaba un mensaje. Con pasividad lo cogió pensando que era su amiga que quería saber...su sorpresa fue mayúscula. Era esa mujer que la había llevado en la noche a disfrutar de un sentimiento distinto. Tras ver que era ella,  inmediatamente quiso llamarla. El mensaje le daba una dirección y una hora. Su cara cambió y fue a la ducha con un canturreo de felicidad.
En poco tiempo,  había desayunado, saludado a su madre y hermanos y se disponía a salir hacia otra aventura de la cual no sabía que acontecería.
Allí en el lugar estaba con un poco de antelación y se desesperaba. Le acogía el miedo al ver como se aproximaba la hora acordada. El estremecimiento aconteció cuando la tenía frente por frente. Su majestuosidad la hizo caer en el silencio. Aquella mujer se presentó envuelta en una belleza superior a la noche loca de la fiesta. La mujer la besó en la boca dándole los buenos días.
-¡ Mi coche está cerca, vamos !-
  En el trayecto concurrieron las palabras mitigando el nerviosismo. La joven la miraba y más bella la veía. Fueron recordando lo vivido en la noche y el momento que se puso nerviosa y se marchó con una precipitación acalorada. Tras un rato de charla, las risas distendieron el ambiente y la relajación se manifestó en unos primeros toques en las nalgas de la joven. No se alteró. Si acompaño a la mano de la mujer hacia su tanga. La falda era corta lo que hacía más fácil llegar al sitio requerido. Pronto noto como los dedos pasaban de tocar la tela a introducirse en su coño.
 
 La carretera se hacia larga y la joven iba gozando de un modo extenuante por la labor encomendada de su acompañante. Ya se retorcía en el sillón de gusto. Se tocaba los pezones hasta tal punto que un pecho se lo sacó de la camisa y lo mostraba. Estaba embriagada en todo lo que le daba aquellos dedos impulsivos....era un manantial de amor y quería que su sexo fuese cubierto de un placer maravilloso.
   En ese juego al que estaba sucumbiendo, deseó incorporarse para llegar a la boca de aquella mujer. Quería besarla, tocarle sus pechos y darle el mismo fuego que ella había recibido, pero un gesto tranquilizador la hizo acomodarse en el sillón.
- ¡ Calma, amor, tenemos mucho tiempo por delante !-
Aquella palabras supieron a calma aunque la introdujo en un misterio que a la vez que le gustaba le hacía intranquilizarse por momentos pues no sabía hacia dónde iba.
  Al fin divisó una reja de una gran finca. Ahora es cuando más impaciente se mostraba. La mujer la notaba desesperada . Un beso le hizo calmarse y más tras decirle la mujer que era una finca suya. Allí, si no tenía inconveniente, pasarían el día. En la noche habría una gran fiesta y quería que ella también estuviera presente. Al llegar a la casa, su deslumbramiento no dejaba cabida al asombro. Estaba estupefacta ante la belleza de aquel paraje.
   La mujer animó a que llamase a su familia para decirle que pasaría el día con una amiga. Sin reparar mucho en lo expresado, ella se dijo como sabía que no había dicho a nadie dónde venía ni con quién iba. Aquella mujer le fascinaba pero le creaba incertidumbre porque siempre sabía lo que ella quería. Se anteponía a sus deseos.
Con gran atención, un criado salió al paso de las dos mujeres y un cordial saludo fue su encuentro. - ¿ La bañera está preparada ?- Con un gesto afirmativo asintió el hombre. Con una voz la llamó, ella estaba absorta de tanta hermosura como veía a su alrededor. Cogidas de la mano se introdujeron en " la bañera " que era un gran jacuzzi. La joven no podía creer en el sitio que estaba. Fue tanto su encomienda en mirar a un lado y otro que apenas notó que fue desnudada al completo. Mientras, la mujer también se desnudó y se sumergió en el agua que estaba riquísima. Con sus manos la incitaba a entrar. Al llegar a ella la beso apasionadamente y el desenfreno corrió por los cuerpos desnudos. Las lenguas se entrelazaban en delirantes besos que hacían activar todas las terminaciones sensitivas que se unen a la piel.  La libido las llevaba a un ansia de poseerse y con caricias instigadoras hacia lugares íntimos, los estímulos se encandilaban para crear una tensión sexual plácida. Cada beso estaba lleno de placer. Los pezones de ambas se endurecieron tras continuados toques.

