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sábado, 16 de noviembre de 2013

Pasión en la Universidad - 4 -

   Los encuentros se fueron haciendo más usuales por la coincidencia del transporte, incluso, a la hora del desayuno, tanto uno como el otro, hacíamos por vernos...en cada encuentro iba surgiendo esas sensaciones de aproximación que hierven la sangre. Cada mirada se hacía más jugosa y la serenidad pasaba , a veces, a un extremo no muy pacificador. La atracción se iba concretando de forma paciente, pero muy eficaz, lo que hacía que la amistad fuese surgiendo más allá del recinto de la universidad.
   Como persona más adulta, vi que tanta unión en la cafetería podía levantar sospechas o habladurías que no quería más siendo con una alumna. Ahora cambié la situación. Haciéndole ver las consecuencias, le dije que si quería podíamos tomarnos ese café por la tarde y así resolver alguna duda que tuviese...sería su profesor en la universidad y profesor particular para ampliar conocimientos en mi disciplina y en otras materias. Ella comprendió todo y aceptó mi propuesta.
   Otro frente tenía abierto con Leonor. Ella quería quedar más veces y repetir la noche vivida. No quería una relación formal, aunque , si quería esa persona que la consuela cuando tiene ganas de sexo y compañía. Yo podía acceder a tu petición...estaba soltero. Después de pensarlo alguna noche, vi que aquello sería más placer que compañía para salir y divertirse, así que decidí explicarle la situación desde mi punto de vista y añadí que me habían propuesto dar clases de ayuda a alumnos que lo habían solicitado... ingenioso en aquel momento que surgió. No lo había pensado pero fue una salida que lo aceptó de buenas maneras, de todos modos, le dije que iríamos a cenar, a pasear en cualquier momento, y pasar una tarde estupenda siempre que no tuviese esas clases. Ella lo aceptó comprendiendo que también necesitaba de horas extras para equilibrar los gastos económicos del año...conforme con lo dicho, no puso reparos a un próximo encuentro. Por mi parte encantado, ya se sabe que las personas no somos de piedra y en cualquier momento, necesitamos de una caricia, un beso, y esa compañía que te libere de las tensiones diarias llevando los sentidos a un placer nocturno. Así quedó sellado y así se haría...
    Mientras, mi pasión era aquella criatura que en cada reunión saboreaba su belleza y toda la juventud que llevaba en sí. Era una chica dulce, amable, educada, divertida...gustaba escucharla hablar. Sus momentos de inocencia afluían , a la vez, que esos instantes de madures. Estaba encantado y en mis ojos, mis mejillas y mi corazón se notaba. Los primeros momentos transcurrieron con esa normalidad que dicta la coherencia de un profesor de 45 años y una alumna de 25 años. Sorprendido quedé al decirme su edad, ya que pensé que era más joven por su cara de ángel divino.
   En un momento de la clase diaria en la universidad sonó el teléfono. Aquel instante me sorprendió...¿ Quién podía ser ?. Ante el abucheo de los alumnos, tuve que asumir la culpa y que un alumno leyese el correspondiente mensaje o washap...así lo habíamos convenido en la clase y así se estaba ejecutando con rigor estrictos. Esta era la manera de no interrumpir la clase...esta vez me tocó a mi, aunque, primero lo leí yo vaya que fuese algo que no pudiese leerse delante de los alumnos. Se decía solamente el mensaje aunque no el remitente. Aquello creaba unos momentos de risas que no entorpecían la clase y todo se controlaba de mejor manera. ¿ Quién desea decir lo que le mandan ?...de esa forma se apagarían los móviles por una hora...pero esta vez me tocó a mi. - ¡ HOY ES MI CUMPLE, ME GUSTARÍA VERTE LUEGO !-
Tras leerlo comenzaron los típicos comentarios y vi como algunas amigas de ella se sonreían a su lado. Ella llena de vergüenza se ocultaba...poca gente sabía su cumpleaños, aunque los que lo sabían le gastaron bromas.
   El encuentro fue con mucho entusiasmo. Tres días sin quedar daban mucho para contar y más siendo su cumpleaños. Un fuerte abrazo y dos besos en sus mejillas fue el previo. Fue una agradable sensación. Quería ir a un sitio donde no hubiesen ido y que fuese especial. Yo no sabía mucho pero si alguno más intimo...al estar allí un rato comentó que le había dicho a sus padres que lo pasaría con unas amigas y que se quedaría a dormir con su mejor amiga. A la vez que hablaba, iba cogiendo mi mano de forma afectiva y se acercaba hacia mi. No era una situación incómoda , aunque , de cara a la gente que estaba en aquel lugar, podía dar indicios de sospecha de algo que no pasaba realmente. Ella me hablaba de lo bien que lo pasaba conmigo y de lo que iba surgiendo entre ambos...todo fue subiendo de tono hasta que no se lo pensó dos veces y dijo que quería hacer el amor. Sería el mejor regalo que le hiciese porque sería con el primer hombre que se acostase...mi respuesta sólo fue en lo último expresado: - ¿ Eres virgen ?- Mi pregunta la intimido. Se sonrojó y dejó de tener su mano en la mía. Vi su rechazo y no quería que se sintiese dolorida. La giré hacia mi para hablarle. Fue en ese instante cuando, sin premeditación, me besó. No le rechacé el beso, sin embargo, no lo hice durar mucho tiempo. Mirándola estaba sin saber qué decirle. Ella con su cara de felicidad estaba radiante.
   Terminada la cena, no sabía qué decirle, aunque, deseaba estar a su lado. Le hice ver la dimensión de todo lo que me había explicado y todo lo que quería. En un fuerte abrazo y en un beso más prolongado me dio su respuesta. Ahora no me separé de ella como dentro del local. Fue un beso donde la lengua jugaba con su lengua, donde las caricias no cesaban en su cuerpo...tenía ganas de tocar aquellos pechos , si no muy voluminosos, eran de un tamaño estupendo. Me separé un momento de ella: - ¿ De verdad quieres pasar la noche conmigo ?- Ella habló sólo con su gesto de afirmación...Ya en casa, su impaciencia refrendaba su deseo. Desabotonó con rapidez mi camisa y llenó de besos mi pecho. La miré por un momento, mi conciencia dudaba el seguir...¡ era tan bonita !. Sin más contemplaciones quedamos desnudos en la cama con las caricias y besos secundando nuestra explosión pasional. Tocaba su cuerpo provocando en mi un deseo intrínseco que me llevaba al estremecimiento y a engrandecer la virilidad de mi pene. Con vehemencia me masturbaba, me besaba y me pegaba bocados en mis pezones que erguidos estaban. En su cara se reflejaba las ganas que poseía. Ante la situación presentada, mi calma la relajó un poco al decirle que teníamos toda la noche. Nada de prisas y que recordase aquel momento como algo bonito en su vida.
 
