Al besarnos, mis labios se adentran en un juego bucal que hacen vibran todas mis neuronas. Adosado a ti estoy y me encuentro atrapado en tus garras labiales que, incluso, si quisiera despegarme de tus jugosos labios, no quiero. Con cada contacto la erección se apodera de mi pene. El estremecimiento no lo controlo lo que conlleva el levantamiento progresivo de mi órgano sexual.
Me matas con tu boca...tus besos me conducen al camino de lo sexual y quiero hacer el amor contigo.
Tras dejarte hacer, la iniciativa corresponde a mi boca.
Te busco con frenesí. La pasión se desata cuando te atrapo entre mis brazos y te beso. Mi lengua se abre paso entre tus labios en busca de tu lengua escondida. Boca con boca quedamos inmersos en un deleite pasional. Tus pezones se excitan y se muestran duros. Las yemas de mis dedos así lo aprecian e inmediatamente es mi boca la que busca la seducción de esos pechos que me apasionan....Su olor, su sabor, la piel tan dulce, la dureza de los pezones...No controlo mi deseo y sin detención alguna los besos frenéticamente. Los toco, los chupo, los acaricio...la combinación del tacto con los besos te hacen alcanzar un estado que nubla tus sentidos. Al alzar mi vista tu ojos están cerrados. Es el fruto de la estimulantes vibraciones lo que alcanzo a notar y me siento con ganas de darte más amor, más sexo...más pasión.
A continuación, mi boca alcanza tu intimidad más apetecible. Tu sexo está húmedo. Los espasmos afloran en tu cuerpo desnudo. El placer te cubre...todo trasmite altos brotes de estímulos, lo que conlleva a que las ganas de hacer el amor ronden tu cuerpo.
En el silencio de la noche escucho tu voz ardiente y fatigosa: ¡ No me abandones y entrégame todo el placer que llevas en tu ser. Haz de mi un conjunto de gratas emociones sexuales y llévame al orgasmo que deseo con ahínco !
En tu afán de compartir, no deseas aglutinar todo el placer. En un vertiginoso movimiento el 69 hace que los cuerpos queden perfecto para dar el ultimo sobresalto hacia el camino del requerido orgasmo. El pene erecto es chupado y lamido por esa boca tuya que me desequilibra. Tu coño es llevado a los extremos de la convulsión a través de los besos de mi boca, de introducir mis dedos y de las caricias de mi palma de l mano...todo en un control riguroso para hacer que te corras en el momento clave de la excitación. Ambos recibimos los destellos más lujuriosos con las mamadas intensas. Mientras tu metes mi pene en tu boca, tu vagina recibe mi lengua fogosa.

Sin ya poder contener los impulsos, los sexos buscan correrse mutuamente. Mi liquido seminal llena tu boca. Tus espasmos los noto en mi boca y de tu clitoris unas gotas que indican que te has corrido como yo. La satisfacción es plena. Los cuerpos quedan rendidos en la cama mientras las bocas permaneces con sus jadeos. Las palabras no aparecen. El placer emerge en los dos cuerpos desnudos...
Tras unos momentos de individualidad, las bocas se buscan como apremio a la entrega dada. Los besos son interminables. Son besos de mutuo agradecimiento por la conquista de un placer que ha llenado dos personas que deseaban quedar absorbidos por la pasión.