   Al empuje de la mujer, la joven se puso en el borde del jacuzzi. Con un gesto provocador abrió las piernas para posicionarse frente a su vagina que estaba fogosa. El primer roce de la lengua ya le supo a un gozo desgarrador. La sucesión de lametones y besos en sus labios sexuales le producía un abatimiento profundo que la dejaba en una convulsión enriquecedora. Más sufrió cuando la lengua fue al clítoris y dos dedos empujaban para entrar en su vagina.
   La joven, llena de entusiasmo, se aferro a la cabeza de la mujer. Le tocaba la espalda y pasaba a tus pechos para jugar con los pezones. Quería darle placer también pues recordaba que su punto débil era los pezones. Allí permanecieron un tiempo que no contabilizaron...estaban embriagadas en el sexo sin notar el paso del tiempo.
   Con sigilo puso un dedo en la boca de ella en posición de silencio. Ella salió del agua en busca de cualquier cosa que estaba en un tocador renacentistas precioso. Lo que sacó de la mesa lo ocultó en la espalda. Nuevamente con el dedo la incitó a que llegase hasta la cama donde ella se había recostado. Con una ternura instigadora le dijo que cerrase los ojos. Así lo hizo ella. La mujer se levantó y la condujo a la cama. Comenzaba a estar nerviosa cuando un beso en su boca la volvió a la calma. En ese momento, en su pechos notó algo duro. Sus dudas se abrieron aunque en las cavilaciones se quedaron porque rápidamente supo de qué se trataba.
   Un primer quejido la sobrecogió. Aquel instrumento duro se habría paso en la vagina. De pronto, el gusto se fue apoderando de ella hasta hacer de su boca que emanasen gemidos y suspiros intensos. Estaba llevada por un camino embaucador donde el fuego la llevaba a un vicio lujurioso. La mujer comprobó que le gustaba y la intensidad no se hizo esperar. Los movimientos de su cuerpo se cobraban de un desfallecer pleno pues estaba en una agitación impetuosa y siendo su cuerpo consolado por un infinito delirio.
   La mujer no cesaba con el consolador en su vagina mientras la besaba y su mano tocaba los pechos...todo era una marea gustativa enorme lo que le administraba. La joven solo gemía de placer hasta que de su boca salieron las palabras que deseaba oír experta mujer: Me corróooo.
En el grito desfalleció, sus suspiros eran intensos. Un beso llegó a sus labios. Los ojos de la mujer la miraban de una manera satisfactoria. - ¡ Hoy vas a disfrutar de la vida, esto , sólo es el principio !-



