Seguidores

martes, 6 de noviembre de 2012

Buscando complacerse en la mañana.

Se tomaba todo el tiempo posible en acariciar unos senos que estaban desnudos. Allí en su cama sola y sin esperanza de que alguien la ayudase a satisfacer su deseo, quería adentrarse en el deleite de la automasturbación.
Dirigió su mano hacía su pecho. Con dos dedos hacía círculos alrededor de su pezón para ir paulatinamente distanciándose  Sus yemas cálidas le iban llevando a estados sugestivos con cada espiral que hacía. Cerraba los ojos por sentirse elevada a un preliminar gustativo pleno.
Cada caricia dulce la hipnotizaba. La conducía a una especie de trance en burbujas que la llevaban a alterarse y notar como su cuerpo se dejaba llevar por los movimientos seductores de su mano. La conciencia se iba a una clandestinidad acompañada por intensos espasmos. Estaba sumergida en el comienzo de un estremecimiento absoluto.
Era hallar la fusión del gozo y el hallazgo de un entusiasmo absoluto. Sola estaba pero no iba a necesitar a nadie en ese momento para sentirse complacida pues su cuerpo precisaba de una gratificación sexual. Quería cubrirse de un manto orgásmico y alcanzar la cúspide de la excitación.
Se sucedían los minutos e iba avanzando el regocijo en su cuerpo. Cerraba nuevamente los ojos seguidos de un movimiento de cabeza. Estaba conmovida por los círculos en sus senos. Ya sus dos manos administraban unas intensas caricias, las cuales hacían trasladarla a la noche anterior cuando degustó el cuerpo de su pareja en un amor pletórico.
A cada momento recordado, se iba pellizcando los pezones. Se los estiraba sintiendo como la dureza le daba convulsiones inimaginables e inigualables. Poco a poco iba volviendo a conseguir el clímax anhelado. La sensualidad daba paso a la alteración del río de flujos sensoriales que recorría los poros de su piel. Cada roce de sus pezones culminaban en una excitación conmovedora. Estaba gozando sola como no lo había hecho hacía tiempo.
Las contracciones se sucedían. Le surgía un estremecimiento continuado. Sus mejillas se enrojecían situándola en un sonrojo sin moderación pues se sentía abrumada por su masaje y masturbación corporal. En su interior nada quedaba sin alterarse. Notaba como le temblaba desde los pies hasta la cabeza. Estaba sumisa . Inmersa en una situación propicia para adentrarse en un éxtasis pletórico con la humedad que iba consiguiendo en su parte más intima.
El abismo la tenía atrapada. Suspiraba, gemía, se contoneaba en la cama que iba cobrando calor...De su cuerpo fluía un fuego que la hacía retorcerse de placer. Era atrapada por impetuosos ataques de lujuria y por los delirios más emotivos.
Volvía a suspirar y hasta gritaba. Se sumía en el placer con una desorientación de la conciencia. La noción del tiempo la había perdido...
Ya notaba húmeda su vagina. Le hacía sentir que la continuada masturbación en su entrepierna sería la plenitud de su acto sexual. Ahora con una mano seguía tocándose un seno y con la otra acariciaba los labios vaginales profundizando a cada momento sus dedos en los más interno de su sexo. Se tocaba el clítoris y ya se volvía loca por el gusto encontrado...estaba hallando el orgasmo deseado en la mañana aunque su pareja no estuviese.
Abrió los ojos. Su mirada era pura seducción. Había conseguido ser sacudida por el placer ...era lo que ella había buscado allí tendida en la cama.
En ese momento escuchó el sonido de la puerta. Era su pareja que llegaba.

continuará.

No hay comentarios:

Publicar un comentario