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lunes, 9 de julio de 2012

El amigo.( I )

Allí estaba con una gente que apenas conocía. Se sentía como era el objeto de las miradas de reojo. Algo que le incomodaba pero no estaba en su casa y tenía que mostrar su mejor cara ante su amiga y la familia de ella. La que más fijaba sus ojos era la madre que parecía había sido deslumbrada por un ángel llegado del cielo. No paraba ni un instante de ofrecerle cosas y hacerle preguntas. No se sentía presionado porque la mujer se mostraba cariñosa pero esas miradas discernían mucho de ser gratas y normales pues las notaba cada vez más insinuantes.
El no quería mucho observarla por el cruce de miradas que podría  haber y hacer sospechar a su amiga de que algo no iba correctamente. Llevaba en aquella casa dos día pero apenas había comido con la familia que lo había invitado ya que salían a conocer la ciudad que era uno de los objetivos de su llegada.
Aquella noche hacía calor. A pesar del aire acondicionado, los cuerpos mostraban sus pieles brillantes por estar horas tomando el sol en la playa. Todos estaban morenitos lo que evidenciaba que aquella familia gozaba con el mar.
- ¡ Voy a por agua !-
El se levantó dirigiéndose hacia la cocina. La madre de la joven también se levantó con la excusa de que no tenía muchas ganas de cenar. Allí estaba sólo ante aquella mirada que lo excitaba. Era víctima de una provocación que lo llevaba a  un conjunto de estímulos continuados en su bragueta.
- ¡ Hace calor !- Dijo la madre con los ojos puestos en él.
-¡ Sabes que tienes unos ojos muy bonitos !-
Los colores fueron saliendo sin mucha presión. El sumido en la intranquilidad por no saber como actuar, iba de un lado a otro de la cocina. En la puerta se situaba la mujer con su pierna puesta encima de una silla que estaba en la pared. Ambas piernas aparecían de una belleza magistral. Su cuerpo lo había visto con el bikini puesto y su pensamiento había sido que era una mujer de belleza encantadora a pesar de rondar los cincuenta...pero al verla en aquella posición provocadora y su bata de casa medio abierta por abajo casi llegando a ver sus braguitas negras, lo estaba poniendo que no sabía que hacer.
- ¡ Estás sudando, toma algo fresquito y me pones a mi igual pues tengo un calor sofocante en todo el cuerpo !-
Ahora es cuando ya no coordinaba nada . Esto hizo que la mujer lo notase. Deliberadamente, se desabrochó el botón de arriba . Sus pechos aparecían querer salirse del sujetador también negro. Así llegó hasta él para hacerle tranquilizar...algo que no quería ella. Cuando la vio junto a él, su respiración se fue acelerando. No sabía que hacer en aquellas circunstancias.
- ¡ Señora , debo ir a llevarle a su hija el agua fresca que me ha pedido !-
- ¡ Espera y me sirves a mi un vaso primero estoy sedienta, no ves como transpira mi piel . Esta ardiente como un volcán ! -
Sus ojos se depositaron en los sugerentes pechos.
- ¡ Te gustan. Ya he visto que me mirabas en la playa ! -
Respiró. Su pensamiento no controlaba a aquellas manos que enseguida tocaron la totalidad de los pechos de la mujer. Con una mano hizo bajar el sujetador de un pecho. Su boca se llenaba de aquella teta que ahora si se mostraba en su desnudez total. Lamía el pezón y la acariciaba con suavidad extrema.  Ya se había olvidado que tenía que llevarle a su amiga agua fresca.
La mujer, sabía en los artes de seducción, le acariciaba, le palpaba su bulto en la entrepierna...pronto entró en erección superlativa. Esto hizo que bajase su pantalón deportivo y metiese la mano para tocar aquel falo que quería salir a disfrutar del momento. Ella no se paró a muchas caricias. Se bajó para obtener una perfecta visión de aquel miembro que aparecía desgarrador e inmediatamente atraparlo con su boca. Lo chupaba y chupaba . Le tocaba sus huevos para darle el mayor posible. Mientras él agarraba la cabeza de su acompañante y le hacía mover como le gustaba. Ahora ella dejaba de tenerla en su boca pero lo masturbaba intensamente. 
El joven no sabía si gritar, si gemir, si irse, si quedarse....estaba en una situación comprometida aunque más gozo estaba recibiendo su cuerpo.
De pronto, se escuchó la voz de su hija: - ¿ mamá , qué hace esta silla en medio ?. 
La amiga llegó en un instante. ¡ Seguro que ya le estás dando un sermón sobre el cuidado de hacer y no hacer !.... y tú, ¿ que venías a por agua o es que te ha gustado la conversación de mi madre ?.
Sin saber que decir, agarro la jarra de agua fría que habían en el frigorífico y se marcharon hacia donde estaban todos.
En el subconsciente de la mujer solo estaba el deseo de tirarse al amigo de su hija. El se giró mientras caminaba detrás de la joven para ver a la mujer. Comprendió que ella había puesto aquella silla allí en medio como prevención por si iba alguien hacia donde estaba. Su pensar divagaba. ¡ Ella puso la silla. Lo que quería decir que iba con cuentas de tener sexo conmigo en la cocina !...
Al regresar la mujer a la mesa venía con todos los botones abrochado y tal como si no hubiese pasado nada...
Ahora la conversación se hacía más distendida como si aquel impulso fuese liberado la tensión de antes de la cena.....


Continuará..

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