martes, 9 de julio de 2013

Un amor muy primordial - I -

Notaba como en su estómago se producía una agitación perseverante. Le habían dicho que eso, simbólicamente, era el sugestivo volar de las mariposas cuando van alcanzando escalafones en el querer. Significado de que el amor le había atrapado y se sentía como en una galaxia diferente al resto de mortales...Sólo quería estar con esa chica. Su presencia le infligía unos estímulos tan agradables que por esa mujer sentía algo diferente a lo que un hombre le había proporcionado. Al tenerla presente, su reacción era incontrolable; quería seducirla, le temblaban las piernas y un fuego le subía por las ingles. Ese estremecimiento se posaba en su entrepierna extendiéndose por todo su cuerpo. Una turbación le recorría sus pechos. Estaba sumisa a ella aunque no se atrevía a decirle que sentía un amor en plenitud.
De nuevo estaba a su lado. Sus músculos se debilitaban y ponía todo su empeño en tener el valor de expresarle su cariño...mientras, la otra chica la contemplaba, le guiñaba y entendía perfectamente lo que estaba ocurriendo pero le corría las dudas de si era real y verdaderos cada gesto que contemplaba en aquella mujer que ya la miraba con una provocación desmedida.
Deseosa de aclarar el asunto, puso sus pasos hacia la mujer. Ella simulaba que bailaba y tomaba un trago. El saludo conllevó la normalidad de un encuentro. Los besos en las mejillas parecieron como si el tiempo se hubiese detenido y lentamente fuesen aconteciendo. El disfrute de la chica más tímida fue un impacto primordial. La fluidez de la conversación dio paso a los primeros toque en el pelo y en el cuello. Los gestos afectivos no tardaron en hacer acto de presencia...
Aquella fiesta fue organizada por un amigo en común. Allí había tanto hombres como mujeres con tendencias sexuales variables pues la joven veía parejas heterosexuales con bailes sugestivos, hombres que suponían homosexuales pues un hombre no besa a otro hombre en la boca así porque si y luego también había algunas parejas de lesbianas...era una fiesta donde corría el sexo, las drogas y el rock and roll...
La mujer no se contuvo. Fue incitándola a que se acercase a una puerta que daba a un jardín frondoso. La música se tornó más sensual y lasciva. Las parejas se iban definiendo y cada cual actuaba libremente en cuanto a besos, tocamiento y caricias se trataba. Ellas se contuvieron aunque lo deseaban...las miradas lo delataban. Ya en la puerta y con motivo de que la luz se hizo menos intensa, la mujer la besó. Al principio la joven dudó por pudor y miedo a ser vista por algún amigo o alguna amiga con los cuales había llegado.
Sin divagaciones, y fruto de las caricias que ahora si le daba aquella impaciente mujer, la besó intensamente. Las palabras eran omitidas para dar paso a los sonidos que emitían la intensidad de los besos. La joven notaba aquellas manos que le habían dado unas caricias maravillosas, ahora, iban subiendo su vestido. Tocaba sus muslos. Se sentía abordada por ese conjunto de mariposas del amor.
Un primer jadeo salió de su boca cuando la mujer acarició su entrepierna pasando sus dedos por su rajita de placer. Esos contactos hicieron que sufriera un gusto delirante. Su vagina comenzó a ponerse húmeda. Le abordaba los labios de aquella mujer seductora que le iba propinando un intenso placer. Mientras dentro la normalidad de la fiesta iba sucediendo, fuera las dos estaban en una faceta de conocimiento, aunque, los
efectos de acaloramiento que iban asumiendo incitaba a algo más.
Como si aquella mujer conociese la casa, le dijo que conocía un lugar donde podían estar más a gusto. Al principio dudo, pero inducida por aquellos suculentos besos y aquellas palabras que la sedujeron totalmente, se abalanzó a decirle que adelante. El lugar era una habitación amplia con una cama cubierta de unos adornos impresionantes, aunque lo que más la deslumbró fue el amplio espejo que había en el techo. Mientras sus ojos se posaban en el espejo , la mujer comenzó con sus caricias, besos y a decirle cuanto deseaba hacerle el amor en aquel momento. Ella no se desestabilizó pues también lo deseaba. El apetito sexual le llevó a ella a tomar las riendas de lo acometido. Para ella , aquello era nuevo pero se dijo que tan diferente, en cuanto a los preliminares con un hombre, no sería. Inducida por los estímulos que iba asimilando, fue desvistiendo a aquella lasciva mujer. Una vez quitado el vestido pasó a la ropa interior. Fue quitando las medias como una profesional del sexo. Era tan delicada en las acciones que parecía que lo había hecho toda su vida. Ya puesta ante el tanga de la mujer, tocó primeramente su vagina. A través de la tela la notó húmeda también y más tras manchar el tanga. Suculentamente y con besos en los muslos, las ingles y la cintura, quitó la prenda hasta dejarla completamente descubierta. Después, fue en busca de sus senos. Con un movimiento rápido, el sujetador acabó en el suelo. Su boca iba lamiendo los pezones que se mostraban erguidos, a la vez, su mano iba penetrando la vagina haciendo que la mujer diese los primeros suspiros de placer. Del acaloramiento, fueron pasando a sensaciones embriagadoras. El apetito sexual se apoderó de los cuerpos y estaban dominadas por la lujuria.
La mujer gemía. Sufría ardor por todo el cuerpo desnudo. El arrebato frenético la tenía dominada y deseaba ser llevada a un orgasmo intenso. La joven se había dejado llevar y su actividad bucal y táctil estaba logrando excitar a aquella mujer.
Con un movimiento lento se fue incorporando hasta besar la boca de la joven. Era como decirle que lo propiciado había sido de un alto grado estimulador. Su vehemencia había servido para trasladarla a un estado de apoteosis exquisita. 
A cada palabra, se le iba acercando más con un movimiento lleno de perversidad seductora. En pocos segundos , la joven estaba desnuda. Le acogía un rigor corporal que no sabía que significado darle. Ella había dado placer a su pareja nocturna y en ese momento, le tocaba a ella ser llevada al apogeo sexual.
Sus labios comenzó a sentir los besos cálidos que otorgaban aquellos labios apasionados. Las lenguas se entrelazaban. La mujer chupaba su lengua para introducirla en una practica delirante. Seguidamente fue abandonando la boca para besar el cuello. Su lengua al contacto con la piel hacia que se sintiese abordada por una convulsión corporal tras otra. La manos tocaban sus pezones mientras su pierna se movía en su coño como si fuese a penetrarla. La acogía tres focos de placer. Así, había perdido la noción del tiempo.
Cuando la mujer estaba dispuesta a comerse aquel coñito rapado y lleno de belleza, unos toques en la puerta provocó en la joven un miedo atroz.
Al ver que la habitación estaba ocupada, la volvieron a cerrar. La mujer quiso seguir en su dedicación pero la joven no estaba. Cuando encendió la luz, la joven estaba vestida. Le suplicaba que debía irse con sus amigos. Ella trató de calmarla, aunque lo consiguió en parte, la joven no lograba de pensar si habían sido alguno de sus amigos que la echaban de menos y fueron a buscarla y la habían visto con una mujer.
La mujer la calmó nuevamente y le dijo que no habían sido sus amigos, pues había reconocido la voz de aquel hombre y aquella mujer.
Aquello la hizo reaccionar, pero ya estaba vestida. Con un abrazo y un beso que duró un tiempo considerable le habló. Al despedirse, le entregó su número de teléfono. Quería volver a verla...

