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domingo, 8 de marzo de 2015

Baño de placer.

Un imperioso fuego arde en las miradas
fuego embriagador que seduce.
Sin palabras se habla
los ojos son insinuaciones...
Cae el agua llamando a cuerpos calientes
en el contacto hierve la piel.
La excitación lleva a la unión.
Cuerpos que se funde en una explosión de amor.
Impetuosas caricias, abrazos arrebatadores,
besos escalofriantes...pasión.

Al cerrar los ojos el placer se desborda.
Enlazados como un sólo cuerpo el gusto es delirio.
La consecución del sexo es plenitud.
El estremecimiento recorre las espaldas,
mientras, no cesa el agua que sosiega la piel ardiente.
En la penetración, el dolor es satisfacción.
Los movimientos encandilan a seres que se buscan.
Se convulsionan los sentidos.
El sexo se encamina hacia el orgasmo.

Con los espasmos preliminares se detiene el ritmo.
Ella se desliza a la búsqueda de la erección del pene.
La masturbación es lamentos para el hombre.
Cada acción bucal derrumba la firmeza masculina.
El agua de la ducha no se detiene
y apacigua el calor de cada chupada en el pene.
La debilidad se hace presente.
Acomodada, ella desplaza sus manos a la vagina
y se masturba para llegar a la excitación máxima.
Irresistible se hace la situación.
Cada cual recibe las acometidas del gusto
y enjabonados en placer
se desmoronan a la llegada del orgasmo.
El semen es alegría en la boca femenina.
Ahora las miradas se buscan
llegan a estar frente a frente
y un beso 
da calma a seres que se quieren.

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