Seguidores

lunes, 21 de mayo de 2012

Un principio de amor.

Al llegar a su casa, el nerviosismo oprimía mi lógica . No reaccionaba a los estímulos que deseaba recibir en aquella noche fría con un viento que calaba hasta lo más recóndito de los huesos. Con un simple toque, la puerta se abrió deslumbrando mis ojos por la belleza que tenía enfrente.
-¡ Qué frío hace !- 
Perdón , - ¡ Buenas noches !- 
Su sonrisa apagó mi nerviosismo haciendo de mi figura un ser repleto de ternura ante aquellos ojos castaños y vivaces. Cerré la puerta de la casa. Ella caminaba con tal elegancia que su contoneo me mostraba la sensualidad que poseía su cuerpo. Su pelo largo me atrapaba llamando a mi corazón a tenerlo entre mis dedos toda la noche. 
-¿ Quieres tomar algo ? -
Su voz era tan dulce que sólo apetecía besarla para beber de su boca el alcohol que me liberase de la tensión de hacía unos momentos. El simple hecho de inclinarse al coger la botella de whisky en el lugar donde estaba , me produjo un gran impulso que hizo estremecer mi cuerpo. Una grata sensación fue contemplarla y comprobar que estaba preciosa con su vestido rojo y negro que se había puesto para aquella ocasión. Su descote exhibía dos pecho sugerentes en lo que quería ya perderme.
- ¡ Echa el whisky que desees, así entrarás en calor! ; - ¿ aún no has conseguido perder el frío a pesar de estar bien cerca del fuego ? -
- ¿Cómo debía tomar aquellas palabras ?.- ¿ Sé había dado cuenta de que no paraba de mirarla y poner mis ojos en su descote ?-
- ¿ Notaba que tenía frío a pesar de estar sentado frente al fuego ?  - El silencio había invadido aquella calurosa habitación. 
Al volver de su cocina, ella traía un vaso . Con su mano hizo el gesto de que tomaría un poquito también . El brindis nos acercó. Las miradas fueron desinhibiendo aquel ambiente creado por el  frío de un invierno lleno de crudeza.
Las palabras se conjuraron para buscar diálogos entre las risas , la distinción y la melancolía de momento. Ahora era el calor quien iba cubriendo mi cuerpo y me sentía tan bien aclimatado que era como si no fuese mi hogar de todos los días.
- ¿ Sabes que me encanta estar contigo y pasarlo así de bien ?-
Sus labios tomaron camino de mi boca. Me latía el corazón con tal ritmo que provocó la excitación de mi cuerpo. Era la señal deseada desde que salí de mi casa. Ya todo era como un juego conocido.
Mi mano acariciaba su pelo largo. Mis labios no dejaban de besar su boca y desplazarse por su cuello. Sus ojos, sus mejillas, su nariz....mis besos producían un manjar de sensaciones a aquella chica que estaba entregada al amor que ambos deseabamos desde la primera vez que coincidimos. Mi mano seguía desplazándose por su piel hasta llegar a su pecho. Su pezón erizado significaba que su excitación le llevaba a mundos apetecibles. Ya nada nos detenía. 
El juego amoroso fluía en aquella calurosa habitación. Los cuerpos desnudos se complacían con el roce. Los movimientos del cuerpo de la chica producía un éxtasis sublime en mi entregado y plácido cuerpo. Con sus manos acariciaba mi piel y me sumergía en el placer . Me movía para darle lo que ella me había entregado. Era compartir el deseo, el frenesí y el llegar a alcanzar un orgasmo de extenuación suprema. 
El abrazo final hizo que lo anhelado se consiguiese. Los gemidos, el ímpetu de los movimientos, los latidos de los corazones, la fogosidad y el ardiente deseo de sexo nos sumió en un letargo tras la culminación del acto placentero.
Una sonrisa, un gesto...cualquier cosa surgida de las complacidas caras nos llevaba a un beso que era como un regalo por lo acontecido.
Poco a poco la desnudes de dos cuerpos apasionados fue desapareciendo tras cubrirse porque la noche no sabía de pausas. Era tarde pero todo había pasado muy rápido.
- ¿ Nos vemos mañana ? -
- ¡ Sabes que yo estaré aquí. Si vienes lo pasaremos bien ! -
Camino de la puerta los besos no dejaban de sonar. Las bocas fundidas en la pasión, no hacían mencionar palabra alguna. Un último beso fue la despedida.
- ¡ Hasta mañana ! -
- ¡ Qué duermas bien !.
 - ¡ Y tu también ! -
Con su cabeza asintió y su mano se elevó para darme el correspondiente saludo.
De regreso a casa, el frío penetraba en la piel que no estaba cubierta. Todo había salido maravillosamente a pesar de los malos presagios de un principio.
La noche dormía. Todo era felicidad en mi frío rostro pero estaba contento y dormiría con sueños llenos de bienestar.


- Diario-

No hay comentarios:

Publicar un comentario