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jueves, 7 de marzo de 2013

Pienso en tu regreso.



Llega la noche y los sonidos del ausente amor 
me hacen sucumbir al clamor del erotismo y la sexualidad.
Surge un estremecimiento en mi ser y no te tengo. 
Aparece el recuerdo. ¡Te echo de menos !
Mi cuerpo , como un regazo de pasión,
sucumbe a los pensamientos de tenerte cerca.
Me masturbo con mis manos llenas de placer
y en mi se recrea esos momentos de estar contigo.
Un éxtasis recorre mis entrañas,
preciso notar las sublimes fantasías en mi adentro.
En solitario, desnudo mi cuerpo cubierto de excitación
para dar realidad a los sentimientos de la imaginación.

Insinuante mi pensamiento y añoranza
recorro tu belleza de mujer. El frenesí que me lleva a ti.
Desbordado por la lujuria del deseo, me deslizo por tu piel. 
Mi lengua en tu entrepierna te hace sufrir de un gusto envolvente,
te hace percibir una masturbación subliminal,
te lleva a sentirte vulnerable a mi boca.
Con mis manos te acaricio.
Tus pechos se agitan con movimientos apropiados
para que sientas como llega el placer a tu fuego interno.
En la caricia, siento la impetuosidad de ti, mujer,
me regocijo en tus pezones que claman a mis besos.
Los lamo y  te corres de gusto.
La excitación salta al silencio de la noche 
con profundos lamentos de júbilo, íntimos gemidos y actos morbosos
que son el reflejo de lo que vivimos en la unión sexual.
Sueño con la humedad de tu vagina y me llenó de espasmos 
cuando hacemos el amor.
Froto tu clítoris y te desmoronas en el tornado placentero que te doy.
La satisfacción que se adhiere al momento
aumenta el calor en tu coño candente y sólo deseas
que la penetración se haga lo más profunda posible 
para sucumbir al orgasmo requerido.

Con ritmo, potencio la excitación de mi pene
no dejando relajado ningún músculo de mi persona.
El deseo de tenerte quebranta mi boca empapada en jadeos,
una precipitación de gemidos lleva a un vaivén desenfrenado,
un elixir de sensaciones llena el lujurioso momento.
Me estremezco en la imaginación del encuentro
y mi pene erguido desea tu regreso.
Sufro los vertidos del gusto con mi mente puesta en tu delicadeza 
y haces que todo sea felicidad sin tenerte.
El desenfreno llena mi extasiado cuerpo al sentir
que mi polla va a correrse y quisiera hacerlo en tu boca.
Apacible caigo en la cama gritando ¡ te quiero !,
El pensar en ti complace mi anhelo de deseo
para hacer del momento 
el mayor éxtasis que nos conmoverá en el futuro encuentro.

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