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viernes, 18 de octubre de 2013

Encuentros de placer.

Con ese suculento amor que depositas en mi,
incrementas múltiples alicientes para caer rendido a tu cuerpo.
La exquisitez de tu piel dispara mis deseos
y sólo se calma mi ansiedad 
al tenerte agazapada entre mis manos
que te abrazan con un frenesí impulsivo.
Con suculentas caricias abordo tus senos
alejando ese nerviosismo inicial... ya en ellos
el tacto en los pezones hace que la excitación te suba
entrando tu interior en un acaloramiento intrépido.
Fluye una corriente alentadora que va de pies a cabeza
cargada de placer y que provoca un conjunto de estímulos
tanto perseverantes como desbordantes que consiguen
llevarte a una palpable humedad en tu vagina.

Fulminantes besos me llevan a estar atrapado en tu boca.
Me acuno en tus labios con el fin de obtener el mejor sabor de tu entrega.
Tu mirada me fulmina con esos suculentos ojos 
que me llevan a un mar de amor del cual no quiero salir.
Me acoplo a ti con precisos besos
y caigo rendido a tus imperiosos deseos.
Mientras nuestros labios se funden al encuentro del delirio bucal,
el fuego embrujado me cubre mi cuerpo y más logra
cuando te pones encima de mi con la disposición de hacer el amor.
Tu desnudes, ese olor perturbador y esos ojos combativos
me seducen sin contemplación para caer rendido a ti.
Deslizas tu boca por mi pecho desnudo con el objetivo
de producir esos espasmos sensuales y sensoriales que haga
que mi miembro no pueda contenerse.
Colmado de pasión reluce entre tu mano.
La masturbación no se demora mientras tus ojos me brindan
una excitación contundente.
Sin poder contener el aliento, los gemidos derrotan al silencio
y me desvanezco ante tus toques manuales en mi pene.
Un abrazo nos une logrando un disfrute subliminal
y más estimulaciones logro cuando tu lengua recorre mi cuello
y el lóbulo de mi oreja.
Me besas y de tu boca sale esas palabras que aguardo con tesón:
- ¡ Hagamos el amor hasta que caigamos rendidos por el placer ! -
Los movimientos se suceden acompañados de ansiosas maniobras corporales
complaciendo los cuerpos al encuentro de las sensaciones sexuales.
Saboreo tus labios en un profundo beso...
tu mano consigue que mi miembro
halle el camino de tu vagina.
Nos fusionamos con el consecuente brotar de gemidos.
Nos regocijamos en la copula intensa con exhalaciones de palabras
que evidencian el puro amor que posee nuestros corazones.
La culminación nos deja en una extenuación alarmante
con la piel empapada en el amor entregado.
Te beso....me besas.
Nuestros labios se recrean como finalidad de lo expresado
en el placer hallado.
Es el premio tras un fornicar extenuante 
donde las sensaciones amorosas han corrido
como gotas de agua que van al mar.
El abrazo nos une con miradas que se desean
y el nuevo beso nos colma de felicidad.
Unidos quedamos al amparo de la noche
con las ganas al servicio del momento
para volver a encontrarse mutuamente
en el placer.

1 comentario:

  1. mmmmm.Momentos vividos de amor y placer,yo no lo hubiera explicado mejor,besos,caricias,orgasmos y y sueños abrazados.Y vuelta a empezar sucumbiendo una y otra vez a la noche,aguardando ese amanecer q nos separa,pero q a la vez,nos deja mas unidos.
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