Seguidores

lunes, 19 de mayo de 2014

Fiesta Nocturna y diurna.

La fiesta iban avanzando. Consumía horas mientras la madrugada iba dando fe de que la despedida sería como una victoria...el apagón interno era palpable a la distancia. El murmullo comenzaba , incluso a molestar , por la algarabía que había y la música tan alta no dejaba comunicación alguna tomando una copa. Aquello era una fiesta en toda regla, donde el jubilo se apoderaba de cada rincón de aquella mansión a la que fui invitado. Una fiesta para pasarlo bien desde que llegas hasta que te marchas.
En un momento el aburrimiento me sobrecogió. Alcohol no iba a tomar más y la oportunidad de ligar con alguna mujer no se había concretado después de varios intentos.
   A veces, con la espera , las situaciones se advienen y todo parece de distinto color. Cruce la mirada con una chica morena, pelo largo , ojos lindos y suculentos pechos cuando ponía rumbo a la puerta de salida al patio interior. Su posición, dejada caer sobre la pared , hacía ver que estaba aburrida y quería conversación o esperaba a alguien. Nuestras miradas quedaron frente a frente unos instantes...esos momentos se hicieron eternos. Nuestros ojos parecían desnudar  nuestros cuerpos. Observar aquella belleza fue de lo más suculento de la noche lo que me hizo llenarme de valor e ir a hablarle...el no me apetece o estoy ocupada esperando a mi pareja podía surgir, pero si no iba hacia ella no lo sabría con certeza.Con templanza fui hacia ella ... era puro valor .
 ¿ Hola ? . Me encantaría invitarte a una copa , así tanto tú como yo hablamos con alguien porque aquí la gente parece que toda viene en pareja o tienen pocos ánimos de conversar un rato...- ¿ Tú  vienes acompañada ?-. Con gesto delicioso, me sonrió. El primer paso lo había dado bien pues su sonrisa hacia ver que le había sido simpático. -¡ No, no estoy con nadie. Unos amigos con los que vine están por ahí habían y aquí estaba esperando ver si se acordaban de mi ! -
Nos dirigimos a la mesa donde estaban las botellas y nos hicimos unos refrescos para combatir la sed que ambos teníamos. Su cuerpo era un camino de belleza superior y un deseo por descubrir.... Ella decía que conocía a la anfitriona. Yo le dije que al marido. Pasaría solo unos días y él me había invitado a esta gran fiesta. Le susurré si quería bailar. Su gesto fue de aprobación. Fue el momento en que la música cambio un poco de estilo para ponerse más romántica.
 Su belleza relucía bailando con aquel vestido negro ceñido a su cuerpo. Era una diosa divina la que hacía alegre mi noche.  Sus pechos le salían por el descote con gran ansia de ser tocados. Las curvas de su cuerpo era un mar por descubrir. Con sólo mirarla me entraban ganas de acostarme con ella y disfrutar de una noche de placer a su lado. Quería acariciar su espalda desnuda pero no me atrevía.
En la melódica canción que sonaba se abrazó a mí. Con un descaro de agradecimiento, me mordisqueo mi oreja y me dijo que estaba separada . Llevaba un tiempo que no salía de casa, que nada le atraía.
Mis brazos rodearon su cuerpo. La música seguía ahora tranquila. Esto hizo que mirándola frente a frente, besase sus labios. Gesto que no rechazó. Nadie se percibía de nuestros aptos porque cada cual intentaba hacer lo mismo. La iluminación se hizo tenue y daba pie a los acercamientos y a los juegos bucales de parejas. Sin más espera la llevé un poco más apartado del centro de la habitación y nos dejamos caer sobre la pared. Allí mis manos tocaban su culo y le acariciaba todo su cuerpo. Sus pechos estaban duros y sus pezones deseosos de ser lamidos; se alzaban sobre el vestido dejando ver que su éxtasis iba en aumento. La luz se apagó en ese instante, pero la música cambió de ritmo . Nosotros ya no disfrutábamos de la música sino del roce de nuestras manos en los cuerpos exaltados de deseo. Queríamos intimidad, deseábamos estar solos y entrar en el paraíso del amor.
Como los que huyen de un peligro, salimos de aquel bullicio. Fuimos buscando algo más idóneo para disfrutar ambos del contacto sexual. A la segunda puerta que quise abrir el mango cedió para alegría de ambos. Sin detenerme a más preámbulos, mi mano fue introduciéndose por la raja de su falda para llegar a su coño. Cual fue mi sorpresa que no llevaba ropa interior. Más excitación me produjo pues me dije a mi mismo que ella quería follar más que divertirse en la fiesta. Nuestros cuerpos seguían fogosos por tanta caricia. Sus piernas se abrieron para recibir mi mano con placer. Los dedos se introducían en aquel horno caliente que estaba en su punto de ebullición. La chica, abrazada a mi, gemía de placer mientras me acariciaba mi polla que aún permanecía escondida en el pantalón.
Fruto ya de la pasión iniciamos el momento de desnudarnos mutuamente. Fue fácil quitarle la ropa ya que solo tenía que quitar los tirantes del vestido. No llevaba ni sujetador ni braguita. Un beso nos unió nuevamente. Las lenguas jugaban en el interior de las bocas, mientras, las manos recorrían los cuerpos desnudos. Sus pechos...era una locura tocarlos y más cuando los pezones se le iban poniendo duros con tanto tocarlos. Tenía ganas de chuparselos y así lo hice. Un buen rato estuve administrándole placer. Ella comenzaba a gemir y era contundente su excitación. La vehemencia me podía...no podía pasar la oportunidad vaya que se arrepintiese. Me puse de pie y la subí a una mesa que teníamos al lado. Los cuadros los quitamos para no romper nada. Sin más pausa follamos con una intensidad maravillosa. De los gemidos iniciales pasó a los gritos contenidos...era verdad, le gustaba gritar como me había susurrado hacia unos instantes.
Nuestras lenguas se deleitaban en besos arrebatadores mientras el movimiento de mi cintura hacia introducirse más adentro mi polla dura. Ella me detuvo. Sin hablar se giró y comenzó a comerme la polla. Sin más contemplaciones caímos en el suelo haciendo un 69 que nos llevó a un delirio extremo. Tanto mi polla como su vagina deseaban ser lamidos... El tiempo pasaba y nos sentíamos más unidos. Del calentón en la fiesta pasamos a un amor intenso, lujurioso y delicioso. Las posturas se iban sucediendo para entrar en un vicio sexual algo impensable. Jadeos, caricias, frenesí, sexos mojados y excitados... todo era un fuego encendido que hizo la noche interminable.

