Seguidores

sábado, 1 de febrero de 2014

Llegas a mi y me excitas...

Siento que una desbordante marea de placer riega mi cuerpo
con sólo mirarte caminar hacia mi, 
mi pasión se desborda, las neuronas se desequilibran
y todo mi riego sanguíneo se acelera.
En cada movimiento me otorgas unas vibraciones 
de exquisitez atenuada. 
Vienes hacia mi con tu contoneo sensual,
tu figura marcada me hace arder por dentro y tener deseos 
de hacer el amor contigo.

Me lleno de ti. Tus ojos son mi deseo.
Tu mirada se esparce por mi desnudez
y mi cuerpo se siente azotado por un placer inmenso 
al estar más cerca.
Mi piel es calada por tu deslumbramiento.
Llegas hasta mi corazón abanderando unas sensaciones sexuales
que hacen crecer de una forma ponderosa mi miembro.
Presiento como si tu mano me tocase lentamente,
como si un advenimiento gustativo se posase entre mis piernas.
Mientras te miro como te acercas, una sensación maravillosa 
corre desde los pies hasta mi cintura.
Mi miembro va cobrando vigor y noto 
como si tu mano me masturbase muy suavemente.
Muy despacio haciendo el movimiento de abajo arriba y el gusto
me cubre todo mi ser.

Los muslos se tensan, la excitación aparece.
Vertiginosas bocanadas de placer me llevan a estar complacido.
Agarro tu cabeza y quiero que tu boca reciba mi pene erecto.
¡ No te detengas ! ¡ Sigue ! ¡ Chupa hasta correrme !


Ya estás a mi lado y un beso nos llena nuestros labios.
Te susurro cual ha sido mi pensamiento mientras te acercabas
y una sonrisa picarona ha salido de tu boca.
La llama sexual se ha manifestado sin demora.
Tus dedos han entrado en mi boca con un movimiento estremecedor.
¿ Te gusta ? ¿Te pongo cachondo ?
La excitación me ha contraído todos mis músculos
aunque mi respuesta no ha tardado en llegarte:
¿Quieres hacer el amor conmigo ?

Sin sugerir palabra alguna, tus besos han sido la mejor respuesta.
El acoplamiento no ha tardado y hemos copulado con pasión.
Nuestros sexos, inmediatamente, han entrado en delirio.
Mi mano en tu entrepierna y la tuya en mi pene...
el juego de la masturbación nos ha conducido a regocijarnos
en las caricias más calurosas.
Tu vagina encendida, mi pene erecto...
un 69 nos ha unido en el roce de nuestra desnudez
y nos ha llevado a alcanzar delirios inigualables.
Las contracciones se multiplican. El fuego acontece.
Fusionados en el amor nos hallaremos
hasta que nuestros cuerpos desfallezcan en el placer
que ambos buscamos.

La convulsión nos cubre tras un tiempo unidos.
Las caricias son secundadas por posturas más intrépidas
donde la penetración sea más certera para complacernos 
en un delirio que ambos deseamos.
Frente a frente el movimiento nos lleva a unas miradas deliciosas.
El ritmo se intensifica....estimulantes caricias lo acompañan.
Sin contemplaciones buscamos el éxtasis más embaucador
para hacer que toda zona sensible se cubra 
de una sensación atenuantes.

La llamada del orgasmo acontece con gesticulaciones.
Los jadeos acompañan a las palabras .
La consecución del amor se logran con determinación
y fundidos quedamos cuando nos llenamos de placer.
El líquido seminal queda en tu boca como premio 
a lo brindado por el encuentro.
Te miro y en tus ojos tienes la brillantez de la luna.
Si antes eras fuente de deseo, 
ahora eres flor rociada por el amor.
Nuestras miradas se cruzan. Mudos quedamos...
sólo una sonrisa habla
para ver que contentos estamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario