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martes, 22 de mayo de 2012

Sueños de verano.

   Caía la tarde con un sol radiante. El silencio se mezclaba con el calor que iba haciendo en aquella desamparada habitación en la cual había una sola luz que iluminaba. Era hora de dormir la siesta aunque nunca la dormía pero sentía como su cuerpo deseaba reposar. 
Frente a la pantalla de su computadora, iba y venía por páginas a las cuales estaba asociado. Indagaba en un mundo que le suponía una liberación emocional personal. Compartir multitud de conocimientos y conversaciones con las personas que había contactado era su quehacer diario pues el trabajo había concluido y estaba parado hasta nueva orden.
El sueño cada vez le podía . Las cabezadas se iban sucediendo para hacer que sus ojos se derrumbasen en cualquier momento.
De pronto una sensación estremecedora le cubrió el cuerpo. Unas palabras de mujer se pronunciaban con una sensualidad encantadora. Los saludos fueron el preámbulo de una distendida conversación. 
El calor seguía dando su rigor y debilitando la frescura de ese momento anterior. Ya su pecho desnudo apaciguaba la inquietud que le acogía.
Las palabras de su acompañante iban perforando en su mente dando distensión al encuentro. En un instante, le insinuó que la calor era intensa y que estaba con sólo una prenda que le cubría sus partes más íntimas. La mujer que le hablaba, le sirvió aquello para liberarse de toda la calor que también poseía en esa tarde de verano. Sus palabras ya no eran como al principio de la conversación. Su diálogo fue invertido radicalmente.


- ¡ Yo estoy en mi cama desnuda completamente porque la calor me impide tener ropa encima y sabes, me gustaría que estuvieses aquí !-
- ¡ Pues que sepas que sería estupendo, así compartimos esta fuego de verano !- dijo el hombre sin saber a ciencia cierta que decía.


Las palabras animaban a algo impetuoso pero incierto por no saber hasta donde quería ir aquella mujer .


- ¡ Estoy sola . Quiero comerte la boca, que mi lengua roce tus labios y que tu mano, puesta en mi entrepierna, note como está humedecida mi vagina . Quiero besarte y , con mi cuerpo encima del tuyo, hacerte el amor !-.


El hombre ensimismado por lo que le decía aquella mujer sólo pudo corresponder a lo que le estaba ocurriendo con unas palabras de lujuria impetuosa.


- ¡ Cariño, mi pene está erecto y deseando entrar en tu cuerpo . Deseo penetrarte con tal suavidad que en tus ojos se refleje el placer del roce de tus labios vaginales con la piel de mi pene. Mis manos bañaran tu piel de caricias haciendo que las yemas de mis dedos den un rozamiento a tu cuerpo como si te tocase con pétalos de rosa de amor . Con mis dedos indice y medio, llegaré a tu sexo para penetrarlos y verte en tus ojos el delirio que alcanzas. Deseo que se mojen de tu ardiente interior y que alcances un primer orgasmo!-.


- ¡ Ay, mi amor !,- ¡ Ven !. ¡ Deja la poesía que quiero que tu lengua busque mis muslos y mis ingles. Que recorra mi cuerpo empapado y llegue a mi clítoris . Allí que lama los flujos que salen. Que busque darme placer para luego subir hasta mis pechos y se pare en mis pezones hasta conseguir que me sienta perdida en el tiempo por la excitación. Con el gusto que iremos alcanzando, nos embaucaremos de nuevo en la penetración. Tu erecto pene quiero que se adentre en mi vagina pero ahora por detrás. Posa tus manos en mi espalda y dame caricias ardientes para consolar la pasión que esta en mi adentro ! -.


Sus jadeos eran intensos. Ambos estaban inmersos en una fantasía viciosa que los llevaba a una realidad cierta. El hombre se veía moviendo su torso penetrando, con suavidad pero de forma intensiva, aquel culito que se le mostraba jugoso, lubricante, ardiente y fogoso. El ansia de poseerla y darle todo lo que quería era lo esencial de aquel encuentro. Vigoroso y empalmado, no dejaba de mover las caderas . 
- ¡ Cielo, que gusto me das . Quieres más intensidad en el ritmo !-.
- ¡ Si , cariño, al sentir tu fuerza por detrás , se empapa nuevamente mi vagina y pronto mi orgasmo llegará . No te detengas hasta que suframos el desmayo por un placer mutuo !-.
- ¡ Mi amor, ya no puedo más. Ven , toma mi pene en tu boca !- 


El liquido viscoso no sabía de pausas . Salió caliente como el ambiente que se desplegaba por aquella habitación. 
- ¡ Derrama tu liquido en mis pecho. Así notaré lo caliente que está tu cuerpo !-
- ¡ Si, cariño !.-
Concluido el orgasmo deseado, las palabras se volvieron normalidad hasta que la despedida los llevó a un próximo encuentro.


La tarde seguía con la calor intensa. Su pensamiento se evaporaba por los lugares anhelados. La computadora no daba indicios de que alguien había hablado porque nada había acontecido ni nada se reflejaba en la pantalla.
El hombre se restregaba sus manos en los ojos. Todo le causaba dudas preguntándose sin respuestas. ¿ Qué había ocurrido ?. ¿ Sé había quedado dormido para inmiscuirse en un sueño que le había llevado a hacer el amor con una mujer ?. ¿ Había sido realidad en la computadora y después se quedó dormido ?.





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