¡ Aguanta un poco, que me corro también !.... Sus gemidos se acoplaban a los míos. Explotaba de placer. Mi polla llena de furor no pudo aguantar más y me semen caliente saltó como el champán al abrir la botella.... Ella , con un delicioso beso en mi boca, me dijo que se había corrido de gusto. Yo había caído de espalda pues mi polla estaba llena de semen de la corrida que había sufrido.
La noche fue pasando y llegado el día , la música ya no producía sus impulsos. Su cuerpo tendido encima de mi me apasionaba. Su piel era como los pétalos de las rosa. Sus curvas eran un camino de placer... Mis ojos la miraban como si volviera a hacerle el amor. Mi mano impulsiva se deslizó por su cuerpo . El roce con su piel me llenaba de gozo y me sentía como el hombre más feliz. Tenía a mi lado a una bellísima diosa del amor...
Mi polla iba despertando de la intensidad sufrida y se empalmaba .
En ese momento, la chica notó mi cuerpo lleno de lujuria nuevamente. La erección le iba llevando a los labios vaginales. Nos besamos para seguidamente subirse encima de mi polla. Sabia en placer se fue contoneando muy despacio, aunque, sabiendo lograr la profundidad idónea para que tanto ella como yo sintiésemos un gusto intenso.
Mis manos acariciaban su pelo largo, su cuello de cisne y su espalda. A cada movimiento que hacía , todo mis músculos sentían delirio y estremecimiento. Se tensaban fruto del ejercicio recibido... Sus círculos encima de mi fueron de más a menos hasta que su vagina se llenó de mi pene erguido. Ya era unas acciones descontroladas lo que hacia encima de mi. Su fuego interno me lo transmitía y su euforia sexual me corría por todo mi pene. Era como un lubricante para mi y más placer quería darle. Las sacudidas cobraron rapidez y el gusto ya me descontrolaba...a ese ritmo pronto me correría.
Ella me alentaba....¡ quiero que te corras dentro de mi !. Como si cumpliese sus órdenes con tesón, así se lo demostré cuando alcancé el clímax final y le dije que no aguantaba más  y que me iba a correr ya. Su cara de satisfacción fue un complemente junto a los últimos movimientos de su cintura.
¡ Cielo, noto como tu leche corre por mi vagina . Se nota que venías cargado porque vayas dos corridas que llevas !. Una sonrisa picarona salió de su boca lo que provocó que me sonriese. Allí quedamos un buen rato cuerpo a cuerpo sin movernos. Fue como entrar en un coma profundo de placer desmesurado.
Con un beso en mi boca, me dijo: ¡ Buenos días , has dormido bien !. ¡ Debo vestirme que tengo que ir a visitar a mi familia !. ¿ Quieres venir o si lo prefieres quedamos en algún lugar ?...

Sin saber que palabras salían de mi boca le dije que nos veríamos en el parque público. Nos vestimos y salimos de la mansión como si fuésemos los dueños. Mi coche era el único que quedaba. La llevé a la dirección que me dijo . Antes de bajarse , me besó y dijo que no faltase a la cita, me iba a enseñar muchas cosas. Un guiño fue la despedida...la vi como entraba en aquel edificio y con un saludo de manos fue la despedida. No sabía qué decir. Mi felicidad me llevó a desayunar y a esperar ese encuentro.