Mi boca la llenaba de besos. Un mordisqueo en los labios la llevaba a una ola de gusto que se combinaba con la dedicación que ponía en sus senos pellizcando sus pezones. Hacía círculos en sus pechos buscando la dureza de los pezones y que notase como esas caricias de mis yemas le regaban su cuerpo de un emocionante regocijo. Despacio la hice girar...su espalda era un mar donde llenarse de belleza. Desde su nuca hasta su trasero fui rociando su piel de un gusto sublime proporcionado por mi lengua. Su anatomía femenina me había cautivado desde el principio y ahora, estaba entregada a mis deseos. Quería satisfacer sus ganas de sexo pero haríamos el amor con esa docilidad que lo recordase siempre. No quería follar y que notase el dolor que provocaba perder la virginidad...quería que fuese el mejor regalo que le podían hacer en ese día de cumpleaños.
   Al llegar a sus glúteos, la incité a que abriese sus piernas. Su sexo rapado era una belleza maravillosa. Sin llegar a penetrarla, mis dedos fueron apretando la entrada de su vagina y abriendo sus labios. Ella notaba aquellas sensaciones....unos gemidos pequeños lo decían. Mi mano pasaba por su coño en unas caricias estremecedoras. Tocarle su intimidad me llenaba mi cuerpo de gusto, al igual, que mi pene florecía con intensidad para penetrarla. Muy suavemente, mi dedo corazón fue penetrando en su vagina. Aquello no era nuevo pues ella se masturbaba, aunque , el gusto le llenaba porque se contoneaba plácidamente. Pasados unos segundos, quería girarse y tenerme frente por frente. Así me lo dijo. Accedí, aunque , la seguía penetrando con mis dedos. Ahora ya era también con el indice. Estaba encendida en emocionantes sensaciones y eso se le notaba en la cara...el dolor le iba llegando al meter más profundo mis dedos. Ella, deseando mi cuerpo, me llamó con sus brazos.
    Ya encima de ella, me susurró que deseaba ser follada y notar como mi pene se metía en su vagina. Quería notar ese dolor que su amiga le había dicho que padeció cuando lo hizo por primera vez con su novio. La besé para seguidamente decirle que la haría feliz en aquella noche.Suavemente la fui penetrando. Mi pene ya no era un dedo, aquello era ya más grande y conforme iba introduciéndose, sus gestos fueron cambiando. Los movimientos se sucedían a la vez que ella gritaba y me abrazaba fuertemente. Cada vez que la penetraba, el dolor salía por su boca pero seguía insistiendo en que no cesase de follarla que se sentía muy a gusto. Se abrió más de piernas lo que hizo que ya se la introdujese toda. Fue un momento fantástico porque los movimientos se hicieron más intensos. Así lo requería ella. Al poco tiempo, la note húmeda pero no nos detuvimos a nada. Quería encima de mi y la complací...estaba a lo que ella quisiera. Una vez pasado el dolor, el gusto le corría por todo el cuerpo...de esa manera me lo dijo y más intenso fue la penetración. Le besaba su boca, sus mejillas, su barbilla. Acariciaba sus pechos, su cintura, su cuerpo....todo perfecta armonía para hacerla feliz. El ritmo fue más intenso...¡ sigue, sigue...que un gusto muy grande me viene !. La respiración se volvió más delirante. Tanto en su cuerpo como en el mio, las estimulaciones llegaban a todos los puntos sexuales...todo fue delirante y fenomenal. Los espasmos sensoriales fueron apareciendo tras la intensiva dedicación a la que le daba y mi polla ya estaba cargada del semen para ser expulsado como la lava de un volcán.

