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martes, 18 de junio de 2013

El calor del verano - I -

El calor se dejaba notar en la madrugada. Un fuego intenso invadía toda la casa, hacia insoportable capturar ese sueño que te llevase a descansar. Era tal la fatiga corporal que me levanté a tomar agua fresca de la nevera y seguidamente, ir a tomar un baño de agua fría para llegar a la cama con el cuerpo mojado y , así, intentar sofocar ese calor de verano.
No podía quejarme mucho ya que había sido acogido como si estuviese en mi propia casa. Mi amigo, al auxiliarme, mostraba toda la amistad que, desde jóvenes hasta esta edad que uno no la dice, teníamos. Siempre te quitas años para parecer joven aún...aunque los 40 o más no se podían ocultar del carnet de identidad. Durante unos días estaría en su casa. Había sido bendecido por la gracia de Dios y en unos días firmaría un contrato de un trabajo que me había salido. Debería de buscar alojamiento también....así que él se ofreció a darme una habitación unos días.
Aquella noche se torno agobiante. Por mi cuerpo desnudo bajaba cantidad de sudor asfixiante. La sensación se mostraba peor que si estuvieses haciendo el amor en un lugar cerrado y sin ventilación.
No era por la comida ni las copas después en una tertulia discurrida entre los tres: él, su mujer y yo. Sin hacer mucho ruido, bajé hasta la cocina. En la nevera había botellas de agua que se presuponía estarían listas para tomar y paliar la sed. Al coger la botella me sobrecogió la felicidad...¡ por fin me quitaría la sed !.
Seguía con la costumbre de no ponerme pijama aunque si los calzoncillos...Estando en casa de mis padres dormía sin ellos pues me gustaba dormir completamente desnudo.
Estando en la cocina, apareció ella. Su pelo largo y moreno estaba enredado...revuelto diría por un continuo movimiento. Deliberé entre si ella tampoco podía dormir o habría estado follando con mi amigo. No había percibido nada aunque su habitación estaba un poco alejada de la mía...¡ todo era un misterio !
Escaleras abajo se escuchaba los ronquidos de mi amigo; él si disfrutaba del sueño aunque estuviese metido en un volcán. Al percatarse de mi presencia, ella reaccionó de forma fue dubitativa. No sabía si irse o quedarse. Aunque traía puesto un conjunto de verano, su gesto inicial fue de volverse para ir a cubrirse el cuerpo con algo o volver cuando no estuviese. El color de su vestimenta era blanco puro...todo se le transparentaba. Teníamos confianza aunque tampoco era situación de, en su primera noche, aparecer con aquella ropa ante mí. Su mente voló muy rápida. Lo mismo que pensó que ella podía ruborizarse ante las miradas de aquel hombre, ya que sus pezones se le notaban erectos y sus pechos se marcaban por ser una camiseta ceñida al cuerpo; pensó que a él podría producirle esa situación de irse o quedarse.
Sin querer mirarla directamente la contemplaba...era una mujer llena de fantasía sexual además de bellísima. Su cuerpo era un conjunto de hermosura digno de la más guapa diosa del amor. Quedé hipnotizado y sujeto al mutismo.
Ella fue la que rompió el silencio diciendo que la calor hacía que nadie durmiese, aunque con esa sonrisa burlona y picarona dijo que su marido caía en la cama y le daba igual calor que frío; dormía como un recién nacido. Sus palabras me sacaron de duda. Esa noche no habían estado follando, me dije.
Al principio, el reparo corrió por mi sangre cargado de un poco de vergüenza pues yo sólo tenía mi calzoncillo donde se notaba toda la fortaleza que tiene el miembro llegado el amanecer. Al iniciar una pequeña conversación sobre el calor, todo fue amainando y nos hallamos en una situación de normalidad. Ni ella dijo nada sobre la desnudez ni yo tampoco.
A pesar de la cordialidad en las palabras mientras tomábamos ese agua que combatía a la sed, no podía remediar contemplarla como lo que era. Cada gesto me provocaba una sensación que iba desde los pies hasta mi boca. Me podía el deseo por eso mi mente no pensaba. Ese sentido femenino diferente al de los hombres hizo que ella se percatase de la situación. No rehusó a lo que presenciaba, ni se contuvo en nada. Se acercó más a mí. Ahora era su dedo el que recorría mi pecho mientras su sensual boca emitía palabras sobre mi complexión física. Su acercamiento hacia que mi miembro se elevase más. El bulto era inmenso y ella lo notaba. Seguía hablando de lo saludable del deporte... a mi me entraba ganas de hacerle el amor allí en la cocina. Ese dedo provocador pasó a las mejillas y de ahí a los labios. No me contuve. Abrí los labios . Gesto que captó inmediatamente para, sin titubear,  introducir el dedo dentro de mi boca.
Su mirada era lo más sensual posible. Aquellos ojos me habían embrujado hasta llevarme a un estado en el cual no era yo ni mi raciocinio actuaba. Sólo contemplarla ya me evadía de la realidad y quería a toda costa hacerle el amor o besarle los labios, o los pechos....todo su cuerpo.
Estaba tan cachondo que había olvidado que era la mujer de mi amigo. Ella sabiendo mi estado y situación más me provocaba. Ahora era un tirante de su camiseta el que se había caído del hombro.
 Aquello hizo que una parte de su teta quedase al descubierto. Sin prisas se lo puso sobre su hombro. Su objetivo lo iba alcanzando con una seducción perfecta. Veía en mis ojos la voracidad de un lobo hambriento de sexo. La excitación se apoderaba de mi. Me iba acercando más a ella, quería estar completamente pegado a su cuerpo y desnudarla allí mismo . Sólo me venía a la mente la escena de la película " El cartero siempre llama dos veces " cuando se ponen calientes en la cocina...aquello lo quería notar en mi cuerpo, deseaba vivirlo con aquel ángel pasional que había venido a darme un fuego distinto al cual me había despertado en la madrugada. Estaba ya tan excitado que hasta la veía desnuda incitándome a que la follase en la mesa. Era todo tan real...hice intención de ir a por ella pero se me escapó como una presa de su cazador. Había conseguido su objetivo de ponerme cachondo al máximo y ahora la veía irse por donde había venido.
Se despedía con esa forma entre burla y picardía. ¿ Su juego hasta donde era cierto ? ¿ Por qué lo había hecho ?...preguntas que me resonaban en mi mente sin hallar respuestas lógicas. Pasados unos minutos, tomé gran cantidad de agua. Subí las escaleras hacia mi habitación. Sólo pensaba en lo cerca que estaba  la habitación de aquella mujer que me había provocado, excitado, seducido y hasta había jugado conmigo. Esperaba dormir aunque después de lo acontecido, cualquiera dormiría.

1 comentario:

  1. HERMOSO CORAZÓN A SI NO SE VALE JAJAJA EXCITACIÓN AL MÁXIMO EXCELENTE

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