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sábado, 13 de julio de 2013

Un amor muy primordial - II -

   La joven, al entrar en el salón, divisó a sus amigos. Hacia ellos fue rápidamente como si algo anormal fuese acontecido. Una de sus amigas lo advirtió y le hizo preguntas. Contestó con esa tranquilidad de no haber sucedido nada fuera de lo normal. Había estado hablando con alguien por ahí. El miedo a que se declarase que había estado con una mujer en la cama le llevaba a meditar cada palabra .
   No se sentía dolorida por lo sucedido. Esos momentos con esa mujer fueron maravillosos. Estar en su cuerpo desnudo, besar sus pechos , sus ingles...su vagina humedecida. Meter los dedos y notar que le estaba dando un gran placer fue algo que no había vivido. Mientras se disponían a marcharse, estaba como perdida y con una sonrisa llena de misterio aceptable. Quería localizarla y en su mirada decirle hasta pronto o hasta mañana.
   En el trayecto de vuelta a casa, sus palabras no se dejaron oír. Permanecía muda y con aquella sonrisa llena de recuerdos. Su amiga más personal, que estaba en el asiento delantero, la miraba por el espejo y sabía que algo le había pasado pues no era tan normal que estuviese callada. Al llegar a su casa, bajó del coche y se despidió de sus amigos. Le dijo a su amiga que ya la llamaría....
  En toda la noche no pudo dormir. Se la pasó con el pensamiento puesto en las acciones de aquella mujer que la había llevado a sustentar un placer nada igualado por un hombre. El recuerdo la llevaba a masturbarse delicadamente. Acariciaba sus labios vaginales con una mano mientras la otra jugueteaba con sus pezones. Poco a poco le iba abordando lo vivido en la fiesta lo que la llevaba a masturbarse con más intensidad. Se tocaba su cuerpo desnudo, lascivo y deseoso de pasión y sexo...estaba embrujada por aquel ser cuyas manos eran ternura pura. El placer le corría por las venas, sus pechos estaban duros y su vagina estaba muy humedecida. Estaba llena de lujuria . Su masturbación le hizo llegar a correrse y adentrarse en un descontrolado frenesí...Era la segunda vez que se sentía en aquel estado en cuestión de horas y no quería que se fuese esa sensacion que le recorría en su adentro.
Exhausta cayó en la cama sin preocuparse de ponerse algo para cubrir su desnudez.
   La letanía en su casa, el concurrir de los coches y el ruido del día la despertaron. El móvil comenzó con esa melodía que anunciaba un mensaje. Con pasividad lo cogió pensando que era su amiga que quería saber...su sorpresa fue mayúscula. Era esa mujer que la había llevado en la noche a disfrutar de un sentimiento distinto. Tras ver que era ella,  inmediatamente quiso llamarla. El mensaje le daba una dirección y una hora. Su cara cambió y fue a la ducha con un canturreo de felicidad.
En poco tiempo,  había desayunado, saludado a su madre y hermanos y se disponía a salir hacia otra aventura de la cual no sabía que acontecería.
Allí en el lugar estaba con un poco de antelación y se desesperaba. Le acogía el miedo al ver como se aproximaba la hora acordada. El estremecimiento aconteció cuando la tenía frente por frente. Su majestuosidad la hizo caer en el silencio. Aquella mujer se presentó envuelta en una belleza superior a la noche loca de la fiesta. La mujer la besó en la boca dándole los buenos días.
-¡ Mi coche está cerca, vamos !-
  En el trayecto concurrieron las palabras mitigando el nerviosismo. La joven la miraba y más bella la veía. Fueron recordando lo vivido en la noche y el momento que se puso nerviosa y se marchó con una precipitación acalorada. Tras un rato de charla, las risas distendieron el ambiente y la relajación se manifestó en unos primeros toques en las nalgas de la joven. No se alteró. Si acompaño a la mano de la mujer hacia su tanga. La falda era corta lo que hacía más fácil llegar al sitio requerido. Pronto noto como los dedos pasaban de tocar la tela a introducirse en su coño.
 
