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jueves, 4 de julio de 2013

Estoy sediento de ti.



Estoy sediento de ti. Quiero absorber el jugo de tu cuerpo que sale como chorro de placer.
Mi boca te busca culminando en tu boca el deseo que me corre por mi cuerpo.
Mis labios recorren tu piel lentamente, te excitas al rozarte con mi lengua , y una inmensa pasión  aumenta tus caricias.
Cuando mi boca bebe  dulcemente del jugo de tu candente vagina, siento el fuego palpitante que emana de tu adentro.
Tu cuerpo vibrante es un volcán y allí dentro quiero sucumbir.
Mis labios descienden suavemente donde más desea tu mente.
Tu movimiento excitante invita a mi boca a provocarte. Esa melena de negros cabellos me hace enloquecer e inquieto estoy porque sólo quiero desfallecer junto a tu cuerpo.
Reposar tu perfumada flor sexual después de un amor intenso.
Es mi deseo  ardiente tenerte en mis brazos y agarrarte para que no te vayas de mi lado.
Eres  mi deseo, mi pasional mujer y en tus pechos de amor quiero despertar tras fornicar. Quiero mirarte a los ojos y besarte.
Al verlos repletos de amor, dulcemente me se siente mi corazón por haberte llevado a un frenesí estimulador.
Tus orgasmos me apasionan y verte conseguir el clímax en su plenitud es mi delirio.
Tus pétalos vaginales se abren para embriagarme de placer nuevamente.
Mis sentidos se desarbolan cuando comienzas a besarme. Entro en ese estado de excitación y te llamo a que masturbes mi miembro que exaltado te espera.
Estremecido me encuentro contigo. No quiero dejar que fluya el placer ni que se apague la llama del deseo que te tengo.
Mis labios comienzan una rítmica succión acelerando tu emoción. Te estremeces con ansiedad haciendo que tu vagina de nuevo se engalane con esa humedad que me excita.

Mientras tu cuerpo toco, el deleite te atrapa.
Mis dedos juegan a darte gratificantes sensaciones de placer cuando se introducen en tu interior.
Espero ansioso la transformación de tu rostro marcado por la pasión. Sueño tu deleite lleno de esplendor, lo cual me conmueve y provoca en engrandecimiento de mi pene.

Eres mi musa y desnuda te miro para ser mi abanderada del amor.
Me das calor. Me invitas con pasión a disfrutar de tu cuerpo y se acelera la intensión de poseerte hasta que sucumbas a la fornicación que te doy.
Sientes el momento culminante y te apresuras a sentir ese instante.
En un vaivén desenfrenado, con tu cuerpo caliente y mojado, tus flujos se deslizan y tus gemidos se agudizan.

Un estremecimiento me hace flotar,
y nuevamente me invitas a gozar porque el orgasmo que te agrada te está abrazando todo el cuerpo.
Eres un mar de placer,
donde mi amor 
te hace florecer.

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