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martes, 4 de septiembre de 2012

Pasión en el baño.

Exhalo un suspiro. Mi cuerpo desnudo es todo relajación en la bañera .El agua me cubre dando una gratificante sensación a mi caluroso cuerpo. Se me va mi pensamiento a la noche anterior donde una preciosa mujer me enloqueció por su fascinante sensibilidad y sensualidad mostrada al estar juntos en aquel grato lugar.
 Mi mente se congracia con los momentos sexuales acontecidos y me llevan a la conexión con el amor de la noche anterior donde estaba condenado a la desnudez de esa mujer que me adentro en el mayor de los placeres otorgados. Lentamente, y con el pensamiento puesto en las horas pasadas, siento como mi corazón se desboca. Esto hace que mi sexo se fortalezca al ver dibujada la silueta de mi acompañante en la soledad del baño. El cuerpo se me estremece haciendo que no pueda contenerme . 
Me toco. La excitación va aumentando. Sensación que me cubre como si sus manos acariciasen mi cuerpo y me masturbasen en este preciso instante. Comienzo a esbozar los primeros desalientos desbordados por el gusto que me consuela. Tal sensación de placer me lleva a sumergirme en un sueño enfrascado en un éxtasis supremo.
Cierro los ojos. Mi cuerpo ya está perturbado por una agradable masturbación que gratifica mi pensamiento en aquella mujer que dio todo a mi persona. Sin dejar de acariciarme de manera moderada para no eyacular inmediatamente, noto el olor de su piel, de su vagina...Esos ojos castaños me impulsaban a besarlos sin cesar. Enfrascado en su pelo, me sentía cubierto por chorros de amor que me sumergían en un delirio excitante cuando su cabello se esparcía por mi cuerpo. Cada mordisco de su boca, me ahondaba en la lujuria. Sentía morir por lo que estaba provocando y su amplitud de estímulos me llevaba a la más fértil fantasía erótica. Estaba sumiso a su voluntad. Temblaba cada vez que su boca se abría para recibir mi pene erecto. Chupaba sin cesar. Su intensidad me cubría de un palpitar desgarrador, lo que provocaba que mi corazón latiese a un ritmo intenso.
Aquella tensión muscular me abrumaba. Ella lamía con tal maestría que perdía la conciencia y la noción del tiempo. Con habilidad, se colocó encima de mi cuerpo e introdujo mi pene en su vagina. Al contacto de aquel calor húmedo sólo pude gemir de placer. Cada movimiento de cintura me sumergía en lo más grato de la felicidad, cada músculo estaba a merced de aquella penetración apetitosa. Sus embestidas producían una ebullición de vigoroso placer. Estaba sin tensión lo que me llevaba a querer más y más. Ella lo notaba y más diestra era su intensidad. Atraía su cabeza hacía mi para besarla e introducía mis dedos en su boca para que los chupase como si estuviese chupando nuevamente mi miembro.
Mientras los felices momentos pasaban por mi mente, yo seguía con masturbándome. Estaba llegando a sentir como pronto me correría de placer.Seguía viendo pasar cada gesto de ella, cada beso y cada posición para copular con mayor placer. Por detrás, el delirio me llevaba a una respiración entrecortada. Con mis manos puestas en su cintura, entraba y salía en su vagina con mi pene repleto de virilidad. Las convulsiones aparecían como una alarma que nos advertía de que cada cual llegaba al orgasmo deseado. 
En ese preciso instante, ya no pude contenerme más y me corrí. Mi pene al salir por encima del agua parecía un volcán derramando lava. Estaba nuevamente mermado por ella. No estaba pero pensar en su cuerpo y en aquella noche me hacía sentir el hombre más feliz. 
Al llegar la noche iría en su búsqueda. Mi pensamiento no dejaba de estar con ella...¿ Me habría enamorado en eso que llaman a primera vista ? 

1 comentario:

  1. Los pensamientos pueden ser compañeros perfecto para saborear el deseo y la pasion.
    Un relato donde la temperatura sube como la espuma de ese baño.

    Besos.

    Lunna.

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