 La carretera se hacia larga y la joven iba gozando de un modo extenuante por la labor encomendada de su acompañante. Ya se retorcía en el sillón de gusto. Se tocaba los pezones hasta tal punto que un pecho se lo sacó de la camisa y lo mostraba. Estaba embriagada en todo lo que le daba aquellos dedos impulsivos....era un manantial de amor y quería que su sexo fuese cubierto de un placer maravilloso.
   En ese juego al que estaba sucumbiendo, deseó incorporarse para llegar a la boca de aquella mujer. Quería besarla, tocarle sus pechos y darle el mismo fuego que ella había recibido, pero un gesto tranquilizador la hizo acomodarse en el sillón.
- ¡ Calma, amor, tenemos mucho tiempo por delante !-
Aquella palabras supieron a calma aunque la introdujo en un misterio que a la vez que le gustaba le hacía intranquilizarse por momentos pues no sabía hacia dónde iba.
  Al fin divisó una reja de una gran finca. Ahora es cuando más impaciente se mostraba. La mujer la notaba desesperada . Un beso le hizo calmarse y más tras decirle la mujer que era una finca suya. Allí, si no tenía inconveniente, pasarían el día. En la noche habría una gran fiesta y quería que ella también estuviera presente. Al llegar a la casa, su deslumbramiento no dejaba cabida al asombro. Estaba estupefacta ante la belleza de aquel paraje.
   La mujer animó a que llamase a su familia para decirle que pasaría el día con una amiga. Sin reparar mucho en lo expresado, ella se dijo como sabía que no había dicho a nadie dónde venía ni con quién iba. Aquella mujer le fascinaba pero le creaba incertidumbre porque siempre sabía lo que ella quería. Se anteponía a sus deseos.
Con gran atención, un criado salió al paso de las dos mujeres y un cordial saludo fue su encuentro. - ¿ La bañera está preparada ?- Con un gesto afirmativo asintió el hombre. Con una voz la llamó, ella estaba absorta de tanta hermosura como veía a su alrededor. Cogidas de la mano se introdujeron en " la bañera " que era un gran jacuzzi. La joven no podía creer en el sitio que estaba. Fue tanto su encomienda en mirar a un lado y otro que apenas notó que fue desnudada al completo. Mientras, la mujer también se desnudó y se sumergió en el agua que estaba riquísima. Con sus manos la incitaba a entrar. Al llegar a ella la beso apasionadamente y el desenfreno corrió por los cuerpos desnudos. Las lenguas se entrelazaban en delirantes besos que hacían activar todas las terminaciones sensitivas que se unen a la piel.  La libido las llevaba a un ansia de poseerse y con caricias instigadoras hacia lugares íntimos, los estímulos se encandilaban para crear una tensión sexual plácida. Cada beso estaba lleno de placer. Los pezones de ambas se endurecieron tras continuados toques.

   Al empuje de la mujer, la joven se puso en el borde del jacuzzi. Con un gesto provocador abrió las piernas para posicionarse frente a su vagina que estaba fogosa. El primer roce de la lengua ya le supo a un gozo desgarrador. La sucesión de lametones y besos en sus labios sexuales le producía un abatimiento profundo que la dejaba en una convulsión enriquecedora. Más sufrió cuando la lengua fue al clítoris y dos dedos empujaban para entrar en su vagina.
   La joven, llena de entusiasmo, se aferro a la cabeza de la mujer. Le tocaba la espalda y pasaba a tus pechos para jugar con los pezones. Quería darle placer también pues recordaba que su punto débil era los pezones. Allí permanecieron un tiempo que no contabilizaron...estaban embriagadas en el sexo sin notar el paso del tiempo.
   Con sigilo puso un dedo en la boca de ella en posición de silencio. Ella salió del agua en busca de cualquier cosa que estaba en un tocador renacentistas precioso. Lo que sacó de la mesa lo ocultó en la espalda. Nuevamente con el dedo la incitó a que llegase hasta la cama donde ella se había recostado. Con una ternura instigadora le dijo que cerrase los ojos. Así lo hizo ella. La mujer se levantó y la condujo a la cama. Comenzaba a estar nerviosa cuando un beso en su boca la volvió a la calma. En ese momento, en su pechos notó algo duro. Sus dudas se abrieron aunque en las cavilaciones se quedaron porque rápidamente supo de qué se trataba.
   Un primer quejido la sobrecogió. Aquel instrumento duro se habría paso en la vagina. De pronto, el gusto se fue apoderando de ella hasta hacer de su boca que emanasen gemidos y suspiros intensos. Estaba llevada por un camino embaucador donde el fuego la llevaba a un vicio lujurioso. La mujer comprobó que le gustaba y la intensidad no se hizo esperar. Los movimientos de su cuerpo se cobraban de un desfallecer pleno pues estaba en una agitación impetuosa y siendo su cuerpo consolado por un infinito delirio.
   La mujer no cesaba con el consolador en su vagina mientras la besaba y su mano tocaba los pechos...todo era una marea gustativa enorme lo que le administraba. La joven solo gemía de placer hasta que de su boca salieron las palabras que deseaba oír experta mujer: Me corróooo.
En el grito desfalleció, sus suspiros eran intensos. Un beso llegó a sus labios. Los ojos de la mujer la miraban de una manera satisfactoria. - ¡ Hoy vas a disfrutar de la vida, esto , sólo es el principio !-



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