Seguidores

domingo, 23 de junio de 2013

Diario de verano - II -

Pensativo subía aquellas escaleras que me llevaban a la planta de arriba. Mi dormitorio me espera. Las cavilaciones me trasladaban a esos pesares de los que no quieres albergar. Aquella mujer me había metido en un dilema muy profundo...¿ Por qué había actuado así ? ¿ Qué pretendía ?.
La noche pasó con el acaloramiento de lo vivido en la cocina e intentando sofocar aquel calor que hacía imposible capturar el sueño. ¿ Cómo podía dormir mi amigo de esa manera sin notar el fuego que estaba cayendo ?. Entre divagaciones como esa y lo que estaría haciendo su mujer en la cama, se pasó la madrugada antes de lo esperado. Los primeros rayos de luz fue un alivio. De pronto las ganas de ir al baño se apoderaron de mi cuerpo. Al abrir la puerta, allí estaba ella nuevamente en dirección al baño.
-¡ Pasa tu primero que yo puedo esperar !. Aquellas palabras me sonaron a sarcasmo. Sus ojos se había puesto con la mirada hacia mi cuerpo pero en su parte inferior. Había notado que mi pene estaba en un estado de excitación suprema fruto de las ganas de evacuar. El líquido ingerido había que dejarlo salir.
Al  pasar yo, cerré un poco la puerta. Ella muy astuta no dejó que se cerrase completamente y al notar las primeras gotas fue abriendo despacio la puerta. La posición del servicio hacia que estuviese paralelo a la puerta de entrada. En un movimiento rápido, ella entró y encajó la puerta. Era como una loba en celo. Se relamía al ver el miembro erguido.
- ¡ Estamos bien por la mañana, ehhhh !- No mencioné palabra alguna hasta concluir. Sin decir nada, cerré la puerta y la agarré por sus brazos desnudos. Me posicioné con mis labios muy cerca de los suyos. Quise besarla aunque me contuve.  La respiración se intensificaba. El morbo se apoderaba de la situación pues a mi amigo le podía suceder también igual que a mí y venir al baño. Allí nos encontraría medio desnudos y las conjeturas se apoderarían de su pensamiento. La situación era crítica se podía decir pero, ¿ quién daba el primer paso para irse ?
Las miradas se cruzaban. Tenía ganas de tocarle los pechos, esos pezones que se mostraban duros. Deseaba meter la mano entre sus piernas y darle gusto hasta que estuviese caliente para meterle todo mi pene. Su olor era provocación; era un aroma a mujer pasional, deseosa de sexo y provocativa... ya era la segunda vez que me estaba poniendo cachondo. Sin llegar a toca más que sus hombros tenía ganas de darle la vuelta, bajarle su tanga y poseerla hasta que un placentero orgasmo le cubriese todo su cuerpo. Como si me leyese mi pensamiento, ella se giro mirándome a través del espejo. Al acercarme, me paró con su mano entre mis piernas. Su movimiento me estimulaba todo mi cuerpo y la erección era máxima. Sin contemplaciones me puse detrás de ella. La dureza de mi pene se clavo en sus glúteos y un primer suspiro, daba entender que le gustaba lo que le estaba haciendo. Era como una señal a que continuase en mi cometido. Ahora era ella la que se movía magistralmente con una forma sexual que hizo que perdiese la noción del tiempo. La miraba. Su cara no variaba de gesto. Era morbosa, sensual y cautivadora...lanzaba un beso y lo recogía en mis labios. Me relamía. Ella mientras seguía contoneándose junto a mi miembro sin permitir que la tocase con mis manos.
La observaba y más me incitaba a hacerle el amor allí mismo , a pesar de que su marido estaba a unos cuantos pasos. Ya no podía más e intenté abrazarla y en ese estado bajarle su tanga para penetrarla pero una vez más intuyó lo que pretendía. En un movimiento arrebatador consiguió liberarse de mí y giró mi cuerpo para que tomase yo su posición. Su cometido no lo sabía. Miraba al espejo para verle los ojos y saber qué haría. De pronto, noté como su mano me bajaba mi calzoncillo. Me cogía mi pene tratando de masturbarme. Las primeras sacudidas me dolieron un poco pero al ver mis gestos moderó su acción. Ahora era más dulce, más pacífica....así si me gustaba. No sé que pretendía ni por lo de la noche ni en este momento pero me estaba llevando a un delirio estupendo. Intensifico el movimiento y me besó la espalda. Suspiraba y jadeaba a la vez. No podía gritar ya que mi amigo aún estaba acostado...
Cuando ya la masturbación llegó a su punto álgido, no pude contenerme. En el lavabo puse mi pene para que descargase toda la leche que había en mi interior. Estaba acogido por una sensación maravillosa, esplendida. Ni mi mente absorbía lo vivido, ni yo reaccionaba a lo que me había hecho aquella mujer tan espectacular...Tras levantar la cabeza para seguir viendo a aquella preciosidad de mujer, un asombro me recorrió el cuerpo. Dónde estaba si hacía segundos que me había echado la mejor paja que en tiempo me había hecho. Ni yo lograba esa agradable sensación en mi pene ya flácido fruto del esfuerzo realizado.
Entre tanta cavilación, escuché unos pasos. Era mi amigo que se acercaba. Rápidamente eché agua al lavabo para limpiar la leche y permanecer en la naturalidad. Comprendía que ella lo había escuchado y se había ido como un rayo.
Saludé a mi amigo con la normalidad después de levantarse. Charlamos un poco pero no podía quitarme de la cabeza lo que había pasado. En la noche se me escapó, en la mañana me había dado un tremendo placer aunque también se había ido por otras circunstancias....¿ qué pasaría en otro momento ?.

1 comentario:

  1. UFF, DESPERTAR CADA MAÑANA MMMM EXCELENTE CORAZÓN FELICIDADES ESTA BELLO

    ResponderEliminar