jueves, 4 de julio de 2013

Estoy sediento de ti.



Estoy sediento de ti. Quiero absorber el jugo de tu cuerpo que sale como chorro de placer.
Mi boca te busca culminando en tu boca el deseo que me corre por mi cuerpo.
Mis labios recorren tu piel lentamente, te excitas al rozarte con mi lengua , y una inmensa pasión  aumenta tus caricias.
Cuando mi boca bebe  dulcemente del jugo de tu candente vagina, siento el fuego palpitante que emana de tu adentro.
Tu cuerpo vibrante es un volcán y allí dentro quiero sucumbir.
Mis labios descienden suavemente donde más desea tu mente.
Tu movimiento excitante invita a mi boca a provocarte. Esa melena de negros cabellos me hace enloquecer e inquieto estoy porque sólo quiero desfallecer junto a tu cuerpo.
Reposar tu perfumada flor sexual después de un amor intenso.
Es mi deseo  ardiente tenerte en mis brazos y agarrarte para que no te vayas de mi lado.
Eres  mi deseo, mi pasional mujer y en tus pechos de amor quiero despertar tras fornicar. Quiero mirarte a los ojos y besarte.
Al verlos repletos de amor, dulcemente me se siente mi corazón por haberte llevado a un frenesí estimulador.
Tus orgasmos me apasionan y verte conseguir el clímax en su plenitud es mi delirio.
Tus pétalos vaginales se abren para embriagarme de placer nuevamente.
Mis sentidos se desarbolan cuando comienzas a besarme. Entro en ese estado de excitación y te llamo a que masturbes mi miembro que exaltado te espera.
Estremecido me encuentro contigo. No quiero dejar que fluya el placer ni que se apague la llama del deseo que te tengo.
Mis labios comienzan una rítmica succión acelerando tu emoción. Te estremeces con ansiedad haciendo que tu vagina de nuevo se engalane con esa humedad que me excita.

Mientras tu cuerpo toco, el deleite te atrapa.
Mis dedos juegan a darte gratificantes sensaciones de placer cuando se introducen en tu interior.
Espero ansioso la transformación de tu rostro marcado por la pasión. Sueño tu deleite lleno de esplendor, lo cual me conmueve y provoca en engrandecimiento de mi pene.

Eres mi musa y desnuda te miro para ser mi abanderada del amor.
Me das calor. Me invitas con pasión a disfrutar de tu cuerpo y se acelera la intensión de poseerte hasta que sucumbas a la fornicación que te doy.
Sientes el momento culminante y te apresuras a sentir ese instante.
En un vaivén desenfrenado, con tu cuerpo caliente y mojado, tus flujos se deslizan y tus gemidos se agudizan.

Un estremecimiento me hace flotar,
y nuevamente me invitas a gozar porque el orgasmo que te agrada te está abrazando todo el cuerpo.
Eres un mar de placer,
donde mi amor 
te hace florecer.