   La última postura nos llevaría al encuentro del orgasmo deseado. La penetré en pompa. Fuertemente la agarre de su cintura y los movimientos la hacían gemir sin contemplación. Ahora notaba el verdadero sexo que deseaba en un principio y lo poco que decía era : - sigue, sigue, no pares de follarme -
El fuego que tenía en mi cuerpo ya debía de salir. Estaba sudando tras un largo rato con plena dedicación al acto sexual. Ella tenía su cuerpo también sudoroso...todo estaba perfecto para hallar el orgasmo perfecto. Tras unos finales movimientos incesantes comenzó a gritar que se corría, que se corría...a mi me llegó la misma frecuencia y me corría también. Saqué mi polla y comencé a masturbarme. En una acción rápida, se giró e hizo que yo declinase en mi acción y fuese ella quién lo hiciera. A la misma vez, ella me masturbaba. Se la puso en la boca y allí recibió todo el semen. No dejaba de masturbarse....un gemido final fue la explosión de lujuria requerida. Al igual que me había corrido, ella había hecho lo mismo.
   Rendidos quedamos en la cama con nuestras miradas puesta al servicio del amor y la pasión. Sin hablar transmitíamos los mayores deseos. El frenesí estaba en nuestros cuerpos...¡ Gracias por estos momentos que me has hecho vivir !. Sus palabras me emocionaron y con un abrazo la recompensé.
   La calma fue llegando a nosotros. Ya eran de noche, pero no me preocupé porque ella dijo que pasaría la noche con su amiga festejando su cumpleaños.
   Se levantó con sobresalto dirigiéndose al baño. Al llegar yo, la vi como se lavaba su sexo. Los síntomas de la virginidad habían desaparecido...me miró con ternura y agradeció que fuese sido conmigo esa intimidad tan propia de mujeres. Con un beso se lo agradecí de nuevo y la llamé a bañarnos juntos...
  La noche fue muy especial y, de nuevo, hicimos el amor. Una noche maravillosa donde verdaderamente saboreamos el amor y el sexo. En la madrugada, quedamos abrazados hasta despertar de igual manera y ver llegar el día.
 

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