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jueves, 20 de diciembre de 2012

Una nueva conquista I


   Sentaba en aquel amplio sofá, esperaba a su acompañante. Invadida por el deleite de la música se dejaba evadir con la vista puesta en aquel hombre que hacía poco había conocido tras un choque fortuito. Como cosas del destino, allí estaba en su casa cuando , después de la ultima decepción, se había dicho que nadie volvería a entran en su cama. Era como un sueño tan perfecto que su excitación iba aumentando a cada segundo que pasaba. Su nuevo amigo iba preparando dos copas para hacer del encuentro un certero camino de amistad o de lo que se presentase.
   Al estar de pie junto a la barra del bar que tenía en casa, lo imaginaba completamente desnudo, con su pene entre sus piernas, no erecto, pero si con esa densidad suficiente para complacer a cualquier mujer... lo miraba de arriba abajo. El se sentía observado. Algo que le estaba produciendo sonrojo y alterando la calma de su pene. Ella, sentada sin moverse, tuvo la tentación de ir a su encuentro y saborear toda su boca, todo el esplendor de su cuerpo y hacer el amor en aquella barra americana.
   La realidad la bajó de aquel pensamiento que la había cubierto de lujuria. Con solo mirarlo, ya notaba su intimidad sexual con un principio de humedad pues mientras el preparaba las copas, su mano no había cesado de acariciar su entrepierna. El gusto le florecía ya que no llevaba tanga ni braguitas puestas.

¡ Ten una deliciosa copa de mi creación …Estaba exquisito !.
 
   Tenía sed y de un trago se lo bebió sin mencionar palabra alguna. El quedó estupefacto pues era un cóctel dulce pero con alcohol. El trago fue acalorando la garganta hacia abajo. La sensación del fuego le fue cubriendo. Unas risas hicieron del momento algo más apetecible el encuentro. Su falda estaba un poco levantada lo que hacía ver unas piernas preciosas.. El hombre ante la mirada indiscreta de la chica le acarició la cara, y, a continuación, sin decir nada, la besó. La emoción misteriosa les fue cubriendo. Se separaron, aunque no emitieron palabra alguna. Las miradas lo decían todo. Tras una pausa, ya no era solo un beso, era un conjunto pleno que los hacía llevar a un estado extenuante. Las lenguas de ambos se buscaban para así absorber todo el placer en el cual estaban envueltos e iba fortaleciendo esos instantes. La separación sobrecogió a ella. Con su dedo puesto en la boca en señal de que no dijese nada, la incitó a que lo acompañase.

- ¡ Ven y cierra los ojos. Confía en mí, no te haré daño !–
 La joven se entusiasmó y obedeció. Le gustaba esa excitación que producían los juegos de misterio en cuanto a descubrir cosas nuevas en el sexo siempre que no fuese algo perverso ni de pervertido.
La sentó en unos grandes cojines que ella tenía y  la colocó en la pared contigua a una chimenea que hacia el deleite de aquel lugar. El calor corporal se le iba subiendo fruto de la incertidumbre, de la seducción y de cuanto fuese a hacerle aquel tipo. Sentía el cuerpo con los músculos tensos, la piel vibrante y sus pechos más crecidos que nunca, sus pezones estaban deseosos de ser lamidos . Sentía como el juego de aquel hombre le excitaba todo su cuerpo. La música se volvía cada vez más afrodisíaca por la sensualidad que mostraba.
Un estremecimiento le estremeció su piel. Unas malos suaves subían por sus piernas para arriba. Su sexo emergía en calor, mucho calor…. Sin más dilaciones, una mano invadió su vagina . El quejido no se hizo esperar. Comenzaba a ser acariciada por lo que tanto había deseado mientras preparaba las copas. Dos dedos penetraron en su interior. Del quejido se pasó a relamerse los labios.
Su suspiro fue un susurro de pasión. Por su cuerpo corría unas sensaciones innombrables y deseaba que sus pechos fueran lamidos por aquella boca sensual . No deseaba abandonar aquella masturbación que le estaba provocando. Él, puso su boca en la boca de la joven y la besó apasionadamente. El juego de sus lenguas la llevaba a claudicar a cuánto quisiera hacer. El sabor era maravilloso, Su aliento un baño de placer. Quería tener para ella toda aquella saliva.... se derretía sin más contemplaciones.
   Con un cauteloso gesto, se separo de los labios de su entregada acompañante.El dejó su boca para llevar su lengua a los lóbulos y darle bocados suaves que la volvieron loca. El éxtasis la llevaba a no dejar de acariciarlo…. En ese instante le susurró: - ¡ Abre los ojos , mi amor ¡ -

continuará...

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