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martes, 13 de noviembre de 2012

Buscando complacerse en la mañana II

  -  ¡¡ La señora no tiene ganas de levantarse hoy !!. -

La chica se había posicionado en la puerta de la habitación frente a ella. Con gestos insinuantes verificaba cuanto deseaba estar nuevamente a su lado allí en la cama. La contemplaba. Sabía que estaba llena de placer pues sus ojos tenían una mirada lasciva que los delataban. El olor en la habitación daba la sensación de haber estado floreciendo la lujuria recorriendo cada palmo de sus paredes.
Ella ponía los ojos en la entrepierna, en los pechos, en la boca...en su pelo enmarañado de su amada...Deseaba toda su desnudez. Su compañera la llamaba con los brazos extendidos a besarla, acariciarla, chuparle todo....a hacer el amor hasta sucumbir, como la noche anterior, a un orgasmo total.

Con sólo mirarla, ya le recorría un río de nerviosismo, de ímpetu ...de lujuria por todas partes de su cuerpo. Su vagina se alteraba. Notaba como sus pezones estaban estremecidos al contacto con la tela de la camisa que llevaba y como su vagina notaba la fricción del pantalón...no llevaba ropa interior lo que le provocaba unas emociones inigualables en su piel.
 Los movimientos seductores de su pareja la estaban llevando a una agitación tan agradable que no sabía si se podría contener. Estaba siendo sometida a una perturbación sexual plena. Los escalofríos le subían a pesar del calor que hacía pero estaba sobresaltada por como se había encontrado a su pareja y por cuantas insinuaciones le entregaba en ese momento.
 Cuando despertó para irse al trabajo no quiso desposeerla de aquel profundo sueño que tenía...estaba tan bonita con su cuerpo desnudo sin tapar que le entró ganas de no ir a trabajar. Prefirió dejarla dormir puesto que ella trabajaría  por la tarde.
A su vuelta, seguía allí tendida en la cama, pero ya despierta. Observarla era algo tan esplendido que no quería dejar pasar ese instante aunque tuviese prisa. Su piel estaba reluciente como el de una sirena. Unos ojos bonitos como el sol y ese pelo alocado, la hacía estar divina para besarla y hacerle el amor.
    Ya no pudo contenerse más. Se encaminó en su búsqueda con deseos de comerle esa boca que la llamaba dulcemente al encuentro. El beso se hizo eterno, algo maravilloso. Los labios se unieron con animo de no separarse hasta alcanzar el deleite anhelado. Lengua con lengua se iba produciendo un delicioso deseo mutuo. Las caricias se sucedían.  En el cuerpo desnudos se albergaba una pasión majestuosa y los besos se intensificaron ardientemente para complacer aquellos cuerpos que se amaban.
 La chica desnuda saboreaba la lengua de su pareja dentro de la boca  y en su mente se paseaba los momentos acontecidos tanto en la noche como los sucedidos antes de que ella llegase. Se decía que podía haber llegado antes. Juntas podían haber conseguido disfrutar más. Se sentirían abstraídas del tiempo y rebozando en el deleite sexual que las llevaría a quedarse en la cama todo el día. Hacer el amor con su pareja en la mañana la transportaba a los más felices confines sexuales. Ella la amaba. No le importaba estar en la cama hasta la noche degustando los placeres corporales y la dulzura que emanaban de la humedad del placer interior.
   Con una cachetada en el trasero desnudo la incitó a vestirse. Con sorpresa, la bajó de su pensamiento. Quería ir a pasear con ella e ir de compras además de arreglar varios asuntos. La otra gesticuló, no sólo por el abandono a la que era sometida cuando se estaba excitando de nuevo, sino también, por decirle que iban a ir de compras, cosa que no le gustaba.

- ¡ Venga mi perezosa, ponte ropa bonita , que hace un día exquisito para disfrutar del amor en la calle !-
La chica , sabiendo que su provocación la animaría, le susurró:
- Voy a bañarme mientras te pones la ropa o .... ¿ quieres bañarte conmigo ?-

Esta fue rápido al baño en un juego puro de niñas mimadas pero con más velocidad saltó su pareja hacía ella. Su acto fue de una manera tan veloz como si un depredador corriese tras su presa.
   Juntas en el baño se besaron nuevamente. Las manos acariciaban sus cabellos mientras sus lenguas se enredaban en la unión de sus labios. La chica desnuda fue desabrochando la camisa de su pareja. No llevaba sujetador lo que más pronto le llevó a posar sus manos en ambos pechos ya desnudos. Ahora era su lengua la que lamía un pezón a la vez que el otro pecho lo acariciaba unos dedos que se deslizaban con dulzura. Los primeros gemidos no se demoraron. Aquella inquietante lengua estaba haciéndola sucumbir a un fuego pasional. El perfume la estaba seduciendo.
Lamiendo el cuerpo sin camisa elevó sus dedos a los labios húmedos de su amante. Esta volvía a notar un olor intenso. Ese olor que había percibido al estar cuerpo a cuerpo la llevaba a deducir que había estado masturbándose antes de su llegada a la casa.
   
- Mi amor, ¿ con quién me has sido infiel está mañana ?-

La sonrisa recorría su boca mientras la chica desnuda cesó sus acometidas en los pechos y elevó su cabeza para estar frente a frente con ella.

- ¡ Sólo tu eres lo que más quiero y deseo !.

Sin más contemplaciones quitó los pantalones a su pareja y juntas se introdujeron en la ducha. Las caricias fueron placenteras. Los besos intensivos, provocadores, extenuantes...se fue creando una situación muy propicia para disfrutar de un baño magnifico. Ambas gustaban de hacer el amor en ese lugar...
 La chica que había llegado contuvo a la otra joven . Con un beso calmó los incesantes impulsos diciéndole que ya se había masturbado y había disfrutado pues su olor corporal así la delataba. La sonrisa picarona que le salía por su boca se clavaba en la mirada de la otra chia. Las carcajadas las unieron a ambas. Con un beso le comunicó que era hora de bañarse, vestirse y salir a pasear. A la vuelta harían el amor, pues ella deseaba  hacerlo pero tenía varios asuntos pendientes y también quería disfrutar junto a ella no solo en la cama.

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